𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 53

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El sol había por fin salido, el día de hoy había decidido no ir a clases ya qué aún no me siento completamente bien para reanudar mis estudios supernaturales, no tengo cabeza para ello ahora. En esté momento lo único qué está en mí cabeza son las malditas mentiras, mierda se supone qué ellos son héroes y los héroes nunca mienten, pero ya comprobé qué ellos no son héroes, son un chiste.

—Pensé qué te quedarías en la cama — Drácula hace acto de presencia en el pasillo mientras yo cerraba la puerta de mí dormitorio con llave —.Después de todo no fuiste a clases.

—Eso no quiere decir qué no pueda salir del dormitorio.

Camine junto con él hacia las escaleras después de haber cerrado la puerta.

—Tengo mí celular lleno de mensajes de ellos, ¿Sabes?

—Por favor dime qué no has respondido.

—No lo he hecho, he eliminado cada uno de esos mensajes.

—Lo tienen merecido.

Llegamos a las escaleras y comenzamos a bajarlas.

—¿Cómo supiste lo de Aurora?

—No tenemos mucho qué hacer los espíritus, ¿Sabes?, más qué sentarse y ver a los demás con sus vidas — Responde —.Yo lo supe después de encontrarnos por primera vez, Vladimir y Kai estaban hablando sobre ella mientras qué tú estabas envenenado.

—Ya veo.

—No los necesitas, ¿Lo sabes verdad?

—Claro qué lo sé, no los necesitó más.

Llegamos a la puerta y salimos del edificio.

—¿Por qué me estás apoyando?, ¿No se supone qué deberías aprovechar mí irá para hacerme caer en la oscuridad?

—No, prefiero qué tú mismo la elijas ir hacia ella.

—Pues espera sentado — Dije y él rió.

—No creo esperar mucho honestamente, disfruta del día, Bastián, nos veremos después.

Asentí y él desaparece.

Seguí caminando hasta llegar a la cafetería de la plaza B. Entre al establecimiento, pedí un vaso con mí sangre favorita, espere unos minutos, me entregaron mí orden, pagué, salí y tome asiento en una de las mesas de afuera para disfrutar de mí comida.

Deje mí celular sobre la mesa y esté comenzó a recibir un sin fin de mensajes. Lo recibe y eran ellos nuevamente, me dicen qué quieren verme para hablar.

JA, no soy imbécil, yo no voy a volver jamás con ellos, Vladimir Drácula y Kim-Seong Jin no son nada de mí, no representan ninguna autoridad para mí, ya no más.

Tienen a Aurora, qué la fastidien a ella y no a mí.

—Hola, Bastián.

Esa voz...

Giré mí cabeza hacia la izquierda lentamente y me tope con una persona muy conocida y honestamente querida para mí.

—Abuelo Shin, ¿Qué haces aquí? — Lo veo tomar asiento en la silla qué estaba frente a mí.

—Vine a recordar mis tiempos cómo líder de está escuela.

—Sí vienes a hablar por ellos, no quiero tener la conversación, así qué regresa a Corea.

—Estás molesto y entiendo qué no es para menos, pero tienes qué comprenderlos.

—¿Comprender qué?, ¿Tengo qué comprender qué ellos piensen qué seré cómo Drácula?, ¿Qué seré un peligro para Aurora?, no gracias, prefiero no comprender nada.

—Bas...

—No abuelo, no los pienso comprender, me lastimaron de la peor manera posible y eso es algo qué no pienso perdonar.

—Ellos están aquí en Québec.

—¿De verdad?, pues qué disfruten la ciudad por qué yo no pienso verlos.

—Quieren explicarte todo, me enviaron para llevarte con ello, nos están esperando junto con tú abuela y tú hermana en el restaurante qué está cerca de la plaza de la ciudad.

—Punto número uno, no quiero verlos, dos, Aurora Drácula no es mí hermana y tres no tengo nada en contra de ti y de mí abuela, ustedes me dieron una buena infancia, me llevaron muchas veces al parque y me hicieron bien, así qué mientras no se trate de asuntos qué tengan qué ver con los héroes de Corea del Sur podemos seguir viéndonos.

Él asintió.

—Está bien, pero, ¿Recuerdas la vez en la qué me pediste qué te enseñará a pelear con espadas?

Asentí.

—Sí lo recuerdo, dije qué sí me enseñabas a pelear con esa arma yo te haría un favor a ti cuándo quisieras.

—Hicimos una promesa de abuelo y nieto, quedamos en qué no la podías romper y fuera lo qué te pidiera lo ibas a cumplir.

—Sí, lo recuerdo pero... ah, no, no, no y no.

—Sí.

—No abuelo, pídeme lo qué quieras menos eso.

—Bastián, quiero qué me acompañes hasta el restaurante en dónde estás tus padres, y los escuches, esa es la manera de pagar tú deuda conmigo.

—Otra cosa abuelo, por favor menos eso te lo imploró.

—Ya dije lo qué quiero, Kang-Dae.

Mierda, mierda.

¿Por qué tenía qué hacer esa promesa?, me acabo de hundir más de lo qué ya estaba.

—Bien... iré — Acepte sin más.

—Está bien, entonces...— Se pone de pié —.Vamos con ellos.

Asentí, tome mí vaso y mí celular, me puse de pié y seguí al abuelo rumbo a la calle principal.

—¿Dónde están tus amigos?

—Supongo qué en clase, ¿Por qué?, ¿Ya te dijeron qué Lucifer es mí amigo ahora?

—Puedes tener los amigos qué quieras, Bastián siempre y cuándo estés siempre alerta — Me dice —.Por lo qué se dice de él sé qué no es confiable, es malvado, necesitas tener mucho cuidado.

—Abuelo, Lucifer no es malvado, simplemente lo han tratado del malo de la historia injustamente, tal cómo a mí, él en realidad es bueno, un amigo confiable, me ha ayudado mucho honestamente y... no quiero perderlo.

Mí abuelo me miró.

—¿No lo quieres perder?

—No — Negué —.No quiero perder a Lucifer.

Él asintió sin decir una sola palabra.

Lo qué le dije es verdad, no quiero perder a Lucifer, sé qué la forma en la qué nos conocemos no fue la mejor pero ahora todo eso quedó atrás, Marinette está descansando y yo tengo qué seguir con mí vida y no quiero seguir lleno de odio por lo qué pasó con ella.

Perdone a Lucifer y él ahora es mí amigo y solo sé qué no quiero qué se aleje de mí.

El Heredero De DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora