Capítulo 5

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- 1 semana después de la llegada de Yuu al palacio -

Todo el palacio estaba en un desorden. En poco tiempo llegarían las carrozas que llevarían a los príncipes y la reina al gran baile en el castillo de los Sangu.

Se tardaban arreglando a Krul mientras Mikaela y Yuuichiro practicaban el baile con las coronas y vestimenta puestas. Mikaela hacía torpes sus movimientos, traía puesta la corona de su padre, que era mucho más pesada que la de Yuu. Lograron traer su vestimenta y algunas cosas más, Krul se comunicó con Guren, el padre de Yuu, quien estuvo terriblemente aliviado de que su hijo esté a salvo, llevaron un cajón con todo lo necesario para dar un buen aspecto en la gala.

- Un, dos, tres. Un, dos, tres... ¡Ya lo tienes Mika!

- ¿¡De verdad!? -Mika sonrió ampliamente dejando ver sus colmillos. A lo que Yuu miró fijamente hasta que escuchó unos pasos de tacones- Mamá...

El rubio amplió aquella sonrisa y se alejó del azabache, esperando al pie de las escaleras a su madre, quien vestía como siempre un vestido con corte A, pequeño que llegaba un poco abajo de las rodillas. Además tenía una capa enorme de tela roja y una preciosa y llamativa corona.

Cuando Yuu regresó a la realidad Ambos vampiros estaban un poco más adelantados que él, caminando hacia la puerta. Entonces apresuró el paso y logró escuchar la conversación. Mika y la reina irían en una carroza con la bandera de Sanguinem y Yuu con la de su reino. Su padre se había enojado con él... se disculpó con la reina Krul por las molestias a través de una carta, estaba claro que recibiría una regañiza al llegar a casa.

Tanto divago en sus pensamientos que no se dio cuenta que estaba dentro de la carroza. Estaba sólo..., dio una mirada por los ventanales de la carroza y disfrutó el paisaje del reino. La noche se sentía tan pacífica... a lo lejos vio el enorme palacio, algunas carrozas estaban allí y algunas otras por detrás de la suya. Llegó el momento de salir y suspiró, acomodó su corona en su cabeza... su corona era la de su padre, este usaba la del abuelo en ceremonias tan formales y especiales como esta.

-"Presentamos a la reina Krul Tepes y su primogénito; el Príncipe Mikaela, de Sanguinem"..."Presentamos al Príncipe Yuuichiro Ichinose, de Nagoya"

Todo se veía iluminado. Los invitados eran recibidos en el enorme vestíbulo, princesas, príncipes, doncellas y duques estaban en aquél sitio. Disfrutando de la velada.

- ¡Yuu-kun! -Se escuchó una vocecita de entre el moderado bullicio de la gente- Por aquí, Yuu-kun.

- Yoichi ¿Cómo estás? -Yuu sonrió e hizo un saludo con el castaño, algo un poco vulgar a ojos del rubio, quien seguía al joven al no ser muy sociable- Mika, él es Yoichi, el Príncipe de los demonios.

- U-un placer, Mikaela-kun -Extendió su mano temeroso a la mirada profunda del vampiro-.

- No pareces un demonio...

- Éso es porque Yoichi selló su parte demoníaca. La tiene tan bien controlada que sale a voluntad. Usa su forma de humano ahora.

- Traía muchos problemas con la ira, así que recurri a la meditación para calmarlo, puedo hablar con mi parte demoníaca también.

- ¿Quieres verme intentar convertirme en murciélago? -el rubio dijo en tono divertido y los tres jóvenes se escaparon al jardín, la princesa tardaría bastante y querían perder el tiempo-.

Mikaela se acomodaba la capa mientras volvía a su forma humana, tardó muchísimo en aprender a convertirse en murciélago, su madre se puso muy feliz cuando se enteró que logró hacerlo a tan temprana edad, solo fue el año pasado que había aprendido a hacer eso. El castaño lo felicitaba y Yuu también, claramente, Mikaela estaba en su ambiente, donde todos rodean a los Tepes y les dan alagos. A Yuu no le gustaba seguir la corriente como un borrego o ser un lamebotas, pero en realidad debía admitir que Mika era un vampiro bastante talentoso, y se volvía un poco más risueño a su lado, así que conversar y hacer bromas podía salirsele de vez en cuando

- Gracias, Yoichi.

- ¿Qué hacen? La Princesa Mitsuba ya va a ser presentada. Escuche que quiere bailar con el Príncipe Yuuichiro -la persona que interrumpió fue Shinoa, quien miró divertida al azabache quien enrojecio de vergüenza, asintió y salió rápido al salón -.

Mikaela suspiró y miró a Yoichi, tampoco se veía muy interesado en estar presente en el baile, pero Shinoa insistió en que sería interesante verlos bailar, porque "Mitsuba es muy tierna" y "Yuu se pone nervioso cuando muchas personas lo están mirando". Mika buscó con los ojos a su madre al entrar de nuevo al salón de baile, se encontraba radiante, un poco alejada conversando con nobles que no conocía, agradecía no conocer porque todos eran humanos.

Royals [YuuMika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora