Después de tu alma gemela

Eres mi alma gemela

Tony estaba en medio de una enorme obscuridad. Lo que más odiaba. Sin embargo, no estaba solo. Una nave chitauri pasó sobre él y al darse la vuelta solo vio destrucción.

Los vengadores, su equipo, muertos frente a él.

Sus ojos recorrieron a todos hasta llegar a Steve. Corrió a su lado, tratando de tocarlo, de asegurarse de que no estaba muerto, no podía estarlo. Steve reaccionó un momento, solo para decirle que debió esforzarse más.

Tony lo sabía, ya lo sabía. Por eso construyó a Ironman, y de alguna manera eso hizo que Obadiah e Ivan se volvieran un peligro para todos. Una vez había construido casi 50 armaduras para superar peligros, pero no sirvieron ni siquiera para proteger a Pepper e incluso la dañaron. Intentó darle mejores helicarriers a S.H.I.E.L.D. y solo terminaron siendo utilizados por Hydra. Comenzó a crear a Ultrón junto con Bruce, una armadura que protegiera al mundo, y este había amenazado al planeta y asesinado a una enorme cantidad de personas.

Tony se esforzaba, pero todo lo que hacía terminaba siendo perjudicial, y entonces quería esforzarse más.

Esperaba que alguien le dijera cuándo detenerse.

Aunque en el fondo sabía que no lo haría.

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Cuando terminó el funeral de aquel chico alterado al que Tony solo vio cuando llegó a interrumpirlos a Bruce y a él, vio a Vision acercarse a la chica alterada, Wanda. Ella apartó la mirada, negó con la cabeza ante algo que él dijo y se alejó.

Solo hasta entonces, Tony tuvo la idea de que quizás y en Sokovia las costumbres para con sus fallecidos eran diferentes. Ni siquiera se lo había preguntado. Había estado tan desesperado por ayudar y apoyar a quienes murieron que había pagado todos los funerales. Había sido su culpa, después de todo. Pero ahora era probable que pareciera que aparte de haberlos matado, escupía en sus tradiciones.

Steve llegó a su lado.

—¿Estás bien? —le preguntó.

—Sí, claro —contestó Tony de inmediato, casi un reflejo—. Yo siempre.

Steve lo miró, sabiendo que mentía, pero no lo forzó a hablar.

Cuando regresaron a américa, Clint trajo a Wanda con ellos y les dijo que ahora era una vengadora. Todos lo aceptaron. Wanda no se disculpó, no los saludó, no los miró siquiera. Se sentó en una parte de la nave que les prestaron como un cascarón vacío. Vision se sentó a su lado sin intentar hablarle.

Natasha estaba sentada en otra parte, mirando hacia la nada. El único momento en el que había hablado desde que terminó la misión había sido para preguntarle a Tony si podía desactivar remotamente el modo sigilo del quinjet para que encontraran a Bruce. Cuando la respuesta fue no, se había apartado en silencio. Su expresión, en lugar de verse neutral como siempre, parecía perdida.

Como los nuevos integrantes de este S.H.I.E.L.D. que Fury recreaba habían atendido sus heridas, pudieron regresar directo a la torre. Por suerte, a pesar de que una vez más tuvieron un momento en el que el público en general estuvo en su contra por aquel ataque de Hulk, no había habido atentados contra su hogar.

Sin embargo, sí que había un grupo de protestantes en las afueras. Como llegaron en una nave, no los vieron directamente, sino a través de las cámaras. Personas sostenían carteles y gritaban que Hulk no era ningún héroe, solo era una amenaza, que todos los vengadores lo eran.

Natasha se retiró tras mirarlos unos momentos.

Clint fue tras ella.

—Lamento haberme enterado de lo de tú y Bruce hasta que él se fue —le dijo él una vez que llegaron a su piso compartido.