Capítulo 23: Las luces te guiarán a tu hogar

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-No estás acostumbrada a madrugar, ¿eh?

Lola Brooks negó con la cabeza. Se ajustó las gafas de sol que indicaban que no tenía humor para ningún tipo de broma leve sobre su mal humor por las mañanas. Y le dedicó su dedo corazón a su gran archienemiga Theia Daphne Malfoy.

-Madrugar fue inventado por un sistema que pretende mantener a la gente ocupada -Le contestó. -Pero no funciona conmigo. Soy superior a ese sistema. No podrán alcanzarme con sus malas costumbres por rebelarme ni jamás me pillarán durmiendo plácidamente hasta las doce del medio día... Metafóricamente, claro. Pueden encontrarme físicamente durmiendo, cuatro o cinco veces al día. Pero... Metafóricamente.... Jamás.

Esa mirada de parecerle que estuviera rematadamente loca era habitual para ella como destinataria. Comenzaba a cuestionarse, con sinceridad, si realmente se estaba volviendo loca.

Tenía motivos para estarlo. Todo lo que estaba pasando. Y todo lo que estaba por pasar.

Además, saber que las personas le ocultaban cosas a las que ella podría aportar un valor incalculable la frustraba sobremanera. Aquello, en concreto, había dado lugar a la primera pelea que había tenido con su hermana. Sabía que Coleman había llegado a Raglan para ayudar a Cornelia. Y que los centauros querían colaborar. Y que, desde hacía unas semanas, su hermana parecía haber recobrado la vida que le estaban quitando... Pero no sabía el motivo.

Intuía que había visto algo más allá. Lo llamó "esperanza". Pero no lo revelaría ni aunque la torturaran como en un interrogatorio de la C.I.A. o el K.G.B. Lo cual daba que pensar, ¿no? ¿Por qué no revelaría lo que les daría esperanza? ¿Qué sentido tenía que no lo dijera? Más de la mitad de Raglan estaban a la espera de una señal para confiar en Cornelia, y ella se las estaba arrebatando.

El día... Hacía unas horas realmente, cuando intentó obligarla a revelárselo, meramente solo a ella, a su hermana de sangre... Acabaron pelándose. Podría culpar al mal humor mañanero o a la falta de conciencia de por las mañanas. Y, bueno, no fue algo de lo que ninguna de las dos pudiera estar orgullosa. Mientras Lola se había visto abanderada por proteger a su hermana y dar un respiro al Temple, Cornelia decía que aún no podía revelarlo por no saber con certeza qué significaba lo que había visto. Y, sinceramente, no la creyó.

Nunca sabría decir si fue intencionado o no, pero bloqueó su magia por unos instantes. Dejó a su hermana sin respiración por la rabia. Ella, a cambio, la estrelló contra un muro con un hechizo no verbal. Lola, enfurecida, la estrelló a ella con el muro opuesto utilizando la magia que atrapó de Cornelia. Como un espejo.

Para los espectadores, fue fascinante. Para ellas dos también.

Moonlight las hubo separado en seguida. Mandó a Cornelia a la Enfermería. Y a Lola con Theia Malfoy.

Y así llevaba unas horas. Hasta que la adorable Camrin Trust entró en la habitación, rompiendo el hielo que ninguna de las muchachas parecía querer quebrar por perpetuar su propio bien. Incluso si Lola intuía que Malfoy debía estar relamiéndose al ver cómo la joven que juraba luchar por su hermana, fue la única que le plantó cara en Raglan.

De nuevo, no es que se sintiera especialmente orgullosa.

-Hay una Asamblea... -Anunció Trust. Vio la tensión entre las dos. Igual alguien la habría avisado de su fatídica relación con Malfoy. -Los centauros han pedido que estemos todos presentes... Aunque también hay gente del Ministerio. Puede que vaya para largo.

Lola se levantó de un salto.

-¿A qué esperamos?

Trust la miró con cierto recelo.

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