El Heredero De Drácula

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 29

Cien por ciento recuperado del veneno del demonio, me siento nuevamente con mí energía para salir y hacerme cargo del asunto de la cadena del infierno. Ahora qué ellos tienen en su poder la lanza del destino no podemos arriesgarnos a qué también consigan la espada de la cruz escarlata, hay qué destruirla para qué no usen su poder para romper la cadena.

—¿Seguro qué te sientes bien? — Cuestiona Marinette mientras los dos íbamos caminando por el pasillo del palacio en dirección al patio principal qué era en dónde se encontraban mis amigos.

—Seguro — Contesté —.Estoy totalmente recuperado y listo para patearle el trasero a los demonios, esté mismo día la espada de la cruz escarlata tiene qué ser destruida por el bien de todos nosotros.

—¿Y una vez qué la destruyamos qué sigue?

—Lo más lógico, buscar una manera de eliminar a Abigo y a su nueva amiga, sin ellos Lucifer no puede salir, una vez qué ellos dos sean historia demoniaca nos centraremos en restaurar las cadenas rotas.

Marinette se detiene y siento cómo me toma de la mano izquierda.

Me detengo y doy media vuelta.

—¿Qué pasa? — Miré a la princesa con confusión.

—Yo... tengo algo qué confesarte.

—¿Confesarme?, ¿Qué cosa?

—Verás... yo...— Da un suspiró —.Tú me...

—¿Yo qué?

—Bastián lo qué trato de decirte es qué tú me gus...

—¿Dónde estaban? — La voz del ángel suena a mis espaldas.

Doy de nuevo media vuelta y veo al ser celestial enfrente de mí.

—¿Por qué pierden el tiempo hablando?, tenemos qué destruir una espada, les recuerdo qué tenemos a dos demonios detrás de nosotros.

—Es verdad, ¿Cómo empezamos?

—Yo me voy a encargar de destruirla con un poderoso hechizo celestial, pero para qué funcione necesito estar en un lugar dónde la luna se vea con total claridad para qué el hechizo sea muy poderoso, ¿Hay un lugar en está ciudad en dónde la luna claramente?

—¿Un lugar?, ummm... sí hay uno ahora qué recuerdo el patio principal del antiguo palacio, está en las montañas es el lugar perfecto para llevar acabo ese hechizo.

—Bien, entonces vayamos por la espada y nos llevarás directamente hasta ese lugar.

—Ok.

El ángel da media vuelta y se dirije hacia la salida del pasillo.

—¿Qué es lo qué querías decirme Marinette? — Volví a mirar a la princesa.

—Nada, era un asunto sin importancia.

—¿Segura?

—Sí, no te preocupes ahora vayamos por la espada para qué todo esto llegue a su final.

Asentí y ambos fuimos también hacia la salida del pasillo. Una vez qué atravesamos la salida vimos a todos reunidos en el patio, bajamos los escalones y caminamos hacia ellos.

—Es bueno verte de pié — Dice Van Helsing.

—No podía quedarme en la cama con el problema qué tenemos sobre nosotros, ¿Tienes la espada?

Él asintió, la desenvaino y me entrego la arma celestial.

—Con la lanza del destino en las manos de los demonios nuestro tiempo se está acabando, hay qué destruir ya está arma, sin los dos objetos celestiales qué ayudaron a mejorar las cadenas Lucifer no puede venir, solo tenemos está oportunidad.