Después de tu alma gemela

Conocer a una persona

Tony estaba molestando a Bruce como siempre.

Nada del otro mundo, pero llegó un punto en el que a Bruce se le cayeron unas medidas exactas que llevaba casi todo el día haciendo, no precisamente culpa de Tony, podía defenderse, pero también podía decirse que si él no hubiera estado allí igual y no pasa. Bruce se enojó mucho, demasiado y fue inevitable que de repente empezara a ponerse verde.

Tony se hizo hacia atrás y trató de llamar una armadura. Como balde de agua fría llegó a su mente de inmediato que él ya no tenía ninguna armadura. El rugido se escuchó por todo el edificio y con un solo movimiento de brazos Hulk destruyó el laboratorio. Tony corrió, aprovechando que no se encontraba a la vista del otro con su respiración agitada, sudando y su corazón palpitando con fiereza haciendo que le doliera el pecho. Solo necesitaba llegar al elevador o las escaleras y alejarse. Activar la contención y llamar a Thor, tal vez. Si tan solo estuviera en el mismo planeta.

Por la desesperación de alejarse pasó a tirar unos frascos y el ruido hizo que Hulk lo mirara de inmediato. Tony estaba seguro de que lo que su corazón hizo en ese momento fue detenerse. Cayó al suelo ante la impresión de Hulk yendo a su dirección con toda su ira y tal vez fue un calambre lo que atravesó todo su cuerpo y no lo dejó moverse como era su intención.

No allí desprotegido, desnudo e imposibilitado. Sin nada que le permitiera levantarse por sí mismo ya que nadie más le iba a ayudar.

Un sonido metálico al golpear fue lo que lo hizo mirar frente a él lo que en realidad no había dejado de ver pero sí de procesar, y eso era a Hulk inclinándose un poco hacia atrás y Steve Rogers apareciendo a su lado para recibir de vuelta su escudo y prácticamente cargarlo y sacarlo del lugar.

Está casi seguro de que Clint y Natasha de quedaron atrás y que alguien de todos modos dio la orden de iniciar la contención de los laboratorios. Sabe que cuando Rogers lo dejó en el suelo del salón común con los estruendosos ruidos de golpes de metal como fondo, lo tomó de los hombros con fuerza para gritarle enojado por lo que había provocado y Tony en cualquier otro momento habría tenido buenas respuestas para eso, pero en ese momento solo tenía una cosa en mente.

Necesitaba su armadura.

La necesitaba, la necesitaba urgentemente, su armadura, una armadura, cualquier armadura, para protegerse, para defenderse, para pelear, para revisar sus signos, una armadura, una armadura.

–Está bien – Steve apretó un poco sus hombros y acercó su rostro para verlo fijamente a los ojos –, está bien, tranquilo, ya estás aquí, ya estás a salvo. Tranquilo – le repitió.

La boca seca de Tony y su garganta que parecía cerrarse con cada respiración que daba no le permitieron contestar el "No sé de qué hablas, estoy bien" que tenía en mente. Puso atención a su alrededor y se dio cuenta de que el sonido a destrucción inminente se había detenido y que en medio de la oscuridad que la noche había dejado sobre ellos con ninguna luz encendida, se encontraba apresando la ropa de Rogers con manos temblorosas.

Sacudiendo su cuerpo, Tony acabó con el contacto que ambos mantenían y tomó su distancia. Se masajeó las sienes caminando un poco y luego volvió a mirar al rubio.

–¿Bruce? – preguntó.

–Ya se ha calmado. Natasha lo acompaña ahora en su habitación.

–¿Cuánto tiempo estuvimos... así? – movió la mano señalándolos a ambos.

–Casi una hora.

Casi una hora, repitió en su mente. Estaba seguro de que esos ataques de pánico donde perdía la noción del tiempo habían disminuido y que nunca le habían pasado frente a alguien más. Ni siquiera Pepper sabía de ellos. Su hermano de ciencia seguro lo sospechaba y de la agente Romanoff no dudaría si saliera con que siempre lo había sabido, pero que el fuera consciente no lo sabía nadie con seguridad y no estaba feliz de que el capitán de la nación fuera el primero en enterarse.