EN NOMBRE DEL AMOR // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)

CAPÍTULO 46: EN MI PROPIA OSCURIDAD

Jihyo mantiene informadas a las chicas de lo que pasa con Ryujin esos días, a pesar de que ellas están al pendiente desde el mismo cuarto de Lia. La enfermera va a ayudar a limpiar y a prepararle la comida a Ryujin, quien no hace más que permanecer encerrada en su cuarto. No dice una sola palabra e igual Jihyo no insiste. Tampoco es que espere mucha interacción de su parte.

Ryujin come, o eso cree la enfermera porque al día siguiente no encuentra lo preparado y el plato en el lavabo. Eso es una buena señal ¿no? Igual le preocupa el estado en que la ve, por lo que decide hablar con la psicóloga de Ryujin para que le haga una visita, cosa que a la pianista no le gusta nada y las saca a gritos a las dos.

La situación está fuera de control y ninguna de las chicas puede hacer nada. Lo bueno es que Lia vuelve a escucharla tocar el piano en la terraza todas las noches. Ella sube a observarla sin ser vista hasta altas horas de la noche. Supone que esa es la mejor terapia para su vecina y ella está bien con que al menos se esté aferrando a su arte para sobrellevar, aunque sea por un momento, la ausencia de su mamá.

Lia siente una presencia tras ella y voltea asustada dándose cuenta de que se trata de Ryujin. Su vecina se pasea por la habitación como si la artista no estuviera observando cada detalle de la habitación.

-       ¿Ryujin?

-       Me veo terrible –ríe en el espejo. Por su voz Lia se da cuenta que ha bebido-. Y estoy terrible.

-       ¿Qué haces aquí?

-       ¡Lia, hola! Estás aquí –corre a abrazarla-.

La artista se extraña de su actitud.

-       ¿Te sientes bien?

-       ¡De maravilla! Mi mamá murió, ¿te diste cuenta?

-       Estás borracha.

-       Y drogada –ríe-. Pero así estoy siempre y te encanta.

Se acerca a darle un beso que Lia esquiva con destreza. ¿Qué carajos le pasa?

-       Definitivamente no estás bien.

-       ¿Y qué? Dame un beso ven.

-       No Ryujin, compórtate –la aparta-.

-       ¿Por qué no puedo besarte si eres mi novia?

-       Yo ya no soy tu novia, ¿acaso se te olvida lo que hiciste? ¿Lo que me has hecho?

-       ¿Sigues enojada por eso? –reprocha-.

-       ¿¡Te parece poco!?

-       ¡Ay! Ya vas a empezar a pelear como siempre.

-       Pues siempre es tu culpa que discutamos, tengo que expresar mi descontento.

-       Vale, perdón. Te amo, ¿me besas?

Esta vez Lia no puede resistirse al beso repentino de Ryujin. Ha extrañado tanto sus labios que no le importa lo borracha o drogada que esté. No le importa nada.

Por supuesto que el beso sube de tono. Sus cuerpos se han extrañado tanto que no pueden evitar sentirse más cerca. La piel de sus manos es fuego al tacto por cada recorrido. La ropa sobra, hace calor, es innecesaria y estorba porque no deja que se perciban bien las sensaciones de tenerse y amarse tanto como lo hacen.

Los labios de Ryujin viajan sin permiso por la piel del cuello de Lia. Sus dientes, su lengua, sus manos, todo. Ha extrañado tanto a su vecina, no importa la tristeza, el odio o repudio que Lia sienta hacia ella, que ella sienta por sí misma. Tiene en sus manos el cielo y los pies caminando sobre las nubes en ese momento.