¿Qué pasaría si no existiera la escuela? Probablemente no seríamos tan racionales, supongo. Pero si lo fuéramos, ¿por qué inventaron la educación escolar? En la época que lo inventaron debía ser fatal, porque primero los niños hasta dormían en los institutos, comían en ellos y hacían sus actividades. Las familias eran muy pobres y no podían mantener a sus hijos así que los enviában a la escuelas todo el día.
Sin embargo las familias de clase alta, contrataban a un profesor particular para que vaya a sus hogares a darles clases a sus hijos, y tenían el privilegio de no morir de hambre.
¿Que pasaría si en este año, en el 2015, suceda lo mismo?
Al fin y al cabo, a los profesores no les importa nada de lo que te pueda pasar. Ellos creen que sólo deben enseñarte lo básico y nada más, pero no es así. Porque ellos forman parte de tu vida, y son importantes. Pero más lo serían si te educaran de otra manera.
—¿Todo bien? —Sam logra sacarme de mi nube de rabia.
Estoy sentada en el banco de la escuela, mirando hacia la ventana, haciendo golpecitos con un lápiz.—Eh... si, si omitimos que tengo que rendir lengua —digo, levantando una ceja.
Sam frunce el ceño. Sonríe.
—¿Lengua? —pregunta Sam.
No escucho lo que me dice Sam y me enfoco nuevamente en la ventana.—Odio a Beatriz. Tenía ganas de pegarle.
Sam se hecha a reír a carcajadas.—¿Qué? —pregunto mirándolo de pies a cabeza.
—Es que... —se agarra la panza y se sigue riendo—. ¿Tú... peleando con la directora de un Instituto?
¿Qué me quiso decir? ¿Me está menospreciando?
—Olvídalo —digo furiosa, volviendo a entrar en la nube, dando golpecitos con el lápiz, mirando la ventana.
—No me digas que te enojaste. ¿Eres tonta?Me cansé. Me levanto de la mesa, agarro mi cuaderno y lo pongo bajo mi brazo. Salgo por la puerta sin dirigirle ni un mirada a Sam. Sin saludarlo.
Voy caminando a mi casa como todos los días, y en el camino me cruzo con Delly, la mujer pobre que cocina aunque no le paguen, con el antiguo actor John, con Plixi (la chica que entrega las cartas) y con Rory. El desagradable Rory, el deseable Rory para todas... menos para mí.
—¿Qué tal...? —pregunta Rory levantando una ceja. Se me para enfrente, bloqueando mi camino.
Yo levanto las dos cejas y lo esquivo.
—Todo bien —respondo a la pasada.
Hago unos pasos más y escucho otros atrás mío.
—¿No vas a preguntarme a mi? —Rory de nuevo me habla.
Me doy vuelta largando un suspiro. Inclino la cabeza hacia la derecha. Rory está con los ojos entrecerrados por el sol, y su pelo rubio hacia el costado por el viento.
—¡Ven! —me dice levantando la voz arriba del viento.
—¿Te debo algo? —pregunto yo también levantando la voz, porque el viento es insoportable y el ruido de los árboles moviéndose no me deja escuchar.
Rory se ríe, se ríe sin parar. Otro más...
—Ten cuidado esta noche —me dice acomodándose el pelo-dicen que los lobos estarán como locos hoy.
¿Qué? No entiendo nada. Pss, lobos, aquí no hay lobos.
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Un día antes
Ficção CientíficaCatalina no puede creer que las personas que viven en el edificio que se encuentra ahora por accidente no son completamente humanas. Si ella está allí, quiere decir que tampoco es 100% humana. Ella es atormentada en sueños por Tuck Hapelly, alguien...