Apellido [Omegaverse]

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Las paredes blancas y el clima ligeramente frío de la habitación, solo provocaban en Jake el inmenso deseo de irse del hospital.

Como solía ser costumbre, el omega se hallaba de nuevo en el hospital tras haber tenido un accidente mientras realizaba una competencia de surf por el metro.

Según él no había nada de qué preocuparse, solamente era una leve fractura en su pie derecho. Sin embargo, sus amigos y su novio insistieron en llevarlo a revisión médica, al no tener opciones, Jake accedió.

Al omega no le gustaban los hospitales, él se sentía aburrido y abrumado cada vez que pisaba un lugar como ese. Los hospitales eran zonas demasiado negativas y descoloridas que le bajaban su ánimo e inspiración con rapidez.

Jake miró la ventana de la habitación luego de otorgarle la entrada a quién sea que haya tocado la puerta. Esperaba que no fuera un médico o enfermera que, a pesar de estar cumpliendo con su trabajo, siempre llegaban a decirle que se recuperaría pronto y saldría en poco tiempo.

¡Él quería irse ahora!

—Pequeño —Frank había entrado a la habitación, luciendo más aliviado a comparación de la última vez—. ¿Aun sientes dolor en tu pie?

—Ya no siento dolor —aclaró, frunciendo sus labios—, así que puedo irme en este instante, no tolero estar un minuto más aquí.

—Sabes que no es así de sencillo.

—Pero me encuentro mejor, ¿acaso no es eso una buena señal para irme? —el omega cruzó sus brazos mientras observaba al alfa con molestia.

—El médico sabe lo que hace —el alfa se sentó en el pequeño sofá de la habitación—, además, conociéndote, cuando llegues al refugio lo primero que desearas hacer es intentar de nuevo ese truco —Frank arqueó una ceja hacia su novio—. Y esta vez no voy a ceder para permitir que lo hagas.

—Sabes que no resistirás mucho tiempo —el omega guiño un ojo en complicidad.

—Si debo quedarme en abstinencia para mantenerte seguro, entonces es un sacrificio que estoy dispuesto a aceptar.

Ante la seriedad en el tono de las palabras y la mirada de su novio, Jake realizó un puchero en protesta. Cuando Frank se mantenía firme en sus decisiones, no había manera de hacerlo cambiar, ni siquiera el sexo funcionaba.

—Si solo venias a molestarme, entonces ya puedes irte —el omega fingió enojo y desvió la mirada de nuevo hacia la ventana.

—No voy a cambiar de opinión y no vine a molestarte —Frank se levantó, acercándose a la cama donde se hallaba Jake—. Vine a ver a mi adorable y travieso novio para hacerle compañía.

—Umh, tal vez me estés engañando con alguien, porque te he dicho que no soy adorable y yo no me llamaría travieso. Soy un rebelde sin causa —Jake miró al hombre más alto para luego cruzarse de brazos.

—Eres adorable, lo sabes perfectamente pero no quieres admitirlo —la mirada maliciosa del alfa le provocó un escalofrió placentero.

—Fra-Frank, ¿qué haces?.. ¡Hey!

En cuestión de segundos, Jake se hallaba atrapado entre los brazos de su novio, recibiendo dulces y cortos besos en todo su rostro. Cuando el alfa comenzó a liberar feromonas de alegría, Jake se sintió amado y tranquilo, olvidándose por unos momentos que se encontraba en una habitación de hospital.

Hasta que el médico a cargo entró, irrumpiendo la felicidad. El alfa se alejó de su novio para mantenerse en una postura presentable.

—Disculpen la irrupción —el hombre miró a la pareja con leve vergüenza—, venía a informarle al joven Bressler que mañana mismo podrá dejar el hospital. Su pie a sanado lo suficiente como para volver a su rutina diaria, claro, con la restricción de no ejercer movimientos bruscos que provoquen de nuevo la fractura.

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora