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Seis meses después...

-¡Feliz cumpleaños Aiden!- gritaron todos juntos mientras aplaudían.

Aiden sopló las 18 velas que había en el inmenso pastel. Luego levantó la mirada para ver la sonrisa de todos.

-Gracias- dijo sonriente mientras le tomaban una fotos- mamá, ya tomaste unas 30 fotografías- se quejó el pequeño.

-Cállate, las quiero de recuerdo- respondió en un soplido su madre.

Aiden sólo siguió sonriendo, pero esta vez miró al pedazo de hombre que tenia frente a él. Ya le había dado el regalo en la madrugada, aunque parezca loco, Aiden y Matt no dejaron de follar aunque el omega estaba embarazado. Era muy excitante para Matt, pero debía ser muy delicado.

El bebé era alfa, lo sabían, pero no sabían sin era niño o niña. Era una respuesta que Aiden quería saber, p ara poder otorgarle un nombre digno y hermoso.

-¡Corta el pastel!- gritó hambrienta Lia, hace como media hora quería comer, pero módica se lo impedía ya que estaba tomando mil fotos por segundo.

En cuanto a la situación de la pareja gay, Matt estaba muy feliz por el hecho de que pudo embarazar a su omega. Pero se sentía un poco sólo, porque Aiden no lo necesitaba tanto como antes, ahora el bebé alfa le daba las feromonas necesarias a su padre para que este no esté tan inestable, y Matt estaba algo celoso. Pero luego Lia le dio un buen puñetazo y se calmó.

Aiden era mas fuerte, al portar al alfa dentro de él ahora tenía mucha fuerza.

Pero algo no dejaba dormir a Aiden por la noche. Eleonor. Sabía que estaba por ahí, y bueno si ella sabía de su embarazo usaría al bebé para extorcionarlo o aún peor, para vengarse.

-¿Por qué no pasas tu cumpleaños sin pensar en ella?- lo regañó de buena forma su novio. Aiden sabía que Matt tenía razón, pero es muy difícil dejar todas esas inseguridades atrás.

-Sólo.. Solo quiero estar en paz- respondió triste el castaño.

Un flash y un par de sonrisas.

-Yo te voy a proteger- Matt besó la mejilla del omega y dejo es paso a su hermana.

Se tomó fotos con todos los presentes, hasta con Nate, se llevaban bien, sin la influencia de su madre el cambió mucho.

-Ahora basta de cursilerías y corten el pastel- ordenó Lia, pero solo recibió un par de risas.

El pastel era hermoso, de color dorado, con chocolates y fresas alrededor.

-Quiero agradecerles a todos por este belli...- la sonrisa de Aiden paso a se Una cara larga y pálida.

~Visión~

-La verdad, me empezabas a caer bien- dijo la mujer que tenia en frente.

Aiden estaba tratando de que el lugar no se derrumbe por las bombas que la rubia puso. Todos estaban ahí dentro y si se caía la casa saldrían lastimados.

Por esa razón Aiden no podía detener la bala que la rubia posiblemente le dispare, porque el arma estaba cargada con una docena de balas de plata, las necesarias para matar a cualquier hombre lobo, y sobre todo a un omega.

-Todo lo que le pasó a tus amigos fue tu culpa- gruñó  la mujer.

Aiden soltó un par de lágrimas esperando a que todo pase, pero sin dejar de soltar con su poder las columnas que sostenían la casa.

Cerró los ojos.

¡Boom!-

Licantrophes: La Manada Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora