Capítulo 28

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La mente de Mika era un desastre por completo, enfrentar las reglas impuestas desde siempre por los Tepes, o el humanismo y cariño que Yuu tenía por su gente.

Se salió de sus pensamientos al ver al susodicho Yuu entrar por la habitación, sin tocar antes.

-- ¿Yuu-chan? Quiero estar solo, por favor retirate --el rubio soltó un suspiro fuerte masajeando sus sienes. Aún estaba un tanto sentido de las palabras dichas por Yuu antes, diablos, su corazón dolía y estaba tan triste--.

-- Hablé con tu madre y con Shinya. Sé que esto es complicado para ti Mika, pero no te dejaré sólo en esto --Yuu se acercó, intentando tomar las manos de Mika, sin embargo el rubio lo alejó rápidamente--.

-- No Yuuichiro. No sabes qué significa para mí, después de todo yo soy un cínico e insensible ¿no? --una mirada de resentimiento fue dedicada a Yuu, quien frunció el ceño--.

-- ¡Me preocupo por ti y por mi gente Mika!

-- ¿Y si ellos me mataban? O matarte a ti.

Yuu miró sorprendido al rubio, quien suspiró un poco fastidiado. Deseaba que Yuu entienda la gravedad de la situación, sin embargo no podría hacerlo entrar en razón. Por un momento pensó que Yuu sentía más cariño por su pueblo que por él mismo, sabía que Yuu era muy querido por todos, y la muerte del joven promesa, que amaba a su pueblo y buscaba una mejora, sonaba tan trágico...

-- ¡El pueblo no podría soportar tu muerte, Guren no podría, yo no podría.... Yuu-chan --el rubio miró al azabache-- déjame solo.

Mika recordó sobre la conversación con su madre acerca de ser coronado, lo andaba evitando tantos años y ahora que no quería tomar decisiones de la realeza, debía ser coronado.

Quizá Yuu estuviese muy enfadado con él por ser inhumano, pero ¿Qué le podría pedir al hijo de la mujer más temida del continente? Krul lo educó con reglas estrictas desde postura hasta pensamientos, abandonar la doctrina que tuvo desde pequeño era tan difícil. Aún más ahora cada que sentía tanta pena al pelear con Yuu.

-- Te quiero Mika --lo escuchó murmurar antes de atraparlo en un abrazo, Yuu brindó su calor al rubio, su tranquilidad y le hizo entrar en paz. Embriagado con el olor de lavanda y azúcar proviniente del cuerpo de Yuu--.

No quería, no quería corresponder a su cariño, no quería que Yuu piense que bajó la guardia y le perdonó haberle llamado cínico. Yuu debía aprender que no podía hablarle de esa forma, debía saber que aún estaba enojado.

Sin embargo las defensas de Mika bajaban cuando Yuu tomaba su rostro en sus manos y brindaba besos en su frente, mejillas y nariz. "Tranquilo Mika", "Lo resolveremos juntos", "Te apoyo". Susurros y cariños que hacían que sus mejillas tomen un color suave en ellas y que sus brazos dejen de intentar alejar al demonio de él. Cuando Yuu se inclinó en el rostro de Mika, queriendo acercarse un poco más a probar esos bonitos labios rosados y delgados suyos fue cuando Mika recobró fuerzas y lo empujó lejos.

Estaba seguro de que si Yuu no fuese un demonio, hubiera salido lastimado del tremendo golpe que se dio con el librero del rubio.

-- Escucha Yuu. No quiero hablar con nadie, ni con mi madre, ni con mis sirvientes, ni contigo --soltó lo último en un gruñido-- estoy metiéndome en demasiados problemas porque no estas de acuerdo en matar a esa gente que nos quiso lastimar, solamente porque tú no quieres que mueran. Si ellos salen libres van a matarnos.

Yuu miró a Mika un poco triste, tenía razón, el rubio no la estaba pasando bien, suspiró y besó la mejilla del rubio con cariño antes de irse.

-- Perdón por llamarte así Mika. Si es por insultarte que no quieres verme n-ni besarme, está bien --suspiró y salió de la habitación del rubio, quien soltó un suspiro fuerte--.

Royals [YuuMika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora