Carl.
Mantenía mis puños apretados con fuerza, estaba lleno de furia e impotencia. Caminaba de un lado a otro, inhalando y exhalando reiteradas veces, tratando de calmarme. Pero no podía, simplemente no podía. Incluso intenté con contar hasta diez, pero no llegué ni a la mitad. Esa mierda no funcionaba, al contrario, me ponía mucho peor.
Sabía que debimos de haber terminado con ese grupo de caníbales psicópatas. ¡Pero nadie me escuchó! Prefirieron jugar a ser buenas personas, y ahora Bob estaba sufriendo las jodidas consecuencias.
Mi padre estaba dentro de la oficina de Gabriel, dónde Bob descansaba. Carol le había limpiado y cosido la herida de la pierna, pero aún así, ésta no paraba de sangrar. Y por si fuera poco, el hombre ardía en fiebre.
Si la fiebre no se iba, él se convertiría. No podíamos hacer gran cosa por él.
- ¿Cómo diablos pasó esto? -le pregunté al imbécil de Jeremy, con los ojos entrecerrados.
El chico quitó su mirada de Anthea, para después posarla en mí.
-Estábamos en el viejo depósito, Bob y yo buscábamos provisiones. Escuchamos ruidos extraños afuera y fuimos a ver qué pasaba. Ahí estaba Gareth, con al menos cinco de los suyos... Los tipos iban armados hasta los dientes, así que no tuvieron problemas con atraparnos. Uno de ellos me golpeó en la cabeza y me desmayé -hizo una mueca-. Desperté en lo que parecía ser una escuela primaria, amarrado de las manos y de los pies. Bob estaba tirado frente a una fogata, ya sin su pierna...
Cerró sus ojos con fuerza y tragó saliva. Alcé una ceja, impaciente porque continuara su relato.
-Una parte de la pierna de Bob se estaba asando en la fogata, la otra parte se la comían ellos. Cuando Bob despertó, Gareth le habló. No alcancé a escuchar la mayoría de la conversación, estaba demasiado aturdido. Lo único que pude distinguir fue que los siguientes seríamos nosotros -suspiró-. A estas alturas no sé si en verdad tuvimos suerte de que nos dejaran ir.
Todos los que estábamos reunidos afuera de la oficina del padre nos mantuvimos en silencio. Mi mente procesaba cada una de las palabras dichas por Jeremy.
Así que ellos vendrían por nosotros...
-Padre Gabriel -llamé al hombre con voz dura, éste me miró asustado-. ¿Qué tan lejos queda esa escuela? Usted debe saberlo.
Gabriel asintió en medio de un titubeo.
- ¿Qué piensas hacer, Carl? -me preguntó Anthea, sus ojos bañados en preocupación.
-Tenemos que acabar con ellos, antes de que ellos acaben con nosotros.
Rick salió de la oficina, con el rostro empalidecido. Volteamos a verlo, deseosos por saber qué había pasado ahí adentro. Sasha salió después de él, ella sollozaba en silencio mientras su hermano, Tyreese, la consolaba.
Imaginé lo que vendría.
-Se fue... -dijo mi papá-. Él había sido mordido.
- ¿C-cómo que estaba mordido? -preguntó Jeremy con los ojos bien abiertos.
¿Mordido?
-Sí, como lo oíste.
-Debió haber pasado mientras estábamos en el depósito... ¡Mierda! ¿Cómo es que no me di cuenta? -se lamentó patéticamente el chico.
Anthea lo abrazó por los hombros, reconfortándolo. Él se quejó un poco, pues estaba herido.
Rodé los ojos.
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THE LOST BOY ― CARL GRIMES
Fanfic❝ Las cosas no son como eran antes. Ahora ni siquiera me reconozco, nadie lo hace. Yo ya no pertenezco a un mundo seguro. Mírame a los ojos, ¿puedes verlo? Ya no me queda nada, ya no. A veces siento que morí hace mucho tiempo. No soy lo que tú crees...