Alguien más

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Frank se miró nuevamente en el espejo y ahogó un suspiro de tristeza. Se suponía que debía estar feliz. Esa fecha era realmente importante, en especial para una persona cercana a él. ¿Lo malo? Que esa persona se trataba de su enamorado secreto.

Sí. Asistir a la boda de tu mejor amigo o de esa persona especial no era una tarea fácil.

Frank estaba conteniendo todas las emociones y sentimientos que se hallaba experimentando ese día. Para su suerte, sabía fingir muy bien, así que nadie notó su "extraño" comportamiento.

El traje perfectamente limpio, cómodo y que le quedara a su medida lo hacían ver como si él fuera el novio. Lastimosamente no lo era, alguien más lo iba a remplazar y ese alguien también era cercana a él.

Las dos personas que él quería iban a unir lazos, enfrente suyo aquel día. Rompiendo y destrozando sus nuevos sentimientos sin que ellos lo supieran.

Se lamentaba profundamente el nunca haberse confesado a tiempo. Tal vez y solo tal vez las cosas hubieran sido diferentes. Ahora, únicamente le quedaba resignarse a lo que estaba sucediendo.

Un toque a la puerta de la habitación lo hizo volver a la realidad. Permitió el acceso y llevó su vista hacia la persona detrás de la puerta.

—Frank, Jake necesita tu ayuda —era Fresh, el mejor amigo del actual novio y líder de su equipo—. Por los nervios de la boda él esta inquieto, esta comenzando a dudar y no importa lo que nosotros le digamos, Jake no quiere escucharnos.

Su amado estaba dudando en casarse. Eso podía ser una buena oportunidad.

—Si ustedes no pudieron qué les hace pensar que yo si podre —genial, estaba haciéndose el desinteresado para no evidenciar su alegría.

—Además de mí, Jake confía demasiado en ti —puntualizó Fresh—, te estima más que Spike y eso no vas a discutirlo.

—No lo haré, pero insisto, ¿qué puedo hacer para calmarlo?

—Renuncio —a unos escasos metros, los dos escucharon la voz de Spike—, eres alguien difícil de convencer Bressler, espero que Yutani no se arrepienta de su decisión contigo.

—¡Spike! —fue el reclamo de Jack—, no puedes decir algo como eso en un momento así.

Los dos amigos continuaron discutiendo entre sí, saliendo de la habitación donde estaba Jake. Spike ignoró a Fresh y decidió alejarse, por su parte Jack se disculpó por el chico punk y procedió a seguirlo.

La mirada suplicante de Fresh se detuvo en Frank.

—Si él es tu amigo de verdad, sabes que hablaras con él —el moreno acomodó sus lentes—, llamare a Tricky, ojalá y Yutani no se encuentre igual.

Cuando Fresh salió, Frank se posó en el umbral de la puerta, sus ojos rojos se fijaron en la cerrada puerta blanca donde su amado se hallaba.

Tenía una oportunidad a la vista. Tal vez y sucedería como en esas películas de romance cliché en las cuales la novia se va a la fuga para reunirse con su verdadero amor, solo que en este caso sería el novio.

Su cuerpo se movió por su cuenta, llegó a la habitación y tocó la puerta. Al no escuchar una respuesta decidió entrar por preocupación, esperaba que su enamorado no estuviera cometiendo una estupidez grave a causa de los nervios.

Por fortuna, todo estaba bien. Jake solamente se encontraba abrazado de si mismo mirando a un punto fijo en el lugar. Lucía angustiado y preocupado. Desde luego para alguien como él no era sencillo aceptar un nuevo paso como ese en su vida, finalmente sentaría cabeza y formaría una familia.

Frank deseaba que la situación fuera diferente.

—Jacob —lo llamó como solía nombrarlo en el pasado. Cuando creía que la distancia evitaría que un sentimiento valioso se formara hacia Jake.

El futuro esposo dirigió su mirada hacia él. Como si estuviera en automático, caminó hasta Frank y lo abrazo con todo el temor que sentía en esos momentos.

—Tengo miedo, Frank —Jake le susurró, intensificando el abrazo—. ¿Qué tal si no estoy preparado para casarme? ¿Y si no soy suficiente para ella?

Ver de esa manera a la persona que amaba le dolía demasiado. Lo único que deseaba hacer en ese instante era consentir y besar a Jake para hacerle saber que con él estaba seguro.

Pero no podía hacerlo. Jake no sentía esa clase de amor por él. Para Jake, Frank solamente era uno de sus mejores amigos. Nunca sería algo más.

—¿Por qué dices eso? En todo caso, Yutani debería ser quién se pregunte eso —hubo malicia oculta tras sus palabras. Por suerte, Jake no fue capaz de notarlo—. Eres suficiente y estas listo para unirte a alguien si así... lo deseas.

—¿De verdad lo crees? —Jake se separó, mirándolo a los ojos—, ¿o lo estas diciendo para hacerme sentir mejor?

Un poco de ambas. Quiso responder.

Frank quería contestarle miles de cosas. Que dejara a Yutani y pensara mejor su decisión, que él lo amaba desde hace tiempo y podía hacerlo feliz casi igual que aquella científica.

Sin embargo, tampoco deseaba destruirle las ilusiones a su amado. Lo amaba tanto que no le importaba sacrificar su propia felicidad si eso costaba la alegría de Jake.

—Lo creo —fue lo que respondió—. Lo creo porque llevó varios años conociéndote y aunque se que tienes tu carácter, jamás seria capaz de engañarte.

Una sonrisa genuina se posó en el rostro del hombrecillo. Aunque fueran unas palabras cortas. Para Jake significaban algo grande pues provenían de la persona que mayor cariño le tenía.

—Gracias, Frank. Eres el mejor amigo que pude pedir, solo no le digas a Fresh que dije eso —el hombrecillo pidió con una mueca nerviosa.

—Sí... Mejor amigo.

El teléfono de Jake vibró sobre la pequeña mesa de espejo. El hombrecillo arrugó sus facciones de nuevo tras ver la alarma. Debía salir de una vez por todas si estaba dispuesto a casarse.

—Hey —Frank capturó su atención—, respóndeme lo siguiente —Jake asintió con la cabeza—. ¿De verdad la amas?

Dudó durante unos segundos. Frank contempló su mirada en todo momento. El hombre tenía una pequeña esperanza de que Jake dijera que no.

Sin embargo, cuando miró la sonrisa enamorada de su amado, cualquier esperanza se desvaneció como el viento.

—Entonces... No tienes porque sentir nervios y miedo. De seguro ella siente lo mismo, pero en el fondo saben que... merecen estar juntos.

Frank sabía como controlar sus emociones. Pero en ese momento no estaba seguro por cuanto tiempo podría hacerlo. Las lagrimas amenazaban con salir para demostrar cuando dolido se encontraba por la decisión de Jake.

—Sí, tienes razón. Yutani y yo merecemos estar juntos —la alegría no abandonaba el rostro de Jake—. ¡Sí! ¡Vamos a estar juntos!

Jake le agradeció de nuevo antes de salir apresuradamente de la habitación con la intención de dirigirse al gran patio dónde se haría la ceremonia matrimonial.

Frank lo vio alejarse como siempre lo hacía. Por primera vez iba a desobedecer una petición de su amado. Su lastimado corazón no soportaría otro dolor.

Ante la emoción de alegría de todos los presentes incluyendo los novios, nadie lo notó a la primera.

Hasta que llegó el brindis y por más que Jake lo buscó con la mirada no logró encontrarlo.

Frank no asistió a la boda.

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora