De resaca en resaca...

693 51 42
                                    

...y tiro porque me toca

La cabeza me daba vueltas; notaba como me palpitaban hasta los ojos. Me quise levantar, pero no tenía fuerzas para ello. Tenía una laguna y no recordaba nada a partir del tercer vaso de whisky de fuego. Era una sensación tan parecida a después de las lunas llenas que hasta me replanteé lo que sucedió ayer.

Alguien se movió a mi lado, haciéndome gruñir en protesta. Las cortinas se abrieron de golpe, dejando entrar demasiada luz de golpe. Gemí tapándome los ojos y girando hacia un lado; mala idea. Estaba en el borde de la cama y de un momento a otro estaba en el suelo.

—¿Tu primera resaca?— oí a Lee.

—Ajá— gemí, frotándome los ojos.

—Vamos— apuró George—, levanta o Granger nos matará.

—¿Cómo podéis estar tan tranquilos?— pregunté con voz ronca desde el suelo, sin abrir los ojos.

—Hacemos esto desde hace tres años. Una vez te acostumbras a emborracharte, la resaca se pasa mejor.

—Vamos, dejarla tranquila— noté como Fred me cargaba en brazos y me dejaba en la cama—. Ayer se pasó toda la noche bailando.

Cinco minutos más tarde me decidí y abrí los ojos. Fred estaba en la cama de George hablando y Lee parecía haber desaparecido.

Me levanté y fui hacia el baño. Me miré al espejo; en lugar del vestido, llevaba una camisa con el emblema de Gryffindor que me quedaba grande y olía como los gemelos. Los moños se habían desecho, dejando en su lugar un desastre en el pelo. El aliento me olía entre a muerto y a whisky y tenía un sabor amargo en la boca.

Me dio una arcada repentina y los gemelos llegaron corriendo. Me arrodillé junto al váter y vomité a la vez que uno de ellos me agarraba el pelo.

—Se ve que anoche no lo echaste todo— dijo Fred detrás de mí.

—Agh— después de vomitar me senté con la espalda en el váter—. Me siento como la mierda.

—Bienvenida el mundo de las fiestas.

Me enjuagué la boca y los gemelos me acompañaron hasta la escalera de las chicas. En la habitación solo estaba despierta Hermione. Tenía los ojos levemente hinchados y el pelo peor que yo. Parecía haberse duchado ya y estaba haciendo su cama.

—¿Qué tal la fiesta?— preguntó con la voz un poco ronca—. Veo que te lo pasaste muy bien.

—No lo estoy pasando tan bien ahora mismo— me dejé caer bocabajo contra la cama.

Tiré el vestido al suelo y me tumbé bocarriba. Hermione lo recogió y lo dejó junto a un montón de ropa sucia que había en una esquina de la habitación.

—Vete a la ducha y despéjate— me aconsejó, y obedecí.

Al salir de la ducha me sentí un poco mejor. Dejé la camiseta de Fred (había llegado a esa conclusión por el olor) sobre el montón de ropa y me puse ropa cómoda. Dejé secar el pelo al aire. Me senté en la cama intentando recordar qué pasó ayer después del tercer vaso de whisky. Mientras, las demás se fueron despertando.

—¿Qué hora es?— le pregunté a Hermione, que estaba intentando desenredarse el pelo aún mojado.

—La una y media— respondió—. El desayuno ya se ha pasado en el Gran Comedor.

—Da igual. Creo que si me meto algo en el estomago podría morir.

Antes de terminar la frase se oyó un ruido en la Sala Común, seguido de gritos.

Jokers [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora