El Heredero De Drácula

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 55

Llevo caminando por las calles de Québec aproximadamente una hora para intentar calmarme después del desagradable encuentro en el restaurante, no quiero llegar a la escuela y qué los demás me vean así, no quiero preocuparlos, ya tenemos suficiente con la reina malvada merodeando y planeando dios sabe cosa.

—¿Sabes?, sí me sigues siguiendo entonces mí irá se convertirá en acciones — Dije una vez me adentré en uno de los callejones de la ciudad —.Aparece de una buena vez.

Giré hacia atrás y me tope de frente con el hijo de Vlad Tepes, Vladimir.

¿Hasta cuándo me dejaran en paz?, esto me está cansando honestamente.

—No podemos dejar esto así.

—¿A no?, pues te tengo una sorpresa, yo ya lo deje así.

—¿Sabes?, sí quieres un consejo deberías de romperle el cuello, es divertido — Drácula aparece a mí izquierda.

—Bastián, te juro qué nunca quisimos lastimarte de está manera.

—Pues lo hicieron, ¿Tienes idea de lo qué estoy sintiendo en esté momento?, cuándo escuché a Aurora decime qué la estaban protegiendo de mí, sentí cómo sí me clavaban una estaca en el corazón, ustedes dos eran las personas en las qué más confiaba y me fallaron...— Siento cómo mis lágrimas comienzan a brotar y a deslizarse por mis mejillas —.Ustedes... pensaron qué yo sería un monstruo y saber eso, es mucho peor qué morir, me clavaron un cuchillo por la espalda, ustedes me hirieron de la peor manera posible.

—Bastián...

—La verdad yo nunca pensé qué ustedes llegarían a hacerme algo así, pensé qué ustedes siempre estarían conmigo, qué ustedes nunca me pintarían cómo un monstruo, pero ahora veo qué me equivoqué.

—No le muestres tus sentimientos, Bastián, Vladimir no lo vale — Me dice mí abuelo.

—¡¿Te quieres callar?! — Miré hacia la dirección de Drácula —.No me estás ayudando, mejor desaparece.

Idiota, idiota, ¿Cómo se te ocurre hace eso?

—¿Con quién hablas? — Me pregunta el vampiro abominación.

—Y-yo...— Lo miré —.Con nadie.

—Te conozco, algo te está pasando, ¿Qué es?

—No me pasa nada y déjame en paz, no trates de cambiar la maldita conversación, el punto es qué ustedes me vieron la cara y no estoy dispuesto a perdonarlos nunca.

Trato de irme pero él me detiene tomándome del brazo.

—Aún qué no lo creas, hijo yo te amo.

—Ya no me importa.

Hago qué me suelte y camino hacia la salida del callejón. Cuándo estoy por salir me topo de frente con el rey de los vampiros.

—¿Ahora tú?, ¿Quién más me siguió?

Él no me respondió nada, miró hacia la dirección de Drácula, su mano derecha se envuelve en una luz blanca y apunta hacia mí abuelo.

—Sabía qué eras tú, tú presencia la sentía desdé hace un buen rato pero creí qué estaba alucinando.

Vladimir se acercó a su marido y ambos miraron a mí abuelo Drácula.

—P-padre...

—Tal parece qué mí invisibilidad ya no funciona con ustedes, odio tú maldita conexión con el mundo de los muertos, Kai — Le dice Drácula al hadampiro del crepúsculo y después mira a su hijo —.Me da gusto verte, querido hijo, ¿Quién lo iba a decir?, tú fracasando cómo padre — Da una risa —Y decías qué yo era un mal padre.