EN NOMBRE DEL AMOR // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)

CAPÍTULO 6: SIETE MINUTOS EN EL INFIERNO

Todos ríen y aplauden pero a Ryujin no le hace gracia. A Momo menos. Lia no sabe ni dónde meter la cabeza de la vergüenza.

-       ¡Están dementes! –se queja-.

-       Ya sabes lo que pasa si no cumples el reto.

-       Me importa un rábano, asumiré las consecuencias.

-       ¿Qué te pasa Ryujin? –Lia se arma de valor y se pone de pie-. ¿Acaso tienes miedo?

Un coro de abucheos se alza. Lia entiende que nadie desafía a Ryujin. El hecho de que ella no tenía el más mínimo reparo en hacerlo le gustaba. Todo el alcohol ingerido lo tiene vivo en la sangre sintiéndose  con la temperatura a tope; valentía desbordante. No podía ser bueno pero le gustaba sentirse con poder sobre sus emociones y sin inhibiciones.

Ryujin la mira desafiante. Levanta una ceja con sonrisa malvada y finalmente se pone de pie para llevarse a Lia al cuarto de baño.

-       Yo me aseguraré de que no se maten entre ellas.

-       Nada de eso Yuna –detiene Hunter-. Déjalas solas, te toca a ti cumplir tu reto.

-       ¿Puedo elegir verdad?

-       Vale... ¿Es verdad que antes de crear uno de tus famosos escritos te fumas un porro bien cargado?

-       ¡Ya quisieran que eso sea verdad manada de envidiosos! –ríe-. Mis escritos son talento puro perras, yo no necesito meterme esas mierdas.

Mientras tanto en el cuarto de baño, Lia espera sentada sobre el váter moviendo una pierna por la ansiedad. Ryujin se mira en el espejo despreocupada.

-       Ni creas que te voy a besar –dice arreglando su cabello-.

- ¡Ja! Ni lo creas tú -ríe Lia-.

-       Esperaremos a que pasen los siete minutos y ya está.

-       Por mí está bien.

Pero cuando más rápido quieres que pase el tiempo más lento se hace y viceversa, así es esto. Ryujin no deja de dar vueltas y verse al espejo cada tanto evitando el contacto visual con la otra chica.

-       ¿Puedo hacerte una pregunta? –habla Lia poniéndose de pie-.

-       Ya la hiciste.

-       Otra diferente.

-       Dime.

-       ¿Qué te hice que me odias tanto?

Ryujin levanta una ceja hacia ella.

-       Lo pregunto de verdad porque desde el primer día no has dejado de fastidiarme ni por un momento. No me digas que fue por hacerte castigar porque ya ha pasado tiempo desde eso, a no ser que seas una rencorosa.

-       Eso ya pasó, simplemente disfruto de molestarte.

-       Pues deja de hacerlo porque no me gusta que se metan conmigo. Mírame a los ojos cuando te estoy hablando.

La voltea con brusquedad y la pelicorta se sorprende.

-       El alcohol sí que te vuelve agresiva –regaña-. ¿Para qué quieres que te mire?

-       Porque es descortés no ver a los ojos a las personas cuando te hablan.

-       De repente el fastidio te has vuelto tú.

-       ¿¡Ves de lo que te hablo!? –exclama-. No podemos estar cinco segundos sin pelear, siempre eres la que empieza.

-       ¿¡Yo empiezo!? Tú eres la que está siendo agresiva.