La razón

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¿Adivinen quién regreso?👀

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Frank no era una persona perfecta mucho menos era alguien ideal en quien confiar.

Desde su adolescencia él perteneció a una organización poderosa que buscaba crear maquinarias con un gran avance tecnológico para su propio beneficio.

Su padre obtuvo una gran deuda con los jefes de la organización, Frank no tuvo otra opción más que aceptar trabajar con ellos para evitar una muerte segura.

Su misión era simple. Debía eliminar a los "objetivos" que intentaban pasarse de listos con ellos.

En ningún momento de su niñez imaginó que un día recibiría el poder de cargar siempre con un arma en mano y tener la posibilidad de quitarle la vida a alguien.

Sí, fue difícil para él en un comienzo, sin embargo, con el paso de los años dispararle a sangre fría a una persona desconocida ya no resultó ser nada nuevo ni mucho menos moralmente malo.

Pero como la vida es constante, las cosas tenían que cambiar en algún momento.

Su último objetivo. La desviación en su labor. El hombrecillo que empezaría a entrometerse en su vida sin darse cuenta.

Jacob "Jake" Bressler.

Un adolescente extrovertido, molesto y problemático terminó siendo el causante de sus mayores desgracias.

Bressler era diferente a sus objetivos pasados. Los anteriores se trataban de hombres mayores que poseían experiencia con las estafas o no tenían otra cosa que hacer más que gastar su dinero en estupideces y luego no pagarlo.

Jake ni siquiera sabría cómo es realmente el mundo exterior. Sus travesuras de adolescente no se comparaban en nada con la maldad del mundo adulto.

Al ser un objetivo muy diferente al acostumbrado, Frank cambió de estrategia. Él se infiltró en el grupo que Jake lideraba haciéndose pasar como un joven adulto que había escapado de casa por problemas con sus padres.

Lo irónico es que él ni siquiera tenía a sus padres con vida.

Una de sus mejores tácticas para deshacerse del objetivo era vigilarlo de cerca. Tener cerca al enemigo lo beneficiaba para observar cada uno de sus movimientos y cuando ocurriera el momento indicaba él atacaría cual depredador hacia su presa.

Pero para su sorpresa, Jake no fue una presa fácil.

Las presas no tenían porque cautivar al depredador. Tampoco debían hacerse amigos. En cambio, por una razón que desconocía cada vez que intentaba dañar al hombrecillo siempre había algo que lo detenía.

Ya fuera la repentina llegada de los amigos del adolescente o una punzada en su pecho justo donde se supone que debe ir su corazón.

Frank creyó saberlo todo en la vida. Sin embargo, gracias a Jake continuó aprendiendo. El mundo no siempre se hallaba bajo el dominio de la oscuridad. Existía un balance para mantener un fuerte equilibrio en las cosas.

En la oscuridad también podía haber luz y viceversa.

Frank encontró la luz de su oscuridad en Jake.

Cuando el hombrecillo se enteró de sus verdaderas intenciones, por primera vez todo se quebró en Frank. Su arrepentimiento sobre las cosas que le hizo a Jake llegó a su mente y corazón.

Le mintió y lo engaño, haciéndole creer en una falsa amistad y en promesas que en un principio Frank tomó como juego para alcanzar su misión.

El dolor que había desaparecido desde que entró a la organización volvió a aparecer sin previo aviso; entrando en lo más profundo de su corazón con la intención de lastimarlo hasta obtener una intensa necesidad de ser perdonado.

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora