Big Hands

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Jake adora las grandes manos de su novio. No importa en que zona de su cuerpo las coloque, las manos de Frank siempre van a encajar perfectamente en él.

La primera vez que sintió el frío, pero cálido tacto de su novio contra su cuerpo fue en su primera cita mientras Frank lo sostenía con la palma de su mano detrás de su espalda, guiándolo a través del elegante restaurante en camino a su mesa.

Bien, técnicamente no fue la primera vez en que un hubo un tacto físico entre ambos, pero íntimo sí. Después de arruinar los planes de la Sociedad Secreta y que Frank se uniera al equipo de los Subway Surfers, las cosas estaban cambiando para Jake.

Su grupo creció ganando un poco de fama entre los jóvenes de su barrio, a su vez su actitud despreocupante por la vida se quedó en el pasado volviéndose un poco más maduro sin dejar de lado su personalidad bromista y sarcástica.

Pero el cambio más drástico y que fue notado por todos sin duda fue su cercanía con su exverdugo. El hombre continuaba siendo alguien distante y escalofriante para cualquiera que posara sus ojos sobre él. Excepto para Jake.

El hombrecillo se ofreció a ser su guía en un nuevo mundo para Frank. El más alto no tuvo mayor opción que aceptar su nueva realidad, aunque siendo honestos tampoco tenía muchas opciones.

Pronto ambos hombres se volvieron amigos, con Jake invitando a Frank a pasar momentos juntos en el metro abandonado ya fuera realizando uno que otro grafiti o relajarse entre competencias de skate.

Hasta que, en un atardecer, Jake confesó sentirse diferente alrededor del hombre más alto. Frank también aceptó sentir lo mismo y en un pestañeó los dos se vieron envueltos en un romance que sorprendió a todos a su alrededor.

A los dos poco les importaba al estar sumergidos en su propia burbuja de amor en que la estaban dispuestos a permanecer por muchos años.

Al comienzo de su relación, el poco contacto físico que tenían bastaba para mantenerlos satisfechos y felices el uno con el otro hasta que las cosas escalaron de nivel.

Ya fuera un simple abrazo, un apretón de manos, la manera en que sostiene su rostro, fuera el lugar que fuera, Jake sentía un cosquilleo recorrer todo su cuerpo, anhelando más del toque de Frank.

Debido a su diferencia de altura, todo en Frank era mucho más grande a comparación de Jake y aunque en un principio el hombrecillo encontró este "defecto" como molesto pronto descubrió la enorme ventaja que ese hecho le proporcionaba.

Al ser más pequeño que su novio, Jake podía sentirse protegido y adorar la sensación cuando su Frank lo cubría con su cuerpo. Además del hecho en que sus toques son firmes mientras sostiene a Jake de las manos, de su cintura, caderas incluso su trasero.

De alguna manera, el hombrecillo siempre buscaba el modo para que Frank lo tocara y que ese toque subiera a algo mucho más íntimo entre los dos.

—¿En qué tanto piensas?

Por estar tan absorto en sus pensamientos, Jake no recordó que se encontraba en la cama sobre el cómodo pecho de su novio, entrelazando sus pequeñas manos con las más grandes.

—En nada —el hombrecillo murmuró, manteniendo su mirada fija en el agarre de su novio.

—Te conozco lo suficiente para saber que no me dices la verdad —de pronto, con su mano libre el hombre lo tomó del mentón provocando que sus iris marrones chocaran con los iris escarlatas—. Jakey, se honesto conmigo pequeño.

"Jodidamente sexy" Fue el pensamiento que cruzó por la mente de Jake al sentirse intimidado por su novio.

—Solo pensaba en lo mucho que me gusta que seas más grande que yo —el menor realizó un puchero con los labios—. En especial tus manos, como me hacen sentir cada vez que me tocas, no importar la zona.

Oh~ —Frank canturreó, aprovechó la vulnerabilidad de su amante para masajear su espalda de forma lenta y sensual—. ¿Así que amas lo grande que soy?

—Frank~ —Jake dejó escapar un suave gemido ante el toque.

—Sabes, a mi también me encanta nuestra diferencia de tamaño. Eres tan pequeño que no puedo evitar desear sostenerte siempre entre mis brazos.

Esta vez el hombre intensificó su agarre, apretando la espalda del hombrecillo lo que provocó un quejido de molestia por parte de Jake.

—¿Y qué te lo impide? —Jake retó a su pareja en un tono pícaro. Observó como Frank le devolvió la mirada arqueando una ceja.

En cuestión de segundos, el hombrecillo se encontró boca arriba sobre el colchón con su amante encima suyo.

—¿Acaso quieres provocarme, conejito travieso? —el tono demandante de Frank envió escalofríos por todo el cuerpo de Jake.

Aunque sus intenciones nunca fueron seducir a su pareja, el menor no negaba esa posibilidad. Sin embargo, en esos momentos lo único que quería era disfrutar del tacto de su novio sin nada sexual de por medio.

—Tal vez otro día —respondió, volviendo a entrelazar su mano, siendo correspondido—. Por hoy, ¿podemos quedarnos así?

—¿Cómo podría negarme ante una carita adorable? —Frank comentó antes de cambiarlos de posición, con Jake sobre su regazo mientras él posicionaba su espalda de forma recta sobre el cabezal de la cama.

—Ya te lo dije antes, no me gusta ser adorable —Jake se quejó, colocando las dos manos de su hombre alrededor de su cintura. Frank ejerció cierta fuerza en respuesta de posesividad—. Lo adorable no demuestra rudeza ni agresividad.

—¿Quién lo asegura? Puedes ser ambos y obtener ventaja de ello. Puedes ser tanto adorable como rudo cuando más lo necesites. Así nadie sabrá con quien se ha metido.

—Como justo... ¡Ahora!

Sin que el hombre mayor lo esperara, Jake se abalanzó sobre Frank rodeándolo de la cintura con sus delgados y pequeños brazos. Su ataque no duro mucho cuando Frank al ser consciente de la situación contraatacó tomando a su novio de las muñecas, derribándolo sobre el colchón para luego rodearlo en un intensó abrazo.

—Frank, me aplastas —el hombrecillo apenas y pudo hablar debido a su falta de aire.

—Pensé que adorabas mi tacto y mis grandes manos sobre ti.

—Lo hago, pero no de esta manera —Jake se quejó, intentando liberarse.

Después de unos segundos que para el menor parecieron minutos, Frank lo liberó para retomar su posición inicial. Él recostado con su lindo novio encima de su pecho.

—¿Mejor? —Frank preguntó.

—Mejor —Jake contestó.

El menor se acomodó un poco, volviendo a entrelazar su mano con la de su novio, guiando la otra gran mano por el interior de su camisa hacia su espalda baja. Se estremeció por unos segundos antes de retomar su vista a los intensos ojos rojizos de su amante.

—Mucho mejor~ —canturreó ladino.

—Pequeño travieso.

—Solo tuyo.

Frank soltó una gruesa y suave risa para luego responder.

—Sí, solo mío y estoy feliz de que sea así. 

One-Shots | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora