Tony se sintió aliviado de salir de la nave y estar lejos de Quill un rato.
El lugar era desértico. Solo que la arena era morada y no hacía calor. Tony alcanzaba a diferenciar al fondo lo que parecía una fortaleza. Era tan grande como una montaña, pero se notaba la intervención de quienes vivían en el planeta, pues estaba ornamentado. Al exterior del gran muro, había casas que se hacían más y más rústicas conforme se alejaban.
Era como los típicos gobiernos centralizados. Los ricos y poderosos en el gran castillo. Y luego el pueblo a su alrededor. Ellos descendieron lejos de las últimas casas, pero lo suficientemente cerca de lo que parecía un mercado.
Descubrió que en el espacio no hablaban convenientemente su idioma, sino que todos en la Milano traían un traductor universal puesto. Le entregaron uno, junto con un comunicador para poder contactarlo por si llegaba a separarse. Enfundado una vez más en su armadura, Tony decidió caminar con Gamora y Nebula.
Ellos fueron a buscar combustible para el camino.
Tony podía cargar bastante más con la armadura, pero ver a Gamora y Nebula cargar enormes tanques fue impresionante de todos modos. Ellas probablemente podrían darle una paliza aun dentro de su armadura si se lo propusieran.
Peor que... y Barnes.
Se aclaró la garganta aunque no estaba hablando con nadie, y caminó junto con ellas de vuelta a la nave. Después de dejarlo, volvieron a dirigirse a un mercado.
Los habitantes de este planeta eran pequeños en comparación a ellos. El más alto que había visto probablemente le llegaría al pecho a Tony fuera de su armadura. Su piel era azul y sus ojos amarillos. Mientras veían algunas piezas cuyo fin era completamente desconocido para Tony, notaron a lo lejos a Rocket pasar corriendo entre las personas y no mucho más atrás, alguien persiguiéndolo y gritando que pagara las malteadas.
Gamora rodó los ojos y decidieron ignorarlo, fingiendo que no lo habían visto.
Tony, que no tenía dinero, o lo que sea que se usara para comerciar en el espacio, solo podía caminar y mirar.
Tony realmente no había vuelto a salir al público. Estaba tan... Indispuesto, que no podía llevarse a sí mismo a actuar de una manera adecuada para la vista pública. Se había dedicado a embriagarse tratando de obligarse a sí mismo a dejar de lado los sucesos que había vivido, y había olvidado lo que era salir y estar rodeado de personas de esa manera.
Era cómodo.
Caminar entre toda esa gente que no lo conocía, que no tenían idea de quién era, de lo que hacía o de lo que había hecho.
No sabían sobre los vengadores separándose, no sabían sobre Ultron, o Nueva York o cualquiera de los lugares donde habían intervenido que habían generado la existencia de los tratados de Sokovia. Estaba en su armadura, pero nadie sabía sobre Ironman, y aun más importante, era Tony Stark y nadie tenía idea de él. De todos los errores, del playboy que tiene que sonreír a las cámaras, que siempre tiene que cuidar su imagen porque el mundo vive cazando sus errores para arruinarlo.
No era nadie.
Avanzando entre los puestos que habían, reconoció piezas que podían ser utilizadas para arreglar el walkman de Quill. Le pidió a Nebula si le podía comprar las piezas. Ella accedió sin cuestionarlo. Gamora le dio unidades, la moneda universal, para que pudiera comprarse más cosas si quería. Tony aceptó pidiéndoles que cuando llegaran a la Tierra, se quedaran un poco y él pudiera comprarles cosas a cambio con el dinero terrestre con el que contaba.
Gamora le sonrió, Nebula asintió. Tony sintió como si quisiera sonreírles, pero el gesto no alcanzó su rostro.
Siguió paseando. Caminar fuera de la nave, fuera del complejo de vengadores, fuera de la torre Stark. Estar rodeado pero estar solo. Era la mejor distracción.
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Después de tu alma gemela
FanfictionTodas las personas buscan a su alma gemela. Saben que es algo especial y desean estar junto a la única persona que está garantizado siempre los amará. Todo el mundo cree que una vez que el nombre de su piel se completa vivirán un eterno felices para...