RACHEL
Las últimas cuatro semanas han sido sumamente difíciles, llenas de estrés, de emociones contradictorias y muy fuertes, y de alegrías que nos hacen llorar con gran facilidad. Al tener nuestros bebés siendo prematuros, sus cuidados en la UCI han sido en extremo cuidado. Se nos ha hecho una eternidad este mes con todo lo que hemos tenido que aprender, aún más con la preocupación de que el tiempo en el hospital se pueda extender por varios días o semanas. Todo depende de la evolución que han tenido nuestros hijos.
He tratado de mantenerme fuerte para mis hijos, que día a día van creciendo y desarrollándose cómo es debido, pero con todo lo que ha pasado se me hace imposible poder conciliar aunque sea el sueño. La imagen de Carter muerto se reproduce en mi cabeza una y otra vez. No la puedo sacar de mi mente, por más en que intento en no pensar en ello. Por ahora no han habido problemas, pero es cuestión de tiempo para que comiencen a investigar la desaparición de Ariana y Carter. Me pone nerviosa y me da mucho miedo de que a Axel y al Sr. Monroe los lleven a prisión, pues han manchado sus manos de sangre.
No soy quien para juzgar las razones y los motivos que los llevaron a terminar con la vida de otras personas, soy consciente de que la balanza del bien y el mal se inclina más hacia quien mayor beneficio le brinde a la justicia.
Hemos estado muy ansiosos desde muy temprano en la mañana, pues hoy será el día en que nos digan si, sí nos podemos llevar a Gael y a Jeremy a casa con nosotros. Al tener los dos una buena evolución, el doctor nos dijo que había grandes posibilidades de que así fuera. No veo la hora de que conozcan todas las cosas que hemos preparado con Axel, además de que dormir en casa mientras ellos están en el hospital no era algo que teníamos en mente, y que difícilmente nos hemos acoplado a todo. Su habitación está en óptimas condiciones para recibirlos.
Me quedo viendo a Axel sostener a Gael sobre su pecho, mientras Jeremy se alimenta plácidamente entre mis brazos. Desde que tuvimos el primer contacto piel a piel con nuestros hijos, ese lazo de amor, protección, de seguridad y ese deseo de tenerlos en casa ha aumentado aún más. La primera vez que los vi, y no los podía cargar, se veían tan frágiles y pequeños, que me cuestionaba el momento en que los sostuviera en mis brazos, pues el miedo de hacerles daño o dejarlos caer era muy grande. Pero ahora están un poco más grandes, también han agarrado peso y ya no tienen tantos cables en su cuerpo como aquel día en que por poco y me da algo tras verlos. Es paz tenerlos por unos minutos entre nuestros brazos y sentir el calor que emana de sus cuerpos. En el rostro de Axel solo puedo ver felicidad cada que los carga.
—Buenos días —entra el doctor a la habitación—. Tengo muy buenas noticias.
—¿De verdad? —Axel pregunta con un toque de ilusión en su voz.
—Sí. Los pequeñines han ganado peso regularmente, por lo que están por arriba de los 2 kg. Se han alimentado sin necesidad de la sonda, recibiendo todos los nutrientes mediante lactancia materna. Además, se mantienen en una temperatura estable sin ayuda de la incubadora por un determinado de 24-48 horas; estos factores han sido claves para darles del alta. Cómo hemos venido hablando de esta posibilidad desde hace unos días atrás, ustedes ya son conocedores de la asistencia que deben tener una vez estén en casa.
El doctor sigue dándonos las indicaciones que debemos de seguir para poder salir del hospital. Axel se hace cargo de todo, mientras guardo las cosas de los bebés que hemos venido utilizando en el hospital. La emoción es muy grande, pues nos hacia ilusión este día en particular.
El camino a casa fue muy tranquilo y lleno de precauciones. A decir verdad, fue un transcurso corto de veinte minutos del hospital a la casa. Gael y Jeremy por fin dieron uso a las sillas que con gran entusiasmo Axel puso en su auto.
No en el auténtico, imponente e impresionante Lomborgini rojo que tiene y deja boquiabierto a cualquier; no, ese no. Sino en una camioneta de color negra que compró hace poco, la cual ha adecuado a detalle para el transporte de los bebés.
Ha sido un padre muy responsable, amoroso y sobre todo protector. Saber que tengo a mi lado a un hombre muy bien centrado en la vida, es un orgullo y una felicidad enorme. Es el hombre perfecto, además de que le sobra ternura para darnos cada día.
Viendo a Gael y Jeremy dormir en su cuna, el corazón se me achica por las emociones tan contradictorias que tengo; por un lado siento miedo, pero por el otro, tenerlos por fin en casa es una felicidad y dicha muy grande. A la casa le hacía falta de la luz y de la pureza de sus presencias. Ahora sí somos un hogar completo.
—¿Qué haces todavía aquí, bailarina? —Axel me rodea por la cintura desde atrás, y sonrío apoyando la cabeza en su pecho—. Vayamos a dormir, tenemos que aprovechar las pocas horas que tenemos para descansar.
—Quiero estar al pendiente de ellos, además, me gusta verlos dormir; son tan tiernos —suspiro —. Por fin están en casa con nosotros, mi amor. Nada me hace más feliz que tener a mis tres hombres favoritos y más bellos a mi lado.
Nos quedamos en silencio, solo viendo como los dos frijolitos se pierden entre los mágicos sueños de un bebé. ¿Qué soñarán? Me pregunto sin dejar de contemplarlos con fascinación.
Axel reparte besos en mi hombro, apretándome contra su cuerpo y haciéndome sentir en el silencio cuánto nos ama. No hace falta decir un te amo para sentir el amor del otro por uno. La demostración más grande de amor, es entregarle la vida por completo a otra persona que genuinamente corresponde tus sentimientos; para cuidarlo, protegerlo, tenerle fe y esperanza, saber apreciarlo y ser honesto, conocer sus más grandes defectos y amarlos con la misma intensidad en la que se aman sus virtudes.
Para amar con el alma, el cuerpo y el corazón solo se necesita ser sincero, honesto, comprometido y recíproco. Ante mis ojos Axel es perfección; porque entre tantos defectos, la perfección fue el cual me hizo caer en esa red de egocentrismo y honestidad.
ESTÁS LEYENDO
Seduciéndote[✓]
RomanceElla es esa pequeña ración de sensualidad que prende y altera cada uno de mis sentidos. Son sus movimientos tan sensuales y expertos frente a mí. Son sus ojos tentándome, insinuándome que cometa el pecado. Y son sus labios rosas y provocativos, lo q...