XLIX. Último partido [Pt. 2]

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Arrastrando al novato que había perdido la cabeza, Dominic Byron entró al vestidor de Hamilton hecho un demonio que sacó de ahí a todo aquel que fuese demasiado lento para largarse por su propia cuenta, tenía tan solo unos minutos antes de que el ...

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Arrastrando al novato que había perdido la cabeza, Dominic Byron entró al vestidor de Hamilton hecho un demonio que sacó de ahí a todo aquel que fuese demasiado lento para largarse por su propia cuenta, tenía tan solo unos minutos antes de que el entrenador llegase, el hombre estaba demasiado ocupado discutiendo con las autoridades de Western por la horda de ilegalidades que acababan de cometer por culpa de un Bruce que no supo controlarse. Western empató el marcador, tenían una tarjeta roja y Byron estaba de mal humor.

Así que explotó.

—¿¡Qué demonios fue eso!? ¿¡Quién te dio permiso de romper la jugada por ir a romperle la cara a alguien!? ¿¡Quién demonios te lo pidió!?

Dominic arremetió contra él, sostenía el casco con una mano, había soltado el agarre al uniforme de Bruce para señalarlo y lo obligó a retroceder unos pasos, el jugador se quedó ahí para hacer frente al reclamo sin mirar a su mariscal.

—Nadie —dijo tan molesto consigo mismo como lo estaba Dominic en ese momento.

—¿¡Entonces por qué rompiste la puta línea de defensa por ir tras él!?

—¡No volverá a ocurrir! ¿¡Contento!?

—¡No! —vociferó al volver a acercarse a él, sus respiraciones agitadas y el mal humor podrían terminar en algo peor si la mente de Dominic no se enfriaba, o eso creía Bruce—. ¿¡Por qué mierda crees que quieren romper la formación!? ¿¡Por qué mierda crees que te están provocando!? ¡Entiende y métete en la puta cabeza que te quieren hacer daño! ¡Y si tu mente no está en el maldito juego, lo van a lograr!

—¡Entonces sácame!

—¿¡Prefieres huir como un maldito cobarde que agarrarte las bolas y dejar de ceder a sus provocaciones!?

—¡No prometo que la próxima vez que lo hagan no vaya a romperles la puta cara! —reconoció sintiéndose derrotado.

—¿¡Y qué es, Bruce!? ¿¡Qué mierda pueden decirte que amerite despertar mis ganas de sacarte del puto equipo!?

Hudson abrió la boca... pero no respondió. Tensó la mandíbula y se negó a enfrentarse a sus puños temblando y a la mirada de Byron que esperaba por una respuesta para juzgarlo, por si fuera poco, le molestaba el tono de voz que estaba utilizando. A pesar de lo altanero que fuese, estaba paralizado, molesto y ansioso... sus órdenes no dejaban de ser la misma fórmula para el desastre y el recuerdo de las lecciones aún rayaba por ahí lo suficiente para hacerlo retroceder incluso cuando quería responderle.

Además... no podía dejar de pensar en lo que había dicho ese jugador de Western.

—No importa...

Frustrado, el azabache asintió apretando los labios, fingiendo su calma hasta que lanzó el casco al otro lado del vestidor. Dominic provocó un estruendo en el que había roto algo además de los nervios de Bruce cuando lo tomó del cuello de la camisa con ambas manos y lo obligó a prestarle atención.

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