¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A lo largo del viajé sonreí, tendríamos un hijo.
Un hijo mío y de él.
Los dos habíamos esperado ese momento. Antes de que decidiera dejarme. De no ser porque cynthia me aviso antes hubiera ignorado ese glorioso hecho.
ESTAS SEGURO DE QUE ES TUYO Y NO DEL VECINO.
—. Es mío, estoy seguro.
LLEVA DOS MESES Y NO TE LO DIJO.
SERÁ PORQUE EL VERDADERO PADRE DE SU HIJO SE NEGO HACERSE RESPONSABLE.
QUIERE HACERTE CREER QUE ES TUYO.
—. No, es posible que no supiera — aprete el volante y acelere adentrándome al bosque.
Era la única manera, huir con él. Sin sus padres, sin que tuviera escapatoria. No dejaría que mi hijo se criara sin conocer a su padre. Me iba alejar de mi hijo, que clase de bestia hace eso.
Ahí en la mitad del bosque cynthia tenía una cabaña, que le pertenecía a su esposo. Ella me lo presto con la condición que fuera a visitarla pronto. Ahí, Criaria a mi hijo, y a los que pudieran venir después. Siendo Paul y yo, sería más fácil de arreglar este matrimonio. Alejados de todo, podría estar con el en paz.
Al llegar a la cabaña lo cargue en mis brazos y lo recosté en la cama.
Sus heridas y sus moretones habían bajado de tono. Su piel, lucía igual que hace años. Suave y perfectamente preciosa, eso me hizo sentir esa emergencia de no tenerlo desde hace semanas.
Lo miré y bese su cuello bajando a su clavícula.
Paul seguía sedado por el cloroformo, así que no podría sentirlo. Pero yo sí, y quería tenerlo ahora. No le haría daño a mi hijo, sería delicado para no lastimarlo.
Pero tendría sexo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.