Capítulo 27

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Llegó la tarde y era el almuerzo. Yuu acompañó a Mika al comedor ya que él seguía un poco aturdido después de su discusión con Yuu y sus toques cariñosos. Ninguno de los dos quería comer, sin embargo ya habían faltado a muchos almuerzos con Krul y Guren como para darse ese lujo.

La comida fue silenciosa, Mika miraba su platillo de salmón con ensalada, sin animarse a comer aún, Yuu miraba nervioso al rubio, quizá era buena idea comentarle a los reyes que no sean tan despiadados en el juicio.

-- Ustedes dos estan actuando extraño. ¿No deberían estar coqueteando? --Guren interrumpió el silencio, haciendo que Yuu se atragante con su comida y Mika salga de su trance, mirando a los ojos verdes con un suave sonrojo en las mejillas--.

-- Guren, no molestes a Mika --Yuu intervino, aunque también con las mejillas sonrojadas--.

-- Yuu-chan y yo hemos estado hablando --Mika habló, intentando controlar el tono tembloroso de su voz. Carraspeo y el príncipe que inspira respeto y un poco de miedo regresó al cuerpo del chico tembloroso y sonrojado que era Mika anteriormente-- Quizá cortar sus cabezas sea demasiado.

Los ojos de Yuu se iluminaron como estrellas cuando Mika dijo eso, intentó esconder su sonrisa para no verse muy obvio, pero tomó su mano por debajo de la mesa. La tranquilidad duró poco porque se sintió en el ambiente el mal humor de la reina ante eso.

-- Estás llevando tu enamoramiento muy lejos, Mikaela --Krul habló, entrecerrando los ojos en dirección a Mika, Yuu sintió que el rubio se tensaba en su mano--.

-- No es eso... Quizá hacer un juicio y condenar a los líderes sea lo correcto, pero cortarles las cabezas a todos no. Existen otras maneras de castigar, madre.

Guren alzó una ceja mirando al rubio desafiar a su madre, quizá por primera vez. Krul miró a Mikaela fijamente, hacia bastante no cortaban la cabeza de alguien, la última vez que lo hicieron fue porque su esposo terminó asesinado por un ángel. Krul mostró orgullosa la cabeza del asesino de su marido a en la plaza del pueblo mientras todos festejaban, se organizó una fiesta y su cabeza fue expuesta ante la alta sociedad.

El pequeño Mika no recuerda casi nada de eso, sus recuerdos eran borrosos ya que en ese momento estaba en su habitación con Akane, ella lo consolaba mientras él lloraba por la partida de su padre a pesar de ser mucho menor, apoyaba al joven príncipe.

Incluso décadas después de la muerte de Urd, Mika seguía poniéndose sensible al hablar de su padre, le hubiera gustado compartir más momentos junto a él, ni siquiera sabía por qué lo habían matado.

-- Pensaré en lo que dices. Los condenaremos de acuerdo a sus actos una vez atrapemos a los líderes--.

Yuu y Mika se miraron, el azabache sonriente y Mika un tanto aliviado.

-- Recuerden que en el juicio participaremos ambos, también intentaron matarte a ti --Guren recordó mirando a su hijo-- Nadie intentó secuestrarlos, querían matarlos.

El pensamiento de asesinarlos regresó a la mente de Mika. Estaba tan confundido, su cabeza daba vueltas en muchos pensamientos. Suspiró y se levantó de la cena.

-- Tendré que retirarme, necesito hacer una investigación, por favor, que lleven mi alimento a mi habitación.

Sin más, salió del comedor de los Ichinose. Vamos, no quería ser un asesino, pero ellos no dudaron en atacarlo, no fue como a Yuu, a él lo secuestraron, lo sedaron y lo metieron en un sitio sumamente tóxico para su raza. Quizá quienes lo arrojaron ahí habían sido humanos o semidemonios.

Maldijo el momento en el que perdió el conocimiento y despertó con Yuu abrazandolo en una habitación llena de médicos.

¿Qué alternativa usaría? Sabía que Krul tomó el ataque como una burla, alguien me faltó el respeto a la honorable familia real y no permitiría que vivan para contarlo. Mika recordó a Yuu llamarle cínico, su corazón dolió en ese momento, sabía que Yuu iba a tener un carácter más complicado en adelante, pero le lastimaba que Yuu pensé así de él.

