Capítulo 23

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Estoy en una playa. No sé cómo ni cuándo llegué hasta aquí, pero...la cuestión es que estoy en este lugar extraño para mí, nunca antes lo he visto.

Claro-pienso-que estúpida. Esto es uno de esos sueños macabros que he tenido desde que estoy rodeada de Swotts.

Una voz resuena a mi alrededor, en lo que es casi un susurro:

-Ojo cegado-y tiene el efecto "eco" cada vez que lo dice-Ojo cegado.

Giro en mi lugar esperando encontrarme al rostro, o al menos al perro. Suspiro al no ver nada.

Prefiero que todo suceda rápido, porque esperar me pone mucho más nerviosa.

Empiezo a caminar un poco. Me acerco a la orilla del agua, pero ésta no es para nada profunda como la otra.

De acuerdo, si se presenta(lo que es completamente obvio...si no no tiene sentido estar aquí), hablaré con él y le preguntaré cuál es el motivo por el que quiere acabar conmigo. Es que yo aún no lo sé.

De repente, un escalofrío me recorre desde el hueso dulce hasta el cuello. Se me erizan los pelos de la espalda y la nuca.

-Ojo cegado-el susurro se presentó en mi oído.

Pestañeo y al volver a abrir los ojos me encuentro con el rostro. Sus ojos negros son como estrellas acusadoras que ven todo.

-Así que...te has encontrado con dos de mis discípulos-dice alzando una ceja.

Frunzo el ceño y asiento.

-¿Por qué quieres matarme?-pregunto sin nada más que decir.

Tuck se ríe y desaparece. Luego lo siento atrás mío.

Me doy la vuelta y lo veo. El rostro se presentó como persona.

-Hay muchas razones-me dijo acercándose a mí en paso lento-pero hay una que me hace la vida imposible.

Me cruzo de brazos, desafiante.

-¿Cuál?-pregunto nuevamente.

Él sonríe-sí, sonrisa macabra-y se muerde el labio inferior.

Se acerca aún más y se acomoda la chaqueta del esmoquin que lleva puesto. Y luego el moño...es la primera vez que lo veo vestir así desde sus visitas desagradables.

-Deberás averiguarlo por tí misma-entorna los ojos y desaparece. Luego escucho una voz, como antes-ya te he dado muchas respuestas. Debes jugártela.

Me quedo suspendida, esperando-aunque suene muy loco-mi muerte. Quiero despertar de este sueño, quiero volver a la realidad...

Siento algo debajo de mis pies. La arena de la playa se está moviendo.

Sí, al menos eso parece. Es como un terremoto, el agua empieza a moverse, formando grandes olas que rompen contra la orilla.

Entonces, al levantar un poco la mirada, puedo ver que el agua se hunde. Se está hundiendo en un pozo que se ha formado de un segundo a otro, y se sigue expandiendo hasta llegar a mis pies.

Miro el interior del pozo, sabiendo que es un sueño en el que moriré como en muchos otros.

Al asomarme, me encuentro con nada más y nada menos que con el abismo.

El fondo es oscuro, no se ve nada...es un gran pozo en el interior de la Tierra.

Pero aunque sé que es un sueño, obviamente mis miedos están despiertos, y se me remueve el estómago con sólo pensar lo que hay allí abajo.

Respiro hondo y dejo que la oscuridad me lleve a su mundo.

Cuando caigo, es como caer en una plataforma suave y acolchonada. El pasto que habíamos acomodado con Sam y Rory para dormir.

Al parecer no he hecho ruido, ni gritos, ni agitaciones, porque estos dos están durmiendo profundamente.

Miro hacia arriba y puedo ver un pedacito de la luna. Es lo único que ilumina.

Suspiro y me abrazo a mí misma, esperando que el frío que se hunde en mis entrañas sea sólo parte de otro sueño.

Un día antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora