CAPÍTULO 9: NO SOMOS AMIGAS

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Luego de que Yuna se fuese más tarde la enfermera llega para atender a la señora Shin. Esta vez, Ryujin quiere estar presente por si despierta; es su ilusión más grande que su madre abra los ojos después de tantos años. Que le diga que todo está bien. Que la abrace y le diga que la ama, que vivirá. Pero esas esperanzas con los días se desvanecían. Si bien su madre no presentaba mejora, tampoco demostraba lo contrario. Siempre estaba estable, sin ningún indicio de nada.

A veces cuando Ryujin se siente sola va a dormir a su lado. Le canta y la abraza hasta quedarse dormida; incluso entre lágrimas le pedía que por favor despertara, y si no, si acaso estaba sufriendo y se sentía atada a este plano solo por ella bien podía marcharse. Es cierto que se quedaría sola, pero se las arreglaría como había hecho estos cuatro años sin su presencia.

-       ¿Crees que no podré soportarlo si te vas? –toma su mano y da un beso en el torso de esta-. Si estás sufriendo házmelo saber y te ayudaré.

La figura de su madre permanece serena. Su pecho sube y baja con tranquilidad.

Shin Ryujin es idéntica a su mamá. Su cabellera brillante de color azabache y su sedosidad; también su amor por la música, a lo que su padre tanto se opuso una vez. Él quería que se dedicara a la administración como su abuelo y él mismo, que siguiera sus pasos. Por fortuna su mamá siempre la apoyó. La inscribió en clases de canto, piano y guitarra a las que iba después de clases mientras su papá trabajaba, siempre a escondidas. Ella era su todo.

-       Pero si es que acaso decides irte algún día no olvides decirme adiós –dice en un susurro dejando escapar sus lágrimas-. Nunca se lo perdonaré... nunca, nunca, nunca...

...

Después de acompañar al chico a la puerta y de vuelta en su cuarto, Lia ve a Ryujin del otro lado del ventanal pidiendo entrar. Pone los ojos en blanco y le abre.

-       Si cierras el ventanal Peter Pan no podrá venir a oír cuentos.

-       Ahora no por favor –expresa fastidiada-. No estoy de humor, ¿qué necesitas?

-       ¿Está todo bien?

-       ¡No, no está todo bien! ¿Qué quieres?

-       Tu ira no la vengas a desquitar en mí.

-       Entonces lárgate. Por segunda vez, no estoy de humor para soportarte.

Ryujin se sienta sobre la cama con las piernas cruzadas haciendo que la ira de Lia vaya en aumento.

-       Hoy no estoy dispuesta a aguantarte –le baja las piernas de un tirón-. Dijiste que si iba contigo a esa fiesta me dejarías en paz.

-       Dije que te dejaría en paz un ratito y ese ratito ya pasó –sonríe con sorna-. No seas así, vengo a ver cómo estás después de semejante resaca y así me recibes.

-       ¡Como si te importara!

Ryujin se sobresalta por la reacción de Lia. Su mirada divertida por estar molestándola como le encanta, cambia a una de enojo.

-       ¡Las escuché a Yuna y a ti hablando de cómo me llevaron a esa fiesta para ridiculizarme y no sé qué cosas más!

-       ¿Es lo único que recuerdas?

-       ¿Acaso hay algo más que deba tener en cuenta?

-       Ahora que lo mencionas, sí –se acerca con mirada amenazadora-. No vayas a creer ni por un minuto que porque te fuiste de fiesta con Yuna y conmigo este fin de semana tienes derecho a acercarte a nosotras. No somos amigas y jamás lo seremos.

-       Perfecto –la empuja-. Que te quede claro también entonces que no puedes volver a pisar mi cuarto cuando se te venga en gana o te sacaré a patadas. Me importa un rábano si mi lámpara te molesta, si Peter Pan no puede venir a oír cuentos o la excusa de mierda que te inventes la próxima vez, no te abriré ni aunque te vengas muriendo.

Con una última mirada de odio hacia ella, Ryujin salta de vuelta a su balcón cerrando con brusquedad su propio ventanal con un ruido estrepitoso. Lia hace lo mismo con el suyo poniendo el seguro.

EN NOMBRE DEL AMOR // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora