Buenas noches, pequeño

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La noche lucía como una sábana que resguardaba a la ciudad de todos los peligros existentes. A veces Frank deseaba hacer lo mismo con Jake. El hombrecillo no era perfecto, pero tampoco era un humano despreciable.

Para Frank el enamoramiento que tuvo en Jake fue una sorpresa inesperada. Cuando empezó su trabajo en aquella compañía, los sentimientos estaban prohibidos. Nadie debía doblegarse ante nadie.

Luego de que ellos encontraran la turbina, la misión de Frank se trataba de llevar a Jake junto con sus amigos a la compañía.

Frank no sabía que iban a hacerles, no era de su incumbencia. Lo fue hasta que Jake mostró un lado genuino ante él.

En ese momento el corazón de Frank se permitió sentir algo. Conforme pasaba más tiempo con Jake, nuevos sentimientos iban en aumento. En un principió quiso ser indiferente, pero el chico más joven complicaba las cosas.

Si no era su sonrisa orgullosa o sus asombrosos trucos en el skate. Era su inteligencia. Una que pocos deseaban notar.

Poco a poco aprendió a aceptar su enamoramiento, dejando que Jake entrara a su vida como algo más que un simple "encargo".

Frank sonrió con ternura mientras se acercaba a la cama donde Jake se hallaba durmiendo. Era increíble de creer lo que había pasado dos años luego de que la compañía en donde trabajaba fuera clausurada.

Finalmente tuvo la libertad de tomar sus propias decisiones, de tener una vida en paz. Y en esos momentos más que nunca deseaba permanecer a lado de Jake.

El más joven sin pensarlo aceptó la propuesta de una relación. Tiempo después sugirió la idea de vivir juntos. Una de las razones era su ansiosa independencia, al principio su madre le negó la oportunidad, pero luego de conocer todo acerca de Frank y de entender su punto de vista, permitió que Jake se fuera.

Frank vio un movimiento en la cama. Jake se había dado la vuelta quedando frente a su pareja. El más alto soltó una risita. Jamás se arrepentiría de todo lo que hizo para llegar hasta donde estaba.

Con pasos cautelosos se inclinó frente a la cama viendo el rostro pacifico del menor. Acarició suavemente los cabellos castaños. Vio una leve sonrisa en la cara de Jake y no pudo evitar el darle un pequeño beso en la frente.

—Buenas noches, pequeño —susurró para luego de dejar de acariciar los cabellos—. No te preocupes por nada. Ahora estoy aquí contigo. Y no permitiré que ninguno de ellos se atreva a lastimarte. Es una promesa.

Se levantó recuperando la compostura. Intentó deshacerse de su saco y guantes, después recordó que su tipo de vestimenta había cambiado. Negó con la cabeza por la acción.

No tardó mucho tiempo en recostarse sobre la cama a un lado de Jake. Apenas se acomodó sintió como el hombrecillo se acurrucaba juntando su cuerpo. Frank sonrió con calidez, envolvió la cintura del menor con un brazo y cerró los ojos.

Esperando que los próximos días continuaran así de tranquilos.

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora