A la mañana siguiente, Harry se despertó temprano, así que salió del dormitorio sin hacer ruido y bajó a desayunar solo. Ya sólo había un puñado de estudiantes en el Gran Comedor, y cuando Harry se dirigía a la mesa de Gryffindor, alguien le golpeó el hombro. -Mira por dónde vas, Potter-. Era Draco, que lo miraba con dureza, y Harry le devolvió la mirada aunque se animó interiormente, metiendo una mano en el bolsillo de la túnica y envolviendo con los dedos un trozo de pergamino que no había estado allí hace un segundo. Esperó a estar sentado para desplegarlo bajo la mesa. ¿Esta noche, después del toque de queda, en la sala de Encantamientos del cuarto piso?.
Miró a la mesa de Slytherin, y le dedicó a Draco la más mínima inclinación de cabeza, tratando de no sonreír exteriormente.
-¡Buenos días, Harry!- El alegre saludo vino de Susan Bones, sentada en el banco de Hufflepuff cercano, trenzando distraídamente su ondulado pelo cobrizo sobre el hombro.
-Hola, Susan. ¿Buen verano?-.
-No fue malo hasta que ocurrió lo de la Copa. La tía Amelia apenas ha estado en casa desde entonces, es una locura-. Harry recordó que su tía era la directora del DMLE, e hizo una mueca; sin duda había estado aún más ocupada que el señor Weasley. -Por cierto, ¿acabaste escuchando la conferencia de la que te hablé?-. En una de las últimas cartas de Susan, le había hablado de una conferencia que se estaba emitiendo en la Wizarding Wireless, sobre cómo la falta de información para los muggles que entraban en el mundo mágico estaba llevando a una lenta muggle-facción de su sociedad, y que iba a llevar a que fueran descubiertos finalmente. Era un tema increíblemente controvertido.
-¡Sí, ha sido muy interesante!- se entusiasmó Harry, sentándose a horcajadas en el banco para poder comer sus gachas mientras mantenía la conversación. -Tenía muchos puntos buenos, pero me pareció un poco extremo. El mundo de los magos puede ser arrastrado al futuro sin que se vea invadido por los muggles. ¿No sería mucho más fácil utilizar bolígrafos y cuadernos en clase en lugar de plumas y un millón de rollos de pergamino? O, por supuesto, ¡ordenadores! Cada vez son más populares entre los muggles. Si alguien pudiera descubrir cómo hacer que la tecnología muggle funcione con la magia, sería un cambio total en el juego-.
-Pero eso aumentaría la probabilidad de que se descubriera el mundo mágico-, señaló Hannah Abbott, entrando en la conversación. Su padre era muggle, ya que había tomado el apellido de su madre cuando se casaron, así que estaba bastante familiarizada con la tecnología muggle. -Imagínate que alguien se las ingeniara y tuviéramos una Internet completamente separada para el mundo de los magos. Bastaría con que un muggle especialmente experto en tecnología lo descifrara y estaríamos a la vista de todos-.
Tenía razón, y Harry se quedó pensativo. -De acuerdo, tal vez no sea un gran intercambio cultural, entonces. Pero no se puede argumentar en contra de las plumas-.
-¡Oh, Merlín, no! Papá lleva años diciendo que el mundo de los magos debería cambiar. Un día de estos juro que voy a hacer los deberes en birome sólo para ver qué dicen los profesores-, dijo Hannah riendo.
-El caso es que si seguimos apartando todo lo muggle y nos negamos a aprender sobre ellos, sólo destacaremos más-, continuó Susan, devolviéndoles el rumbo. -Harry, tú estuviste en el Mundial, ¿no es así? ¡Viste lo que a la mitad de los mayores les pareció un buen ejemplo de ropa muggle! ¿Cómo esperan permanecer de incógnito si no tienen ni idea de la vida muggle?-.
Harry recordó algunos de los trajes más... interesantes que había visto en la Copa. Susan tenía razón. ¿Cómo podían los magos mezclarse con los muggles si no sabían nada de ellos?.
Fueron interrumpidos por la llegada de Ron y Hermione, que parecían desconcertados por la compañía que tenía Harry. -¡Ahí estas!- dijo Hermione a modo de saludo, dejando caer una pila de libros sobre la mesa a su lado. Cómo podía tener tantos cuando aún no tenían sus horarios, Harry no lo sabía.
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LILY'S BOY
Fiksi PenggemarAntes de que comience su tercer año en Hogwarts, Harry se enfrenta a tres semanas enteras de tiempo sin supervisión en el callejón Diagon. En ese tiempo hace un viaje a Gringotts, y eso lo cambia todo. Cargado con el conocimiento de que Dumbledore...