Sí, Mika era cruel en ocasiones así. Pero Yuu tenía razón en algo, asesinarlos solamente traería problemas, quizá si eran un grupo grande al ver que algún líder fue asesinado por los Tepes, regresarían el golpe con más fuerza.

Además era beneficioso tenerlos de su lado, podrían negociar su libertad a cambio de información del grupo.

Mika miró en uno de los carritos de limpieza un periódico de Nagoya. La letra grande y legible venía acompañada de una foto de Yuuichiro, Mika sonrió suavemente, en esa imagen él se veía muy lindo.

"Feliz cumpleaños a su Majestad, la promesa de Nagoya"

Era un recopilatorio de anécdotas de los habitantes del reino, que habían trabajado para la corona y personas que trataron con el príncipe. Sonrió un poco más al leer que Yuu era de pequeño un niño revoltoso y berrinchudo, siempre haciendo ruido y destrozos por todo el castillo.

Se comparó a sí mismo de infante, los vampiros se desarrollaban física y psicológicamente más lento que una persona normal, debido a su longevidad. Debía quizá aparentar unos seis años humanos. Antes de que su padre muriese, y después de eso, Mika siempre tuvo un carácter tranquilo. Jugaba en los jardines o en su habitación, iba corriendo a la cocina a pedir pastelillos o postres.

Heredó el mal carácter de Krul, así que si le negaban darle unos deliciosos panes de medialuna amenazaría a los cocineros. Ganándose después una regañada por parte de su madre o su padre, diciendo que no debía amenazar cumplir sus caprichos. Poco a poco, los sirvientes estaban acostumbrandose a los gustos de un pequeño Mika, quien venía corriendo a la cocina a buscar su bandeja de repostería favorita.

Sabía que las personas que lo cuidaron de pequeño eran agradecidas de que en general Mika era un niño tranquilo y obediente (si exceptuaban sus poco habituales berrinches). Se la pasaba en la biblioteca, en su habitación jugando con animalitos de peluche o barcos de madera. Una vez creció más, su amor por la música aumentó, y en lugar de recibir amenazas del joven príncipe a cambio de dulces, ahora solamente escuchaban la melodiosa tonada del violín de Mika.

Aún le llevaban bocadillos cuando pedía que le traigan algunos. Sin embargo, al llegar sus ochenta Mika comenzó a asiarse más de lo que ya estaba. Todo el día en la biblioteca, en su habitación escribiendo algún poema, o en la sala de música.

-- Él es lindo ¿no? --una voz suave sacó a Mika de su ensoñación. Era Shinya, el consejero del Rey--.

Las mejillas de Mika se calentaron un poco

-- Claro, Como todo príncipe, Yuu es bastante atractivo--.

-- Príncipe Mikaela, conozco a Yuu desde que era un bebé. Tiene un corazón puro que ve por todo mundo antes que él, no está en sus principios lastimar a otras personas. Comprendelo, él realmente no quiere que esas personas salgan lastimadas.

Mika asiente sin mirar al albino.

-- Yuu no sabe qué es el amor, yo amo mucho a Yuu, como si fuese mi propio niño y él también me quiere así. Pero más allá de eso, Yuu nunca ha experimentado el cariño de nadie --.

Mika está vez mira al albino, quien suspira, se veía bastante afligido.

-- Yuu te quiere, jamás lo he visto así, estoy seguro de que ustedes dos solucionarán sus problemas con tiempo, después de todo, ustedes están hechos el uno para el otro --sonrió y las mejillas de Mika ardieron--.

¿Shinya sabía que Yuu era su destinado? ¿Se lo contó Guren? Su corazón fue una montaña rusa. Su dulce Yuu-chan... Ahora entendía bien lo que le dijo en su cumpleaños, su manera tan lenta de aceptar los coqueteos del rubio.

Sabía entonces el por qué Yuu tenía tantos problemas en ser cruel, además de su profundo amor a las personas de su pueblo.

Shinya se retiró, dejando a Mika con más dudas que respuestas mientras seguía leyendo ese periódico.

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Ajá. Comenzamos fuerte con una pelea entre Yuu y Mika aunque aún están un poco sentidos de la pelea que han tenido.

Shinya ayudando a Mika a entender a Yuu <3

Tengan una linda semana, nos leemos a la próxima.

- Mei

Royals [YuuMika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora