Todo está saliendo perfectamente bien... Afortunadamente, he logrado cumplir mi adorado objetivo para la recaudación de fondos y ahora mismo estoy viendo a todo el mundo terminando de organizar sus tiendas de campaña.
Es todo un éxito, claro que sí.
Termino de sujetar mi cabello en una coleta alta, miro a mi mejor amiga y ella levanta sus pulgares indicándome que todo está perfecto. Le sonrío.
—Buenos días.
Sonriente miro a Ruggero.
—Buenos días, ¿Cómo te ha estado yendo en la convivencia con esas tres dulces personas?
—De maravilla. —admite.— Son extrañamente organizadas y estuvieron despiertas desde las cuatro organizando sus cosas.
—Que lindas, ¿Dónde están ahora?
—Llorando y teniendo crisis porque acaban de conocer a mis amigos.
—Me encantan. —no puedo evitar reír.— Que lindas son, yo en serio les adoptaría pero una ya es mayor de edad y las otras dos están cerca.
—Te recomiendo no decir eso en su delante o se lo van a creer.
Asiento riéndome de lo loco que ha sido todo desde esta mañana.
Son cosas un poco... Complicadas.
Y en serio me divierto siguiéndoles el juego a tres locas chicas que se emocionan al conocer al mismísimo Ruggero Pasquarelli.
Creo que el chiste se cuenta solo.
—Iré a traer los gafetes y banderines. —corto el juego de miradas.— Espero que ya hayas armado tu tienda de campaña. Nos vemos después.
—¿Quieres que te acompañe?
La velocidad con la que lo dice me dificulta incluso entender si lo ha dicho o no. Pero al final sonrío, asiento y tomo su mano guiándole hacia la cabaña.
No es por presumir pero yo voy a dormir ahí.
En mi defensa, alguien tiene que cuidar todas las cosas... Y odio acampar.
Cuando nos alejamos lo suficiente, suelto su mano y cruzo mis brazos sobre mi pecho contándole lo que tengo planificado para hoy.
Los equipos de diez personas se enfrentarán en los circuitos y distintos juegos, el ganador se lleva medallas y al final del campamento se dirá el dinero recaudado el beneficio de las futuras escuelas para niños de escasos recursos.
No miento cuando digo que estoy emocionada.
—Sé que son muchas cosas. —me lamento cuando choca con una caja.
Él se ríe apartando todo de su camino. —Ya me di cuenta.
—Puedes llevarte los banderines y ayudarme a entregárselos a todos los jefes de cada grupo. —musito acomodando mi cabello.— Por cierto. ¿Quién es el líder de tu grupo?
—Sophie, evidentemente. —sonríe. Niego, era obvio.— Solo espero ganar.
—Si no lo haces, descuida. Tendrás tu oportunidad dentro de seis meses.
—¿Lo haces dos veces al año?
—Sí, pero durante todo el año también se impulsan los emprendimientos de las madres de estos niños que buscan que sus hijos estudien. —explico.— En ocasiones, parte de las ganancias de uno de mis nuevos lanzamientos se van a la fundación. Y para mayo me iré de viaje para comenzar con la construcción de una escuela. Aún no sé dónde pero sé que será en mayo... ¿Por qué me miras así?
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Sweet Paradise.
FanfictionSé que sí estoy contigo, mis enemigos se multiplicarían. Pero eres mi más excitante capricho. Mi dulce paraíso.