Un día antes

Capítulo 3

Es el último día de clases y todavía no sé si paso o no a 5to año. Yo intuyo que sí, ya que en todo el año me he esforzado en sacarme más de la nota aceptable.
Cuando me canso de esperar a que alguien venga, me dirijo a la sala de profesores y directamente hablo con la directora.
-Hola Beatriz, ¿me podrías dar mi cuaderno de notas?
Beatriz resopla y debajo de sus anteojos veo que revolea los ojos. Empieza a buscar rápidamente entre unas carpetas y finalmente saca un cuaderno blanco. A la vez dice:
-Catalina Scaffer -me entrega el cuaderno y agrega-: La próxima vez debes venir antes.
Me voy sin decir nada, porque me molesta tanto que no me diga ni buenos días ni hola. Así que prefiero no darle importancia y mirar mis notas de una vez.
Voy al banco que está fuera de la escuela y abro el cuaderno. Matemática: 8 . Biología: 10 . Historia: 7 . Geografía: 9 . Lengua: 6.
Hay muchas notas más, pero me centro en esa. No puede ser. Mi materia favorita y la desaprobé ¿Y ahora? Tendré que volver a cursarla, y adiós vacaciones con Sam. ¡Dios santo!
Me parece injusto. Yo siempre me he esforzado en la escuela, y más en Lengua. Pero no pienso quedarme con la palabra en la boca, así que voy de nuevo a la sala de maestros y está Beatriz de espaldas en su silla, mirando hacia fuera.
Me acerco y le toco el hombro con el índice. Cuando lo hago me dice en un susurro:
-Espérame un momento.
-¿Mirar hacia la ventana es más importante que prestarle atención a una alumna? -pregunto con furia.
Beatriz no me mira ni hace nada.
-¡¿Es enserio?! -casi grito.
Beatriz se da la vuelta y puedo ver que habla por teléfono.
Me quedo parada con la mirada llena de rabia. Me siento una idiota. ¿Cómo no lo pensé antes? ¿Qué tiene de divertido mirar hacia una ventana que da a una pared mugrienta? Creo que ninguna persona normal podría hacer eso sin prestarle atención a su entorno. ¿Beatriz es normal?
-Claro, como no -es su saludo frente al teléfono con una sonrisa falsa.
Cuelga el teléfono y me observa un momento.

-Te he dicho que esperaras un momento -me dice con dureza.

-Lo sé. No sabía que hablabas por teléfono.

-Nadie puede faltarle el respeto a una directora. Nadie, porque a ti nadie te ha tratado mal -me dice casi en un susurro.

¿Nadie?

-Solo... -la miro con asco- me parecía injusta mi nota en lengua.

La directora Beatriz nota mi cara de asqueada. Levanta las cejas y se ríe.

-Los profesores están para enseñar a los alumnos, para evaluarlos. Si los alumnos no aprenden, si no prestan atención, los profesores deben hacérselo saber. Ahora, retírate -me dice con voz ingenua. Sí, como si lo fuera.