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Ruggero Pasquarelli.

En cualquier otra situación diría que odio los lunes mientras bebo mi café y me quejo de los extenuantes horarios de grabación. Tal y como el resto de mis compañeros lo hace.

Pero no, en realidad estoy aquí, sentado ante mis cinco compañeros sonriendo y manteniendo mi bien humor intacto. Soy feliz. Es todo.

¿La razón? Bueno, tuve un excelente fin de semana y le canté una canción a la chica que me gusta, no podría pedir más.

—No entiendo cómo estás ahí tan sonriente como si no nos hubiesen llamado a las cinco de la mañana. —se queja Agustín.

—Estás de tan buen humor que me voy a comenzar a cuestionar acerca de qué tuvo que pasar el fin de semana que por cierto ni te vimos ni te hablamos. —Maxi entrecierra los ojos.— ¿Qué te pasa, Ruggero?

—¿Qué me pasa a mí? —me río.— Bueno, es que yo...

—¡Buenos días, gente!

Mi sonrisa vuelve a aparecer, Sophie le hace una señal de silencio y escucho su risita.

Por fin Karol ha llegado respondiendo mi duda acerca de si iba a venir hoy o no. Candace se acerca de inmediato y le dice algo que le hace asentir mientras deja su mochila en una silla y se acerca a ella.

—Otra que se ve radiante en inicio de semana. —Mike bufa.— Odio mi vida. Hay que irnos a la mierda.

Una carcajada brota de mis labios, ellos me miran pidiendo silencio y me disculpo buscando mi teléfono.

Que amargados, nadie se pone de tan mal humor un lunes a las cinco de la mañana.

Me distraigo revisando Instagram, comenzando por las stories de Agustín quejándose por haberse levantado tan temprano.

No puedo evitar reír.

Subiría stories también pero tengo suficiente con la que subí ayer.

Estábamos viendo una película, tomé una foto de la comida y la pantalla del televisor y la subí a mis stories. Un grande error después de que alguien haya notado que el reflejo de una chica se notaba en la pantalla.

Y ahora mismo, hay muchas personas intentando saber quién era la chica que me acompañaba.

Bueno, solo una persona lo sabe. Quizá tres si a Devany se le ocurrió hablar con sus otras dos amigas.

—Bueno, ¿No van a trabajar o qué?

Karol aplaude llamando la atención de nosotros, Sophie bufa por lo bajo y esconde su rostro entre sus brazos mientras yo guardo mi teléfono.

—Sarah y Sophie, les esperan en los camerinos para encargarse de ustedes. El resto, vayan a cambiarse, pero ya.

—Cinco minutos más. —Agustín apoya su mejilla en la mesa.— Sé que también necesitas dormir cinco minutos más.

—Estoy a cinco de ir a buscar agua helada para despertarles. Les dije que se levanten ya.

Se aleja después de chasquear los dedos bostezo mirando la hora en mi teléfono.

Son exactamente las cuatro y media de la madrugada. A las cinco comenzamos a grabar y si, debería comenzar a alistarme ya y aprovechar que vamos a grabar en exteriores.

Busco a Karol con la mirada. Aparentemente está muy ocupada y eso me impide acercarme a saludarle.

Luego de alistarme para grabar y de que retocaran las ojeras que no sabía que tenía, salgo del camerino buscando la salida. Debe estar por amanecer y nadie perdería la oportunidad de admirar tan precioso momento desde el mismísimo cartel de Hollywood.

Sweet Paradise.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora