Construir y construir

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–No, Tony, entiende, no traeré a Hulk voluntariamente – repetía Bruce mientras respiraba profundo y tensaba y relajaba los músculos – es muy peligroso. La última vez destruyó tres pisos de la torre y Natasha y Clint estuvieron batallando para retener su atención en un solo punto mientras Steve te sacaba del lugar porque no fuiste muy hábil en escapar ti mismo.

–Bueno, creo que ya no sería igual a la última vez – dijo Tony desviando la mirada. No podía revelar que lo decía porque ahora ya volvía a tener armaduras, Bruce no sabía que ya había recaído en sus días y noches de estar en el taller.

–No quiero desprestigiar tu esfuerzo, Tony, pero no creo que tus sesiones de entrenamiento con Steve sean milagrosas. Mírate, parece que te duele solo estar de pie.

Y eso no era mentira, todos sus músculos estaban tan adoloridos y agotados que cualquier movimiento era una tortura. Sentarse y ponerse de pie era prácticamente imposible. Le dolían los dedos ¡Los dedos! No tiene idea de qué habrán hecho para que le doliera esa parte de su cuerpo. Si resultaba que descubría el dolor en el cabello se iría de ese lugar sin mirar atrás.

–Debemos poder contar con Hulk en las misiones – volvió a retomar el tema que le interesaba.

–¿Qué misiones, Tony? – Bruce por fin dejó completamente su experimento y se volteó a verlo con brazos cruzados.

Por fin tenía su atención total.

–Las que comenzaremos a tener. Somos los vengadores ¿No? Y no es que no me encante ser el saco de boxeo del capitán, pero creo que cada día que pasamos sin hacer nada, todos aquí perdemos un poco más la cabeza. Tú en tu búsqueda eterna por una cura, podrías salir y hacer algo más con lo que actualmente eres.

–No es algo que pueda controlar – le dijo ahora jugueteando con los dedos en el borde del escritorio.

–Aprendamos a hacerlo. – Tony estiró los brazos a los costados como un gesto que tenía y, aguantándose con todas sus fuerzas el quejido de dolor que eso le generó, su voz salió un poco ahogada al principio –. Reavivamos lo que se puede del equipo.

–Se saldrá de control.

–Hagamos un seguro, entonces. Puedo hacer una armadura, una que rivalice con Hulk y me ayude a detenerlo si es necesario.

–Es una locura.

–Ayúdame a llevarla a cabo. Eso somos ¿No? Científicos locos.

Bruce dejó escapar una ligera risa y lo observó a los ojos. Tony podía ver en ellos el conflicto interno que tenía. Y aun lleno de dudas asintió. Si a Tony no le doliera hasta respirar, hubiera dado un pequeño salto de victoria.

–Pero tampoco quiero ser la causa para que vuelvas a pasar días y noches en el taller, Tony.

–No lo haré, tú tranquilo. Pepper y Steve están por aquí para evitar eso. Y, al parecer Rhodey también – dijo observando la Starkpad que había dejado recargada en unas carpetas que Bruce tenía allí.

La había dejado reproduciendo cámaras de seguridad con el objetivo de huir de Steve si resultaba que este intentaba buscarlo. Podía repetirlo todas las veces que fueran necesarias, no era que no le agradara estar con él, incluso hacer ejercicio a su lado era divertido y todo, más de lo que era con Happy porque Steve tenía una clara y enorme superioridad a él en ese ámbito, y aunque no era su área siempre le encantaba aprender más. Pero también era cierto que no podía con el ritmo que el super soldado llevaba y necesitaba un descanso para no perder los brazos. La imagen mostraba a Rhodey entrando a la sala común.

Después de tu alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora