06✧.* provisions and problems

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Anthea.



Sabes que el mundo está cayéndose a pedazos cuando los muertos se levantan de sus tumbas e intentan llevarte con ellos a su limbo por la tierra; o cuando el chico que parece tener problemas para sonreír, o siquiera para mostrar alguna emoción positiva en su rostro, de pronto cambia su actitud y hasta te ofrece su compañía.

Enarqué una ceja sin poder creérmelo aún y le sonreí con sorna.

-Creí que me detestabas...

-Tienes razón, no te soporto.

Mi sonrisa comenzaba a deformarse mientras veía como Carl se levantaba de mi intento de cama, y salía de la habitación. Diablos, ese chico nunca cambiaría. Y para colmo, su comentario logró herirme de algún modo. Decidí no darle tanta importancia, era mejor dormir de una buena vez por todas. Después de todo, Rick dijo que al día siguiente saldríamos en busca de suministros y demás, por lo que era mejor seguir sus órdenes al pie de la letra. Además, sería la primera vez en noches que dormiría sintiéndome segura.

Le di una rápida mirada a la puerta por la que había salido Carl y subí a la solitaria cama. Me acomodé entre las sábanas y cerré mis ojos. ''Por idiota perdiste tu lugar'', pensé antes de sumergirme en un sueño que me hubiera gustado que fuese para siempre.


A la mañana siguiente, desperté gracias a unos golpecitos constantes en mi hombro. Abrí mis ojos lentamente y parpadeé un par de veces, buscando que mi vista se acostumbrara a la luz del día. Tallé mis ojos con ambas manos y largué un bostezo. Fijé mi vista en la persona que me despertó y me encontré con Rick, quien se veía mucho más estable que el día anterior, ya que sus heridas habían comenzado a cicatrizar.

-Buenos días, Anthea. ¿Por qué no bajas a comer algo antes de partir? -me preguntó con amabilidad. Asentí un par de veces y me levanté con pereza de la cama. Rick salió de la habitación y segundos después lo seguí.



Él entró a la cocina y yo por mi parte me quedé un rato en la entrada de esta, viendo como la mujer de color y rastas hablaba animadamente con Carl. Rick me hizo una seña con sus manos para que me acercara a la mesa y tomara asiento junto a ellos. ¿Pueden creer que la única silla libre era la que estaba frente al odioso castaño? Maldita suerte la mía.

Me tragué las ganas de gritarle un ''¡No!'' en respuesta, pero el hambre me venció y terminé entrando a la cocina a paso lento. Me senté en el lugar que me indicó y Carl, al notar mi presencia, abandonó la charla con la mujer y dejó de sonreír.

Mordí el interior de mi mejilla y me removí en la silla algo incómoda. La mujer de color colocó un tazón vacío frente a mí y señaló una bolsa de cereal a la mitad, que se encontraba en el otro extremo de la mesa, custodiada por el mismo Carl.

-Carl, ¿me pasas el cereal, por favor? -pregunté, deseando no haber sonado tan nerviosa.

Él no dijo nada, se limitó a deslizar la bolsa del cereal, para que así yo pudiese tomarla. Le sonreí en forma de agradecimiento y vertí las hojuelas azucaradas dentro del tazón. Tomé una cuchara de un pequeño cesto situado en el centro de la mesa, y empecé a comer en silencio.

-Como quisiera tener un poco de leche de soya ahora... -comentó la mujer, terminando con el silencio en la cocina.

- ¿Pero qué cosas dices, Michonne? -Carl la miró arrugando su nariz de forma graciosa. Reí por lo bajo y puse más atención a lo que él diría enseguida-. Comer cereal con agua es mucho mejor que hacerlo con leche de soya, ¿sabes? Quiero decir, esa cosa es asquerosa. Incluso me apetecería más comer el cereal con la leche maternizada de Judith porque...

THE LOST BOY ― CARL GRIMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora