Anthea.
Bajamos de los autos y caminamos cautelosamente hacia el gran portón principal de la comunidad. Las manos me temblaban un poco, estaba nerviosa, tensa y emocionada; toda una extraña mezcla de emociones invadía mi interior. No dejaba de preguntarme: ¿Qué habría allí dentro? ¿Era realmente como en las fotos que nos mostró Aaron? ¿Nos aceptarán así sin más?
La mano de Carl buscó la mía a tientas. Cuando la encontró, la apretó ligeramente. Aquel acto tan simple bajó la tensión sobre mis hombros a niveles casi inexistentes.
El portón fue abierto por un hombre de estatura media, delgado. En su rostro se podía ver reflejada la desconfianza hacia nosotros. No lo culpaba, no nos conocía. Y además íbamos armados hasta los dientes.
Aaron nos invitó a pasar. Rick pareció dudarlo unos segundos, pero después accedió. Los demás lo seguimos de cerca. Una vez que todos estuvimos dentro, el gran portón fue cerrado a nuestras espaldas.
—Antes de que lleguemos más lejos, necesito que me entreguen todas sus armas —el hombre desconocido habló, su voz sonaba algo nerviosa.
Nos quedamos en nuestro lugar sin saber qué hacer, mirando al señor Grimes en busca de respuestas.
—Si quieren quedarse, tendrán que entregarlas —insistió.
Rick dio un paso al frente, el contrario retrocedió: —Aún no sabemos si queremos quedarnos.
—Está bien, Nicholas. Déjalos hablar con Deanna primero—Aaron intentó calmar el ambiente que de pronto se había vuelto tan pesado.
Abraham, con el ceño fruncido, se apresuró a preguntar lo que seguramente todos queríamos saber. "¿Quién es Deanna?"
—Ella sabe todo acerca de este lugar. Responderá todas sus dudas —contestó y se volvió al líder—. Rick, ¿por qué no comienzas tú?
Un caminante empezó a aproximarse del otro lado del portón, por lo que Rick le dio órdenes a Sasha para encargarse. La nombrada giró sobre sus talones y acabó con la criatura en un santiamén, con un tiro limpio justo entre las cejas. El cuerpo pútrido se desplomó hacia el suelo, provocando un ruido sordo al impactarse contra el pavimento.
—Qué bueno que estamos aquí—comentó Rick, más para sí mismo, tomando a la pequeña Judith entre sus brazos, comenzando a seguir a Aaron hacia dónde quiera que lo estuviese llevando.
(...)
Uno a uno fueron entrando a hablar con la tal Deanna, hasta que llegó mi turno. Aaron me hizo entrar a una sala ordenada y llena de lujos. Jamás pensé que volvería a pisar un lugar así... Tan normal. Por un momento olvidé que los muertos vivientes se encontraban todavía allá afuera, al asecho de una nueva víctima.
Observé todo a mi alrededor maravillada. Definitivamente la forma en la que iba vestida no encajaba en ese lugar. Todo lucía tan limpio, que me daba incluso pena deambular por ahí con mis botas salpicadas de lodo y sangre de caminante.
—Toma asiento, por favor —una mujer mayor de cabellos rubios entró a la habitación, cerrando la puerta detrás de sí—. Soy Deanna Monroe.
Me senté tímidamente sobre el sofá que había al fondo de la sala. Solté un pequeño suspiro al sentir el suave material contra mi espalda. Aquello pareció divertirle a la mujer porque soltó una pequeña risa.
— ¿Cómo te llamas, pequeña? —preguntó.
No parecía una mala persona, en realidad. Hasta cierto punto comenzaba a agradarme. Me recordaba muchísimo a la hermana de mi papá. Físicamente tenían bastante parecido.
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THE LOST BOY ― CARL GRIMES
Fanfic❝ Las cosas no son como eran antes. Ahora ni siquiera me reconozco, nadie lo hace. Yo ya no pertenezco a un mundo seguro. Mírame a los ojos, ¿puedes verlo? Ya no me queda nada, ya no. A veces siento que morí hace mucho tiempo. No soy lo que tú crees...