Capítulo 50

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Con todos los profesores haciendo lo posible por ahogar a los de quinto año en el trabajo, no era de extrañar que los herederos se esforzaran por encontrar un momento para reunirse. Susan le pilló en el pasillo de camino a Adivinación a la mañana siguiente, levantando una rápida guardia de privacidad. -Tenemos que tener un grupo de estudio-, le dijo ella, y él hizo una mueca.

-Me encantaría, pero tengo castigo con Umbridge todas las noches de esta semana-. Susan maldijo, con una mirada comprensiva. -Sin embargo, ve a reunirte sin mí. Nev puede ponerme al día. También le daré mis notas para ti-. 

-Eso funcionará. Imagino que ya sabes lo que voy a decir sobre Umbridge, de todos modos-.

Harry sonrió con ironía. -Creo que ya tengo lo esencial. Sólo tenemos que asegurarnos de que no se entere de lo que estamos tramando; lo último que necesitamos es que Fudge tenga la suficiente antelación como para intentar librarse de las consecuencias-. A veces resultaba absolutamente irritante el tiempo que iban a tardar todos en cumplir los diecisiete años y estar en condiciones de poner en práctica sus planes; el tiempo que Fudge y sus compinches, junto con Dumbledore y los de su calaña, podían seguir arruinando la vida de la gente para su propio beneficio. 

-Va a ser un año difícil-, convino Susan, con un aspecto sombrío.

-Haré lo que pueda. Soy un excelente chivo expiatorio-, dijo Harry con un guiño, haciéndola reír. -Siempre es un placer hablar un poco más de Voldemort si eso la libera de tu caso-.

-Es bueno saberlo-. Parecía divertida. -La tía Amelia te cree, por cierto. Intenta hacer lo que puede para preparar al Ministerio, pero todos meten la cabeza en la arena-.

-Ya me lo imaginaba. Si te sirve de ayuda, he cogido los nombres de algunos de los mortífagos que estaban allí esa noche; puede que no sea capaz de arrestarlos, pero al menos puede echar un ojo-.

Susan asintió con entusiasmo, y Harry hizo una nota mental para anotar los nombres para ella más tarde y deslizarlos con las notas de la ley. -Escucha, Susan, sé que las cosas son todo un caos con los OWL y Umbridge y todo eso, pero tenemos que asegurarnos de que el grupo de estudio más amplio continúe. Ya oíste al Sombrero Seleccionador: ahora más que nunca, tenemos que romper esos límites de las casas-. Lo último que quería era que el miedo hiciera retroceder a la gente a sus viejos hábitos.

-No te preocupes, lo tenemos cubierto-, aseguró. -Lo necesitaremos especialmente para Defensa, Merlín-, añadió con un escalofrío. -Tú sólo supera tus detenciones, ¿de acuerdo? Deja la unidad para mí-. Le dedicó una sonrisa confiada y luego miró hacia el pasillo. -Tengo que ir a Aritmancia, nos vemos luego-.

Dejó caer el pabellón de privacidad y se alejó a toda prisa justo cuando una multitud de estudiantes se desparramaba por el pasillo. Harry se dirigió a Adivinación a medio trote, con el cerebro lleno de toda la información y los secretos que intentaba mantener en orden. Después de su castigo, si conseguía hacer los deberes en un tiempo razonable, decidió que se sentaría con su cuaderno protegido por contraseña y trataría de ordenar sus pensamientos. Con Umbridge acechando sobre su hombro y Voldemort esperando su momento, Harry necesitaba tener un plan.

 Con Umbridge acechando sobre su hombro y Voldemort esperando su momento, Harry necesitaba tener un plan

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