Narra Aiden
Un enorme lobo se nos había puesto frente al auto, y cuando digo enorme no exagero, era tal cual en mis sueños, pero ¿así de idéntico? Debía ser una puta casualidad, ahora mismo se alinearon los planetas, seguro.
No te muevas de aquí- dijo Matt abriendo la puerta.
¿Qu-que haces?- pregunté desconcertado, osea ¿No bastaba con que apareciese el lobo? El muy maldito estaba saliendo del auto, era enorme el bicho ese, y ¿Matt lo quiere enfrentar? Si, claro...- debes estar demente- lo tome del brazo, pero él solo me miró.
Estaré bien- fue lo ultimo que le escuché decir.
Se acercó a la bestia, y se la quedó mirando, de hecho, ambos se miraban a los ojos, como si con solo mirarse se dijeran todo.
Hay varias razones por las cuales ese no es un lobo normal, número uno; el tamaño, bastante obvio, dos; el hecho de que se están mirando y el lobo no ataca y número tres; esa cosa es un hombre lobo.
Abrí la puerta, y al segundo el licantropo me miró y empezó a gruñir, y lo que es aún más raro es que Matt también gruñía.
¿Que mierda pasa aquí?¿Prefería quedarme en Madrid si sabía de esto?
No se que pasó, pero mi cuerpo por impulso, el impulso de proteger a Matt, tomé una rama, no muy grande, pero bastante dura. 3 segundos, tres segundos y todo se fue a la mierda, la rama voló (gracias a mi) Hasta la cabeza de la bestia, la cual soltó un gemido de dolor, para luego gruñir con rabia.
¡Corre!- gritó Matt, vi que la bestia dirigió su mirada a mi. Miré a Matt, ok debo correr.
A toda velocidad iba, Matt desapareció, a diferencia del lobo que estaba corriendo a un par de metros detrás de mí, trataba de ir en zigzag entre los árboles (Lección 1: si un hombre lobo te persigue en un bosque, ve en zigzag por los árboles, gracias y mucho cuidado), el lobo me seguía igualmente, y era veloz, pero yo era mas listo, mentira, era una colina y no vi la bajada, así que caí como costal de papas.
¡Mierda!- dije adolorido, los huesos y músculos del lado derecho de mi cuerpo amortiguaron muy bien mi caída.
¿Aiden?- preguntó una voz femenina, sonaba bastante preocupada.
¿Lia?- alcé la vista y vi la silueta de mi amiga, la cual se estaba acercando rapidísimo.
¿Que te...-
¡No son osos!- advertí- ¡Son lobos!¡Lobos enormes!-
Empezó a olfatear el lugar.
Nathaniel- dijo luego de oler, que raros que son estos.
No, sólo Matt esta ahí luchando con el hombre lobo-
Pensé que se reiría, pero se lo tomo muy en serio.
Se escuchó como una batalla entre dos perros, perros enormes.
Aiden, escúchame bien- me tomó de los hombros- ¿Me prometes que tendrás la mente abierta?-
No... No entiendo-
¡¿Me lo prometes?!- dijo alterada.
S...si- respondí confundido, aún no entendía.
Empezó a sacarse la remera y luego bajó la cremallera de sus pantalones.
¿Que carajos haces Lia?-
Esto te lo debimos haber contado hace mucho- dijo triste y a la vez dudosa, como si no quisiese hacer lo que estaba por hacer.
Mostré mi cara de confusión fusionada con la de pánico.
Miró hacia arriba y respiró profundo, sus venas y arterias empezaron a hincharse, sentía un calor que emanaba de su cuerpo, sus ojos cambiaron de un verde azulado a un verde rojizo intenso, escuchaba a sus huesos crujir, veía como crecía su cuerpo y de sus poros salían pelos gris plata, en segundos quien yo creía que era mi amiga se transformó en un lobo similar al que estaba peleando con Matt, solo que ella era de una tonalidad gris intensa.
La loba salió corriendo en dirección a el origen de la pelea entre los otros dos lobos.
Nada fue igual, quedé estático, paralizado, hasta que Josh y Sabrina llegaron y me llevaron Hasta la mansión.
Narra Matt
La pelea no duro mucho, ya que llego Lia, y terminamos por auyentar a Nathaniel.
Nos fuimos Hasta donde estaban nuestras ropas y nos vestimos.
Lo tenía controlado, Lia- me quejé.
Si, vamos a suponer que si- dijo sarcástica y furiosa- pero lo que es aún peor es que Aiden me vio transformandome-
¡¿Que?!- exclamé- Vamos ya a la mansión-
Si Aiden vio la transformación seguro estaba aterrado, confundido o ambas.
Teníamos un par de rasguños, los cuales se curaron en un par de segundos.
Corrimos lo más rápido que pudimos y llegamos a casa.
Cuando abrimos la puerta Aiden estaba en el sofá completamente paralizado, pero en cuanto vio a Lia.
¡No te acerques!- se levantó y se alejó de ella.
Aiden, yo...- decía mi hermana adolorida de la situación, tanto que se le escapó una lágrima.
Luego el castaño me vio a mi, entre cerró los ojos y creo que empezó a unir los puntos. Me acerqué lentamente, algo dudoso, tenía miedo de que se escapase y le pase algo.
Tú...- me apuntó- todos ustedes...- miraba a su alrededor- son monstruos-
Lobos- dijo Mónica saliendo de la nada.
¿Mamá?- dijo confundido, ni el ni yo sabíamos la razón por la que estaba aquí, pero sí, monica sabía desde el inicio lo que eramos.
Hijo, no tengas miedo- dijo la mujer acercándose al chico para luego abrazarlo- son inofensivos-
No vi eso hoy- recalcó, aunque no fue una broma o un cumplido, solté una risita, al igual que todos, menos Lia, estaba triste por el miedo que provocaba en Aiden.
Lo siento, Aiden- se disculpó Lia, en serio estaba muy abatida por lo ocurrido.
No tienes porqué disculparte, amiga, yo te debo una disculpa- dijo Aiden, quien también soltó un par de lágrimas, para luego abrazar a mi hermana, ambos llorando- perdóname-
No importa, estabas asustado- sollozó Lia.
No tenía porque tratarte así- sollozó también Aiden, sin dejar de abrazar a su amiga.
Cuándo al fin se soltaron, Aiden vino Hasta mi y me besó, algo que me sorprendió pero luego cortespondi el beso.
Lo sabia- decía Lia sin dejar de sollozar.
Fue una larga noche.
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Licantrophes: La Manada Luna Llena
Hombres LoboAiden, un humano como todos nosotros, se embarca en un viaje con su madre desde su ciudad natal (Madrid) a Barcelona por asuntos de trabajo por parte de la mayor. ¿Cuántos de ustedes saben de los hombres lobo? Sí, aquí aparecerán estos míticos y mis...