Jokers [Fred Weasley]

El Robo del Diario

Esto cada vez se estaba poniendo más raro. Es decir (exceptuando lo de los gemelos) estaban pasando cosas muy extrañas, y algo me decía que todo estaba conectado. Petrificaciones, había voces que solo Harry podía oír, la Cámara de los Secretos había sido abierta, había un siseo constante, un extraño diario que apareció de la nada en el baño de Myrtle.

Sí. Estaba segura de que todo estaba conectado y eso no podía ser buena señal.

No dormí en toda la noche. Me levanté de la cama, me vestí y oculté las ojeras con la metamorfomagia. Se me hacía bastante difícil levantarme a la hora Bajé a la Sala Común a esperar a los chicos. Me recargué contra la pared y cerré los ojos...

—¡Lena!— alguien me sacudía.

—¿Mhm...?— alcancé a decir en la tercera sacudida.

—Lena, despierta— esta vez reconocí la voz de Harry—. Tenemos que ir a desayunar

—E-estoy despier...— me interrumpí con un bostezo.

—Vamos— dijo Ron agarrándome la mano para guiarme.

Llegamos al Gran Comedor y fuimos a sentarnos juntos a los gemelos y Lee, que ya estaban en la mesa. Al llegar a su lado, los gemelos se nos quedaron mirando con el ceño fruncido a Ron y a mí, que todavía estábamos agarrados de la mano. No le di importancia. Me senté entre Harry y Ron, enfrente de los gemelos. Como estaba medio dormida, Ron me sirvió un poco de su desayuno. Eso hizo que los gemelos fruncieran más el ceño.

—Lena vamos, tienes que comer— dijo Ron acercándome un vaso de zumo—. Me estás preocupando. ¿Qué pasa? ¿No dormiste anoche?— negué con la cabeza—. Pues tienes que comer.

No tenía apetito, pero acepté el desayuno. Cuando terminé, recargué la cabeza en el hombro de Ron y volví a cerrar los ojos.

"A lo mejor me da tiempo a dormir un poco antes de que terminen de desayunar"— pensé antes de dejarme llevar por el sueño.

POVs Omnisciente

Ron, al sentir un peso en su hombro, giró a ver que era. Al ver a su mejor amiga dormida, la miró y continuó desayunando. Los gemelos al ver esa escena estaban que echaban humo del enfado. Primero venían de la mano, luego Ron le ofrecía de su comida —cosa que nunca hacía con nadie— y ella la había aceptado, y ahora se había quedado dormida en su hombro. ¡Eso fue la gota que colmó el vaso!

—Oye, Ronald...— George miró a su gemelos, y luego volvió a mirar a su hermano pequeño, señalándoles—. ¿Qué pasa entre Lena y tú?

—¿Entre nosotros?— dijo Ron a lo que los gemelos asintieron—. Nada que yo sepa.

Esperaron a que añadiera algo más, algo que quizás explicase la curiosa situación, pero Ron siguió comiendo su desayuno tranquilamente.

—¿Ron?

—Hoy estáis más raros de lo normal —dijo Ron, soltando perdigones de comida por tener la boca llena.

—¡Raro es eso!

—¿De qué estás hablando? —Ron seguía sin entender la repentina molestia de sus hermanos.

—¿A qué viene este magreo indecente?

—¡Eso! Esto es un colegio, no es lugar para que andes con tu noviecita acurrucados.

—Deberías mostrar más respeto, Ronald.

—Mamá estaría decepcionada.

Hablaban tan rápido y seguido que Ron llegó a perder el núcleo de la conversación en ese minuto y medio.