—. No sé que me está pasando —. dije, teniendo una ligera esperanza de que Yoko supiera.
—. Eso se le llama locura.
Estaba tan desesperado que tuve que venir a una consulta con Yoko. Es que me sentía raro, parecía que mi enfermedad había vuelto, luego de años. La locura que John me había plantado en mi cabeza.
—. Es que no entiendo. Yo estaba anoche en una especie adormecido cuando alguien entro. No sé que pasó pero hoy en la mañana amanecí con mi ropa y a lado de mi marido.
—. Sí, te das cuenta que es imposible decir que alguien te drogo, o algo parecido.
—. Sí, pero se que fue real.
—. Tan real, que vienes conmigo para que te lo confirme. Escucha, Paul nadien te drogo, y mucho menos uso algo en tí. Estas apunto de caer en la locura.
—. No estoy loco —. dije.
—. Eso dice un loco. Tal vez es el peso de tu conciencia, en esto. Tu nunca perdonaste a tu ex marido, quizás por eso tus emociones están fuera de control.
—. ¡YO SE LO QUE VÍ! —. grite.
—. Pero me estás diciendo que no viste a nadie. Que tu mente o más bien sentiste que esa persona era, John.
—. Sí, fue él. El me drogo con alguna especie de afrodisíaco.
—. ¿Y tú marido, tu hijo? Estaban en casa, sería imposible que no se dieran cuenta.
—. Sí eso lo sé. Por eso estoy aquí.
—. ¡Bien! Puedo ayudarte pero no aquí, deberá ser internadote en un psiquiátrico. Monitorearte las 24 horas del día. Posiblemente sea una recaída, además mí marido y yo podremos cuidarte. Estará encantado de conocerte.
No sé pero cuando dijo lo último lo dijo tan peligrosamente seguro y podría decirse malvado. No, no podría ser. Estaba paranoico, sí eso era.
—. Entonces te irás. ¿Que haré sin tí?
Me encojo de hombros sin saber que contestar también a mí me partía el corazón dejarlos, pero tenía que hacerlo para no volverme loco. Cuando pase tiempo en ese en el psiquiátrico, fue lo peor. Afortunadamente conocí a un hombre bueno, tan bueno que aceptó a mi hijo como suyo.
—. Cuida mucho a John, ya sabes que últimamente está raro.
Jack asintió mientras me daba un beso en la mejilla.
—. Hablando de eso. Hoy fuí a su escuela, el director cree que el niño está actuando agresivo. Dijo, que hoy había golpeado a otro niño por qué se resistío a prestarle un lápiz. A demás hizo esto —. Dijo, entragandome un dibujo.
Uno en dónde está lo que parecía ser una familia, pero en letras rojas, estaba escrito las putas siempre tienen su merecido. No sé que pasó para que mi hijo escribiría tan cosa, pero le voy a poner un alto.
Tome el dibujo, dispuesto a darle un castigo por eso, el siempre fue un buen niño no entiendo que puso pasarle para ser, tan parecido a él.
Cuando llegó a su habitación, no sé pero las náuseas me invaden siento tanto asco, que voy corriendo al baño.