EN NOMBRE DEL AMOR // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)

CAPÍTULO 31: TE AMO

Lia viene bajando de su clase de pintura el viernes a eso de las cinco de la tarde y se le ocurre la idea de visitar a Ryujin de sorpresa en su oficina.

La puerta está cerrada pero hay luz. Se oyen voces adentro que no alcanza a reconocer. Parecen discutir.

-       ¿Es que por qué siquiera lo hiciste en primer lugar? Ella no se merece esto. ¡Lia no tiene por qué pagar el precio de tus cagadas!

-       Ya te dije que no lo hice con esa intención. Es decir, al principio sí que fue por eso pero luego... yo la quiero Yuna, no la puedo perder, tienes que ayudarme.

-       Ya es muy tarde Ryujin. El daño está hecho y por lo que veo vas avanzando, de arrepentida no te veo mucho.

-       No sé qué hacer, se me está saliendo todo de las manos.

-       Eso tú te lo buscaste.

Yuna se dirige a la salida y Ryujin la detiene.

-       Nadie se puede enterar de lo que pasó en New York. Si te lo conté es porque ya no podía más con ese peso, te necesitaba... te necesito.

-       Sé sincera con Lia y me tendrás de vuelta, de lo contrario haz de cuenta que no existo.

-       Yuna...

Al salir se topa de frente con Lia. La artista la mira sorprendida.

-       ¿Yuna?

-       Lia –se seca lo que queda de sus lágrimas rápidamente-.

-       ¿Qué hacías en la oficina de Ryujin?

-       Solo hablábamos.

-       ¿Se arreglaron las cosas? –pregunta con una sonrisa esperanzadora-.

-       De hecho creo que se pusieron peor.

-       Lo siento mucho.

-       Yo no –resta importancia-.

-       ¿Qué te dijo la enfermera?

-       Solo me recetó analgésicos, estoy bien. Tae me acompañó todo el tiempo y saldremos esta noche, todo marcha bien.

-       Me preocupé mucho por ti.

-       ¡Ay mi vida! –la abraza-. Te quiero mucho baby.

-       Y yo a ti. Cuídate y me cuentas cómo te va en tu cita.

-       Con detalles sucios y todo –guiña-.

Ryujin está con la cabeza entre sus manos hecha un mar de lágrimas sobre el escritorio. Lia se preocupa, así que va a sentarse a su lado.

-       ¿Estás bien?

-       Lia...

-       ¿Qué pasó?

-       Nada, discutí con Yuna otra vez.

-       ¿Por qué?

-       Intenté arreglar las cosas pero no se pudo –se seca las lágrimas-. ¿Qué haces aquí? Qué agradable sorpresa.

-       ¿Seguro que estás bien?

-       Sí, no te preocupes –la besa-. Estoy en exámenes de primer corte y la discusión me tomó estresada, ya se me pasará. ¿Cómo estás? Justo iba a ser yo quien te sorprendiera.

-       Terminé antes mis cosas hoy para venir a verte.

-       ¡Genial! Eso me ahorra el ir a robarte de tu clase.