Antojo de mañana [Omegaverse]⚠️

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Lo que termina por hacer despertar a Jake es el constante gruñir de su estómago, últimamente su bebé le exigía comida apenas abría los ojos. Esto era una prueba clara de que su primogénito sería igual de glotón que él.

Frotó sus ojos con cuidado para despertar por completo y cuando su vista se aclaró se quedó sin aliento ante la persona que tenía enfrente.

Su esposo, Frank, se encontraba plenamente dormido. El día anterior había tenido un exceso de trabajo que lo puso de mal humor hasta que llegó a su hogar y Jake como el buen marido y omega que era sabía lo que su alfa necesitaba para relajarse.

Tras una noche llena de amor y sexo, la pareja permaneció acurrucada entre sí sintiendo los suaves movimientos de su bebé.

Jake admiró la belleza física de su alfa antes de acariciar con cariño su mejilla. En ningún momento pasado de su vida llegó a imaginar un momento como ese, creyendo que nunca sentaría cabeza y viviría su libertad para siempre.

Pero hay veces en el amor hace cometer locuras, bueno, para Jake comprometerse con Frank fue una de ellas, aunque era una locura que estaba dispuesto a cometer una y otra vez en cualquier otra vida.

Luego de unos minutos de ensoñación y de recibir una exigencia por parte de su bebé para recibir alimento, el omega se levantó con cuidado de la cama, tomando el saco de su alfa para cubrirse. Sus piernas temblaron cuando se puso de pie por lo que tuvo que agarrarse del respaldo de la cama y así evitar una caída segura.

Salió de la habitación en dirección a la cocina. Aun eran las seis de la mañana, pero el sol ya estaba dando los primeros rayos en anuncio de un día despejado. El omega abrió el refrigerador en busca de una comida instantánea, para su suerte su bebé no había despertado con ganas de un antojo en especificó además tampoco es como si Jake fuera un experto en el arte culinario, ese papel estaba destinado más para Frank.

Era bien sabido por todos sus conocidos que Jake no tenía talento para la comida y la única vez que lo intentó casi incendia la cocina para alivio suyo su esposo estaba cerca por lo que el suceso no pasó a mayores.

Su intención de preparar un desayuno básico se vio remplazada cuando vio un tazón lleno de fresas en el refrigerador. Aquella fruta no le gustaba, pero en cada nuevo antojo su cachorro siempre pedía alimentos extraños o que no soportaba, ya estaba acostumbrado.

Sacó el tazón para llevarlo a la barra de la cocina en donde comenzó a degustar. Para cuando comió la tercera fresa sintió una fuerte patadita que lo hizo soltar un quejido. Dejó la fruta a un lado para poder tararear una pequeña canción de cuna que había aprendido con el objetivo de cantarle a su bebé en aquellos momentos en los que estuviera inquieto.

Una vez que su cachorro pareció calmarse, continuó comiendo las fresas, pero ahora guio su mano libre para acariciar su distinguido vientre abultado.

Todavía le faltaban dos meses para tener a su cachorro entre sus brazos y Jake no podía esperar más, su mente siempre lo llenaba de hermosos escenarios junto a su hijo y Frank, siendo los tres una familia feliz.

Sin embargo, así como había escenarios bonitos también existían los malos, unos que lo hacían recordar su triste pasado con su padre.

Tampoco es como si lo recordara demasiado, el hombre decidió abandonarlo a él y a su madre cuando apenas tenía cinco años, desde entonces no tiene idea de que fue del hombre que le dio la vida mucho menos a esa altura de su vida. Finalmente comenzaba a formar su propia familia y estaba dispuesto a soltar su pasado por el bienestar de su hijo.

Debido a los dolorosos recuerdos o ya sea por las hormonas varias lágrimas salieron de sus ojos y conforme pasaban los segundos estas llegaron a manifestarse con sollozos lo que lo detuvo de comer para calmarse y así no llamar la atención de su esposo.

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora