XXI. Ruleta

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Luke juraría que su suerte era el equivalente a jugar a la ruleta rusa, pero nadie le había preguntado si quería participar, si estaba listo, o tan siquiera recibía un aviso del siguiente disparo. Los días fueron tan eternos que creía haberse perdido en un bucle temporal en el que todo se repetía una y otra vez sin importar cuánto intentase cambiar el resultado, y esta vez en verdad estaba haciendo un esfuerzo por cambiarlo.

Lo intentó el lunes.

—¡Ray! ¿Te gustaría venir esta tarde para terminar Empire Galaxy III...?

—Me encantaría, pero estoy ocupado esta tarde. ¿Nos vemos después de clases mañana?

—Seguro.

Siguió el martes.

—Ray, ¿estás libre...?

—¡Lo lamento Luke, te juro que no lo olvidé! Pero no he podido terminar un proyecto.

Y el miércoles, jueves y viernes la respuesta fue la misma:

—¡El partido es muy pronto, no puedo esta tarde! Jueguen sin mí, prometo compensarlo, tengo que entrenar.

Así es como terminó un viernes por la noche completamente derrotado por la comprensión y las circunstancias, Ray era un ángel que se la pasaba enviándole mensajes en cada hueco libre que tenía, eso era todo lo que podía ofrecer y Luke lo entendía... pero, ¿era demasiado egoísta pedir unos minutos más? ¿Era demasiado pedirle al tiempo que se detuviera un segundo para permitirle mirarlo sin trabajos u obligaciones de por medio...? Los últimos días apostó todo lo que tenía y se atrevió a algo que ni en sus más pesados sueños hubiese creído que sería capaz de hacer: Le robó a Ray Harvey un beso... en la mejilla. Sí, eso era todo, pero era algo. Es decir, sus labios aun hacían cosquillas porque Ray parecía demasiado abatido por tener que negarse a sus invitaciones otra vez y Luke, en su enamoramiento e ingenuidad, creyó que quizá podría levantarle el ánimo de una manera que requirió de toda su fuerza de voluntad, la suerte y la firme convicción de que, si Ray reaccionaba mal, no volvería a ver la luz del sol jamás, pero no fue tan grave. Es decir, estuvo a punto de sufrir un paro cardiaco, su rostro se puso de mil colores y tuvo que tomarse algo para el mareo que le provocaba recordar lo que había hecho a pesar de que Ray le había sonreído de una forma demasiado natural al despedirse después de eso. Recuperó la confianza cuando se tomaron de la mano dos veces en esos días... o algo así, ¿contaba colocarle la mano encima para enseñarle algo con el cursor...? ¡Oh, y Ray una vez lo tomó por la cintura! Porque no estaba mirando el camino y estuvo a punto de chocar con una columna, eso no lo olvidaba...

Por desgracia, para el momento en el que se le cruzó por la mente la gran idea de invitarlo a cenar, resultó que ya había agotado su cuota de optimismo, la vergüenza fue demasiado para un día y dejó escapar esa oportunidad... y ahora ahí estaba, resignado con una bolsa de gomitas con formas de pez, comida chatarra de una tienda de comida rápida y el capítulo de una serie semanal que a esas alturas veía por el compromiso de que no le hiciera spoiler alguien más. No podía evitar mirar su teléfono de vez en cuando para responder algunos mensajes de Lara que estaba pasando una noche con las chicas... o para ver las historias de Byron y de Ray en Instagram, maltratándose al extrañar a Harvey y conformándose con admirarlo por lo menos en fotografías de las prácticas o en escasos segundos donde era notorio que se dirigía a cenar con todo el equipo. Un suspiro murió cuando le arrancó la cabeza a otro pez y decidió ahogar sus penas con una soda tan artificial que sabía a color morado, fue tan solo una fracción de segundo que había desprendido la vista de la pantalla y... al volver lo recibió una escena increíblemente subida de tono.

Luke miró a todas partes como si alguien pudiese observarlo en la soledad de esa habitación que muy pocas veces había visto al compañero con quien la compartía, con las mejillas rojas y sintiéndose estúpido porque ya no era un niño que debía desviar la mirada como si sus padres estuviesen ahí. Le bajó al volumen y se ajustó los audífonos, planeaba saltarse esa innecesaria escena, pero...

BloomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora