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-¡Carajo! Tengo que salir de aquí- Aiden trataba de abrir la puerta, pero esta estaba rodeada por una cadena de plata- ¡Debo salir!¡Carajo!-

Mientras tanto debajo la pequeña manada trataba de lidiar con los lobos atacantes.

Una mesa rota, un cuerpo de licantropo, era de un alfa que acababa de ser demolido por Matthew.

Lía mientras tanto trataba de lidiar con otro alfa, que la tenía del cuello.

-Maldito- se ahogaba, la ahorcaba. Tomó aire, y le dio un cabezazo seco en la frente. Una patada, un puñetazo, dos, tres, quedó inconsciente- No debiste meterte conmigo... perra-

-Rodea la casa con las bombas- le ordenó Eleonor a un beta, luego giró y vio a un alfa- Tú- lo señaló- ve por el omega, mátalo si es...- no terminó de decir su orden, porque un golpe en su mejilla la hizo detener.

Delante de ella, estaba Alira, la que le proporcionó dichoso y doloroso golpe.

-Hermanita- susurró la rubia mientras se limpiaba la sangre- golpeas como una niña de tres años- sonrió.

-Una niña que te acaba de romper el pómulo- ladeó la cabeza Alira, su hermana se estaba poniendo un tanto enojada, bastante.

La pelea comenzó, golpe, golpe, empujón, patadas. Ninguna de las dos se quedaba atrás, pero Eleonor era mas temeraria. Tomó a Alira de la cintura y azotó su cabeza contra el marco de la puerta, el cual se partió obviamente. Pero se levantó, sacudió su cabeza, y siguió peleando.

Un alfa estaba subiendo las escaleras, siguiendo el olor del omega, que estaba muy cerca.

-¡Matthew!- Lía apuntó hacia el alfa que se dirigía al cuarto de Aiden.

A Matt la ira le subió Hasta las nubes. Rápidamente reaccionó, y se dirigió al cuarto.

Mientras tanto Aiden trataba de salir de alguna forma, de la cual sea posible. El picaporte empezó a moverse desesperada y rápidamente.

-¡Mierda!- sabía que no era Matt, ni Lía, ni ningún alfa de la manada.

-Huele a un dulce y rico omega- dijo lamiendo sus propios labios por el olor que salía.

-¿Donde hay un arma cuando la necesito?- dijo buscando por debajo de la cama y por todos lados.

La cadena fue rota, y la puerta fue abierta.

-Aquí estas- susurró el más grande- no hagas las cosas difíciles- dio un paso al frente, Aiden un paso atrás. Y luego Matt le quebró el cuello.

-Creo que con eso entenderás que nadie se mete con mi omega- dijo Matt y luego le escupió al cadáver del alfa.

-¡Tarado!¡Te dije que aquí no estaba seguro!- se quejó el pequeño.

-Vamonos- Matt tomó del brazo al muchacho y bajaron las escaleras, golpeando a uno que otro lobo.

Alira aún seguía peleando con su hermana, no se transformaron, pero estaban peleando muy duro.

Otro golpe más, y otro.

Josh estaba ahí cerca, como todo beta tiene el deber de proteger a los alfas, y eso iba a hacer.

Tecleo a Eleonor muy fuerte, quedaron a un par de metros de distancia de Alira.

-¡Josh!¡Espera!¡Ella tiene un...!- gritó rápidamente, pero no lo suficiente como para que Josh reaccionará.

Los ojos del muchacho se abrieron por completo, y la sangre empezó a correr por las manos y el cuchillo que había en ellas.

-¡Josh!- gritó adolorida Lía, quien había podido ver el hecho.

-¡Noo!- gritó también Matt que salió corriendo Hasta donde estaba Josh al igual que su hermana.

-Niño estúpido- susurró asqueada la rubia, quito el cuchillo de plata del pecho del muchacho y lo dejo tirado en el suelo.

Lía tomó a su novio en brazos, hecha un mar de lágrimas.

-Amor... tranquilo- las lágrimas no cesaban, al igual que la sangre del beta.

-Pelea- susurró Josh antes de dar su último aliento. Lía cerró fuertemente los ojos por la tristeza, el dolor, la rabia y los recuerdos que tenia con Josh.

Puso su cabeza en el pecho de Josh, quería quedarse así con el, para siempre.

-Lo siento Lia- dijo su hermano, dándole un abrazo entre lágrimas también.

Lía asintió y sollozó, quería matar a Eleonor, despedazar cada parte de su cuerpo y comérselo de ser necesario.

Al estar todos concentrados en el cuerpo de Josh no se dieron cuenta de que Aiden estaba siendo apuntado por Eleonor.

¡Boom!

Las bombas que puso Eleonor estallaron, pero Aiden sostuvo con su poder las columnas, porque Sabrina y Nathaniel estaban dentro.

-Tu amigo tuvo que morir para protegerte- dijo la rubia, un poco como reprochado, sacando en cara y culpando a Aiden por todo lo sucedido- mírate, tan patético- hizo una mueca de asco- te embarazaste, y ahora tienes que ser protegido, mira a tu amigo- apuntó con su cabeza al cuerpo de Josh- esta muerto por tu culpa- recalcó en TU- y aun así aquí estas, otra vez tu vida en mis manos- sonrió.

Aiden soltó un par de lágrimas, esperando lo inevitable, lo que se suponía debía pasar. Las balas de plata estaban en esa arma, quizás 10, pero con una bastaba para matarlo.

-Adiós Aiden- susurró cinicamente la rubia.

-¡Noo!- gritó una chica, pero eso no le bastó a Eleonor.

¡Boom!

Licantrophes: La Manada Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora