El Heredero De Drácula

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 27

De nuevo en la maldita sala del trono de esté maldito castillo, ¿Cómo diablos es qué llegó aquí sí se supone qué estoy envenenado?, bueno por lo menos tengo una ganancia de estar aquí, el dolor de garganta ya no lo siento más, honestamente es insoportable siento cómo sí mí garganta se estuviera derritiendo, es un dolor qué no se lo deseo ni a mí peor enemigo.

—Veo qué te has dignado nuevamente a visitarme, Bastián — Drácula aparece sentado en el trono —.Qué bien, así pasamos tiempo de calidad abuelo-nieto.

—¿Qué es lo qué quieres de mí?, ¿Por qué no me dejas en paz? — Pregunté acercándome un poco a él —.Ya te dije qué no me voy a convertir en ti, Vlad.

—Ohhh, hace un buen tiempo qué nadie me llamaba así, me trae muchos recuerdos, ¿Sabes?

—No me importa — Le digo y él pone ríe.

—No planeo seguir insistiendo en eso, Bastián, pronto ya lo verás por ti mismo, aceptaras tarde o temprano esa oscuridad qué albergas en el fondo de tú corazón, de tu alma, de todo tú ser.

—Pues te quedarás decepcionado, Drácula — Le dije seriamente —.¿Qué lugar es esté? — Pregunté.

—¿Esté?, esté es el castillo de Poenari, ubicado en la región de Valaquia, Transilvania — Responde él —.Aquí es el lugar dónde tú padre Vladimir creció, aquí es dónde pasó sus mejores años.

—Antes de qué tú mandaras todo a la mierda, con tú maldito plan de poder, tengo algunos anécdotas de su parte.

—¿Así?

—Cuándo era niño, escuchaba a mí papá hablar sobre ti con mí otro padre, escuché qué cuándo mí papá era un niño vio muchas veces cómo torturabas y empalabas a tus enemigos turcos.

—Oh sí, lo recuerdo perfectamente bien, Vladimir lloraba mucho por eso e iba directamente con Charlotte para qué lo calmara, la verdad desdé qué él era un niño mostraba señales de ser un débil, por eso mismo lo entrene y lo volví un guerrero formidable pero termino dándome una gran decepción, algo qué espero no suceda contigo, mí querido nieto — Se levanta del trono, baja los pequeños escalones y ambos quedamos frente a frente —.¿Sabes?, tú tendrías un talento inigualable de empalar a los enemigos qué te amenacen.

—No, gracias prefiero simplemente noquearlos.

—Sí... claro — Suelta una risa pequeña —.A Vladimir nunca le gustó pelear siempre y cuándo no dañaran a su hermana, Emilia, sí lo hacían entonces tú padre se volvía una máquina de matar, antes de qué comenzara mí plan de un mundo perfecto los turcos invadieron mí terreno y fueron los muy imbéciles a atacarme a mí castillo, tomaron cómo rehén a Emilia y a Charlotte, yo me encontraba defendiendo, no podía hacer nada por ellas, aún con mí vampirismo abominación me superaban en número pero fue entonces qué Vladimir activo su lado vampiro y termino con todos los enemigos fácilmente, desgarrando sus gargantas, bebiendo hasta la última gota de sangre y arrancando sus cabezas, fue un momento verdaderamente único.

—Eres un loco, ¿Lo sabías?

—Sí.

Usa su velocidad de vampiro, aparece atrás de mí y se acerca a mí oído derecho.

—Una vez qué te des cuenta de la oscuridad qué tienes en tú interior, Bastián Drácula, comprenderás la emoción qué sentí al ver a Vladimir matando, sentirás el placer de acabar con la vida de los seres insignificantes, de esas pestes despreciables, entonces solo entonces me sentiré orgulloso de ti, ¿Tú nunca has experimentado eso verdad?

—¿Qué?

—La felicidad de qué alguien esté orgulloso de ti, no trates de mentirme, tus padres nunca se han sentido orgullosos de ti ni siquiera por qué estás tratando de salvarlos del maldito de Lucifer, ¿Sabes por qué?, por qué creen firmemente gracias al consejo de vampiros qué tú y yo somos iguales, por eso es qué nunca te han dicho sí están o no están orgullosos de ti, pero eso podría cambiar, ¿Sabes?, conmigo, sí aceptaras la oscuridad Drácula entonces yo estaría orgulloso de ti por toda la eternidad y por fin podrás experimentar esa felicidad, mí amado nieto.