Después de tu alma gemela

Amigos, solamente amigos

La primera base a la que se dirigieron fue en Italia.

Siendo un país que conformaba las fuerzas del eje, no era muy práctico que el Capitán América fuera con su indumentaria gritando que eran fuerzas enemigas introduciéndose en su país. Pero Steve insistía en que debía permanecer con el vestuario porque debía reflejar la decisión y esperanza que américa traía a las personas. Bucky pensaba que eran idioteces y no podía dejar de estar nervioso y sintiendo que, cualquiera vería su escudo como una diana y, lamentablemente, nadie le dispararía al centro de esta sino al sujeto que lo cargaba. Avanzaban a través de una ciudad abandonada, Bucky se mantenía delante de ellos escondido entre los edificios apuntando con su arma todo lo que parecía moverse.

Se sentía un poco extraño. Desde que Steve lo había sacado de aquella base de Hydra, sus sentidos se habían agudizado y se preguntaba si acaso esos científicos estaban probando algo en él que luego usarían en sus propios hombres. Si era así, agradecía la ventaja, porque si antes era un buen tirador, eso se había duplicado, ahora era capaz de mantenerse por mucho más tiempo en la misma posición sin que su cuerpo lo resintiera ni temblara por el esfuerzo, percibía su entorno mucho mejor, incluso sin verlo directamente notaba a Steve buscándolo, a él, no a los posibles enemigos. A él. Y eso lo hacía sonreír.

Se escuchó un disparo a unos 400 metros por el este, seguido de muchos otros disparos. Steve y Morita se movieron de inmediato en esa dirección, Bucky también se levantó y corrió tratando de pasar de edificio en edificio a través de ventanas o techos, lo que fuera, no podía perder tiempo bajando a nivel de calle.

Gabe, Monthy y Frenchy estaban tomando otra ruta para así no llegar como grupo y tratar de sorprender a quien fuera que se encontrara por allí.

Cuando llegó a la calle indicada, se deslizó pecho tierra sobre los techos para hacer un reconocimiento y dar prioridades, sabía que en cuanto disparara sabrían su ubicación así que debía hacer que valiera la pena. Primero se aseguró de que no hubiera otros francotiradores, ubicó a sus compañeros cubriéndose detrás de un auto volcado y algunas imperfecciones del edificio más cercano, de soslayo observó a los otros acercarse con cautela. Excepto Steve, el hombre se creía indestructible y con solo el escudo frente a él, corría descaradamente en medio de la línea de fuego.

Bucky vio que un hombre bajó el arma, apuntando a sus piernas y fue ese hombre con quien gastó su tiro sorpresa. En solo un segundo ya había algunos hombres tratando de darle a él también. Tuvo que cubrirse. El sonido de las balas chocando contra el escudo se hacía más fuerte y constante, eso significaba que se habían concentrado en Steve y que éste estaba cada vez más cerca. Acomodó su arma apuntando más o menos a donde tenía ubicadas a algunas personas y de esa manera solo asomar la cabeza para apuntar correctamente, disparar y cubrirse otra vez.

Para la tercera vez que lo hizo, ya no tuvo que cubrirse de inmediato, los hombres estaban más concentrados en el símbolo americano que ya estaba entre ellos y el resto del comando que habían avanzado demasiado como para considerar retroceder. Gabe fue el primero en someter a alguien, lo presionó contra el suelo y levantó su cabeza. Le salía espuma de la boca.

–¡Se están suicidando! – gritó así que los comandos inmediatamente trataron de evitarlo, sin embargo, eran demasiados y los que aún tenían armas les disparaban a sus propios compañeros para evitar que los atraparan. Steve logró detener a uno, pero otro de sus compañeros lo asesinó con un disparo en la cabeza antes de suicidarse también.

Bucky bajó de inmediato y fue directo a Steve. Había acostado el cuerpo del hombre al que casi había detenido y como resultado había perdido un tercio de su cabeza. La sangre había manchado el traje de Steve y parte de su rostro, se veía algo pálido por lo que había acontecido en sus brazos. Bucky le limpió el exceso con el dorso de la mano, más que nada para poder tocarlo, Steve lo miró agradeciéndolo, sabía que, aunque el daño en la marca de Steve había debilitado todo lo que su vínculo implicaba, aún compartían una agradable sensación cuando su piel entraba en contacto. Todo se sentía bien, como si no estuvieran en medio de un grupo de cadáveres que había decidido morir a terminar capturados. Que solo eran ellos dos, y que mientras estuvieran juntos, podrían sonreír.