Muffins

426 54 4
                                    

—Conejito, ¿estás bien? —preguntó Frank mientras estaba enfrente de la puerta de la habitación que compartía con cierto castaño.

—Déjame solo, Frank —había sido la respuesta de Bressler.

—Pequeño, sé que no quieres estar solo. Déjame entrar —Frank insistió, pero nuevamente fue rechazado.

Jake había tenido un mal día en su trabajo, además de sentirse cansado por haberse quedado a dormir hasta tarde debido a una tarea que debía entregar para su universidad.

Sabía que terminaría agotado al tener que hacer muchas cosas en un mismo día en diferentes lugares, pero Frank le había insistido de que debía continuar con sus estudios. Y en esos momentos se estaba arrepintiendo de haberle hecho caso a su pareja.

Mulliner volvió a insistir por tercera vez, pero esta vez no recibió respuesta. Sabía que su pequeña pareja estaba desanimada, y solamente conocía de algo que Jake nunca rechazaría y que lo haría feliz.

Por lo que comenzó su labor de realizar pequeños postres. Frank sabía que una de las debilidades del menor era la comida y más si se trataban de postres.

Sonrió un poco cuando escuchó como la puerta de su habitación fue abierta, oyendo también pasos que se aproximaban a la cocina. En pocos segundos ya tenía a un Jake vigilando cada uno de sus movimientos.

—¿Qué cocinas? —preguntó Bressler en tono curioso, acercándose a un molde con la mezcla para el postre.

—¿Recuerdas los mini muffins que te invito Fresh? —el menor asintió—. Bueno, esos mismos estoy haciendo.

—¿En serio? —Frank le asintió con la mirada y un brillo especial aparecieron en los ojos de Jake, cuando se trataba de comida, no podía evitar que su estómago rugiera deseoso de probar nuevos bocadillos—. ¿Y se puede saber para quiénes son?

—Eso es fácil de responder conejito.

La alegría en Jake subió por su rostro y Frank no podía estar más que feliz de verlo así.

Cuando los muffins estuvieron listos, Bressler no aguantó y comenzó a comer uno de ellos, quemándose la boca en el proceso.

—Eres muy impaciente mi conejito —se burló Frank mientras le ofrecía una servilleta al menor.

—Sabes que cuando se trata de comida, nadie me detiene —Jake comentó con cierta altanería para después darle otra mordida al muffin.

—¿Seguro? —Mulliner sonrió con picardía mientras lo tomaba de la cintura, acercándose a sus labios.

—Frank —rió Jake, colocando el muffin delante de su rostro, tratando de ocultar su sonrojo.

Frank aprovecho eso y mordió un pedazo del postre, haciendo que Jake soltara un chillido en reclamo.

—Después de todo, yo hice los muffins, ¿no crees que merezco una recompensa?

El menor realizó un pequeño puchero en protesta, alejó el muffin de su rostro y algo nervioso se acercó a los labios del mayor, para luego darle un corto beso en los labios.

—Listo, ya tuviste tu recompensa —Bressler sonrió divertido, separándose de su pareja para tomar la bandeja con los muffins.

—¡Jake!

Y como un niño, Jake se llevó la bandeja hacia su habitación encerrándose en ella, riendo mientras escuchaba las quejas de su pareja. Había comenzado mal su día, pero gracias a Frank terminó de la mejor manera.

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora