Capítulo 32

13.6K 1.6K 942
                                    

La mañana de la segunda tarea amaneció brillante y temprano, afortunadamente bastante suave para finales de febrero. Harry se preparó en el dormitorio, poniéndose el bañador debajo de la bata y metiendo el gillyweed en el bolsillo. Neville lo esperaba en la sala común con un sándwich de tocino, y Harry le sonrió. -¿Está el vestíbulo un poco loco?-.

-Ha estado peor-, dijo Neville encogiéndose de hombros, -pero igual pensé que preferirías evitarlo-.

-¿Dónde están Ron y Hermione?- A Harry le sorprendió que el par no estuviera allí con ellos, ya que estaban tan decididos a ser sus mejores amigos de nuevo. Casi no le dejaban ir al baño sin su compañía estos días.

-No los he visto, en realidad-, respondió Neville. Harry frunció el ceño, pero se lo quitó de encima; tenía cosas más importantes de las que preocuparse.

Comiendo su sándwich de camino al lago, alzó las cejas al ver las gradas de la primera tarea construidas en la orilla del lago, con vistas a las aguas tranquilas. Neville lo abrazó y le deseó buena suerte antes de apresurarse a tomar asiento, y Harry se dirigió hacia la mesa de los jueces, donde pudo ver a Viktor esperando. Todavía no había rastro de Fleur ni de Cedric.

-Buenos días-, saludó Harry, alegrándose del encantamiento calentador de su túnica. Snape le había prometido que la gillyweed le ayudaría a adaptarse a la temperatura del agua, y Harry rezó para que tuviera razón. Tenía que estar helada. Viktor asintió en señal de saludo, con los ojos oscuros fijos en el agua. Estaba claramente en la zona, y Harry lo dejó, escudriñando al resto de la multitud. Se sorprendió al ver a Percy sentado en el asiento del señor Crouch, y se acercó. -¿Dónde está el señor Crouch?-.

-Todavía no está bien-, le dijo Percy con el ceño fruncido. -Algo terrible, no ha venido a la oficina en semanas. Por supuesto, me estoy encargando de todo según sus instrucciones: me escrihe todas las mañanas, ya ves. Lo tengo todo controlado-. Percy hinchó el pecho. -Pero, por supuesto, le deseo la más rápida recuperación-.

Harry frunció el ceño; eso no podía ser cierto. Había visto el nombre del señor Crouch en el mapa media docena de veces desde el baile de Yule. Pero, por supuesto, no podía decir eso, o tendría que explicar el mapa, y entonces estaría en todo tipo de problemas.

Antes de que pudiera pedir detalles sobre la misteriosa enfermedad de Crouch, Bagman apareció al lado de Harry, echándole un pesado brazo sobre los hombros. -¿Estás bien, Harry?- Se acercó, bajando la voz. -¿Necesitas algún consejo de última hora?-.

Harry retiró con firmeza el brazo del hombre de su persona, alejándose un paso. -Estoy bien, gracias-. ¿Por qué el hombre insistía tanto en ayudarle? Seguramente Harry no parecía tan patético.

La llegada de Cedric y Fleur fue la excusa perfecta para que Harry se deshiciera de Bagman, y chocó el hombro de Cedric con el suyo. -¿Estás preparado para esto?-.

-No tengo muchas opciones, ¿verdad?- Señaló Cedric con sequedad. -Oye, ¿has visto a Cho esta mañana? No estuvo en el desayuno-.

-No la he visto-, respondió Harry, desconcertado; eso no era propio de Cho en absoluto. -Pero no he ido a desayunar. Neville me trajo un sándwich para que pudiera evitar la multitud-.

-No es él, ¿verdad?- preguntó Cedric moviendo las cejas, dejando claro a qué se refería. Harry se sonrojó, pinchando al Hufflepuff en el costado.

-¡No!- siseó, con los ojos muy abiertos. -¡No es Neville, Dios! Y baja la voz, que seguro que Skeeter está por aquí-.

Cedric pareció disculparse, mirando a su alrededor en busca de alguna señal de la rubia reportera. -Eso es raro, en realidad; normalmente está justo encima de la acción. Quizá tu abogado la haya asustado por fin-.

LILY'S BOY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora