Capítulo 4

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Yuuichiro caminaba de manera apresurada. Acostumbrado a levantarse tarde olvidó que ése no era su palacio e ignoró la bulla que venía de afuera de su habitación.

Eran los sirvientes, claro está. Sólo que habían recibido una visita sorpresa por parte del Rey de "Burakku" una pequeña isla cerca del enorme Sanguinen. Vendría con su primogénita, la princesa Shinoa.

A pesar de tener su palacio en ésa pequeña Isla, tenían dominios en muchos sitios gracias a alianzas y guerras ganadas. La mayor alianza que se tuvo fue de la princesa Mahiru, la madre de nuestro azabache. Uniéndose con Ichinose Guren para conseguir más territorio, aunque luego de un tiempo el amor surgió y de ahí el heredero al trono.

Yuu no conocía bien a las personas de aquél sitio, ellos tenían más sangre demoníaca por alguna especie de engaño por la tatara abuela de Yuu. Al parecer se embarazo de un demonio y por resultado sus descendientes eran mitad demonio y el linaje siguió hasta la actualidad.

-- ¡Buenos días mi reina, perdone la tardanza! --hizo una reverencia al llegar al gran comedor del palacio. Escuchó una risita burlona por parte de Mikaela y otra persona más--.

-- Acabamos de llegar, Yuuichiro. Toma asiento --Krul sonrió divertida y la piel de Yuu se volvió pálida al ver un gran jarrón de cristal lleno de sangre -- Oh, no sabes lo mucho que lamentó que seas humano, está deliciosa --sonrió refiriéndose a su copa del mismo color--.

-- No se preocupe, mi reina --sonrió y se sentó al lado del rubio. Esta vez él no tomaba sangre, parecía ser jugo--.

-- Es un placer, Yuuichiro-Sama.

Una voz femenina hizo que el azabache alce la vista a una joven de cabello uva con dos largos mechones a los costados del rostro. Era linda pero pudo notar unos pequeños colmillos aparecer en sus labios rosas, sus ojos rojizos y su extraña piel pálida... la vio un par de veces en cuadros de la familia, sin embargo la última vez que la vio tenía los ojos marrones, no tenía colmillos y tampoco ese pequeño cuerno sobresaliendo de su cabeza. 

Esta chica era su tía, aunque casi parecían de la misma edad sabía que ella era mayor, también sabía que ella sabía perfectamente quién era él, los Hiragi y los Ichinose tienen una terrible historia, solo esperaba poder enmendar las cosas junto a esta chica.

-- Olvidé presentarlos, Yuu; ella es la princesa Shinoa, de Burakku. Shinoa; él es Yuuichiro, príncipe de Nagoya.

-- Perdón... es un honor --Yuu hace una reverencia y Shinoa sonríe--.

Ella no era muy formal, por lo que decidieron seguir comiendo. La reina se retiró mucho más rápido así que los tres jóvenes se quedaron charlando y comiendo hasta que el chico rubio se levantó y tomó la mano del azabache.

-- Perdón por no acompañarte, Shinoa, necesito a Yuu un momento. Provecho.

Y sin más se llevó al azabache quien observaba atento la estructura del edificio. Doblaron a la izquierda después del salón de los cuadros y llegaron al vestíbulo. Yuu miró levemente nervioso al rubio. Podrían verlos a penas entren por la puerta principal.

-- ¿Estuvo bien dejar así a la princesa? digo, vino desde lejos y...

-- Tengo mi agenda preparada y no voy a moverla por visitas sorpresas, los Hiragi siempre se creen dueños del tiempo de los demás --Mikaela le interrumpió-- no es la primera vez que viene sin invitación, no te preocupes, ella sabe de qué se trata todo esto--.

El salón de los Tepes era más grande que los establos de su reino, entendía que fuese grande ya que al ser una potencia en sus fiestas recibían a muchos invitados, aún si los Tepes son personas difíciles de tratar, entendió por qué tantas personas buscan la mano de Mikaela y por qué también buscan agradar a la reina.

Royals [YuuMika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora