Solitario

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Frank nunca se había identificado como una persona dependiente. Alrededor de 13 años había experimentado la soledad en su día a día, incluso hubo una época en donde la consideró como su mejor aliada.

Las cosas tomaron un rumbo diferente luego de conocer a Jacob Bressler. Un joven extrovertido, rebelde y bastante entusiasta.

Se suponía que debía convencerlo para formar parte de la organización en la que trabaja. No tenía que suceder lo contrario.

De alguna manera, Jake había logrado lo que nadie más pudo hacer por él.

Demostrarle que existía un camino diferente para ser feliz.

Jake se volvió esa luz al final del túnel. Aquella luz que iluminó su destino oscuro. Las puertas hacia una vida tranquila y llena de felicidad se habían abierto ante él dispuestas a dejarlo entrar.

Evidentemente fue difícil para Frank adaptarse a ese nuevo estilo de vida. Sin embargo, el despertar para encontrarse con Jake todos los días valía la pena para hacer el mínimo esfuerzo.

Si su nueva vida se trataba de estar al lado de Jake. Entonces ¿qué haría sin él?

Jake se había ido de viaje para visitar a su madre la cual se hallaba enferma y no tenía a nadie que cuidara de ella por un tiempo. Frank comprendió la situación permitiendo que el joven castaño se fuera sin su compañía.

A palabras de Jake por el momento era lo mejor, su madre aun no podía saber de su relación amorosa debido al pasado tormentoso y sombrío de Frank.

Frank logró cambiar con los días y volverse alguien “normal” que no causara un daño irreparable hacia los demás. Pero su triste y solitario pasado jamás lo iba a abandonar.

¿Y si todo fue una excusa para dejarme solo?

No. Jake no podía hacerle eso, ¿verdad? Toda la gente cercana al hombrecillo sabía con claridad que a él no le gustaba estar aferrado a una relación amorosa, sin embargo, cuando conoció a Frank sus ideales comenzaron a cambiar. 

—Pero ¿y si continúa pensando de la misma manera? —el hombre de la exmáscara de conejo negó con la cabeza.

Era una estupidez lo que decía y pensaba. En realidad, era una estupidez cada una de sus acciones. No podía estarse volviendo alguien vulnerable y débil ante la soledad.

Jake le prometió regresar con él cuando menos lo estuviera esperando. Su novio no podía mentir ante él, lo había puesto a prueba unos días después de conocerse para tener asegurado que Jake era alguien de fiar.

Por primera vez, Frank estaba sobre pensando las cosas.

—¿Frank? —una suave voz sonó del otro lado de la puerta. No hubo necesidad de preguntar quién era. Los únicos integrantes del equipo que iban a verlo eran los amigos más cercanos a su novio—. ¿Puedo entrar?

Sin hacer el mínimo ruido, Frank se acercó a abrir la puerta. Una chica más baja que él lo observó con una mirada llena de preocupación. Yutani era una buena amiga, siempre solidaria y dispuesta a ayudar a sus amigos, aunque en ocasiones no tenía idea de como hacerlo.

El hombre la dejó entrar con un gesto de la mano. La chica no dijo nada y entró con cautela.

—Sonara ridículo, pero… ¿cómo te sientes? —Yutani jugueteó con una mano de alíen que traía su traje. Sus ojos miraron hacia abajo para no ver el rostro irónico de Frank.

En cambio, su respuesta fue un suspiro resignado. Frank se dirigió hacia la ventana de la habitación, tomando asiento cerca para visualizar el exterior.

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora