A las 5 de la mañana tomé una rápida ducha y me cambié con unos jeans y una polo rosa.
Después fue inevitable ver a de nuevo a Mario en la cama, aun dormía, me acerqué y besé su frente. Luego salí de la habitación para encontrarme con mamá y llevarla al aeropuerto, su vuelo de regreso a Nueva York salía muy temprano.
- ¿No vendrá Mario? -preguntó mamá.
- No lo quise despertar, anoche estaba muy cansado. Espero y no importe.
- Me hubiese gustado despedirme de él, pero está bien. Entiendo.
Llegamos al aeropuerto. Mamá se había despedido de Kimberly esta mañana y luego se volvió a dormir y se quedó en casa, no tardaría mucho en el aeropuerto, para cuándo regresará a casa aún estaría dormida.
Una vez que mamá registro sus maletas y arreglo el papeleo, estábamos sentadas en una sala de espera, mamá tomando un café. Y comencé a ponerme ansiosa, mamá se iría y no sé cuando la volvería a ver, no le había contado nada acerca de Mario y cuándo regresará a casa pasaría lo inevitable... Sin aviso mis ojos se volvieron cristalinos, mamá lo notó y cubrió su mano con la mía.
- Hija, está bien, también voy a extrañarte, pero vamos a estar bien.
-Mamá... -quise decir algo pero las palabras me fallaron. Quería decirle lo mucho que me hará falta, lo mal que estoy por terminar con Mario, lo confundida que estoy.
- Lo sé. Kimberly me lo contó -acarició mi mano- Estas teniendo problemas en tu matrimonio.
- Mamá... –sollocé, quebrándome y sintiéndome fragil- Quisiera saber qué hacer.
- Yo también quisiera saber, todos queremos tener la respuesta a todo. Pero Hija, hablemos de madre a madre –sonrió, formándose unas arrugas alrededor de sus ojos- Ahora eres madre. Y tú como madre de Kimberly tienes que pensar primero en ella que en ti. A pesar de sus problemas como pareja, ella es tu deber ahora. Sea lo que sea que esté pasando entre ustedes ella es tu prioridad ahora.
- Siempre supe que era muy joven para esto... Matrimonio, hijos... solo tengo 22 -dije, casi con un hilo de voz. No me arrepiento de tener a Kim, pero quizás pude haber tenido una vida normal, sin dramas, solo yo y la televisión. Pensar en niños quizás a los 25 o 30. Todo pudo haber sido más fácil para mí. Pero entonces tuve que aprender a crecer más rápido que cualquiera de mi edad. También significo que yo debía tomar mis propias decisiones. Aunque mamá no tuviera ni la mínima idea de por qué tenía problemas con Mario ella trataba de ayudarme.
- Nadie dijo que seria fácil, cariño -habló mamá y acuno mi rostro en sus manos- Tranquila, ______, sé que tomaras una decisión correcta para Kim y para ti.
- ¿Y si no lo hago? ¿Y si me equivoco?
- Amor -soltó una pequeña risita sarcótica- si de algo estoy segura es de que, tú nunca haces lo correcto. Pero dime, ¿dónde quedo aquella chica que me pedía a gritos que la dejara cometer sus propios errores para aprender de ellos? Vas a equivocarte, mucho más, y sin embargo no está del todo mal equivocarse. Lo bueno vendrá cuando te des cuenta de tu error. Ahora, sabes que siempre estaré para ti, ¿verdad? -preguntó y asentí.
- Siempre, mamá... Gracias.
- Ahora ven y dame un enorme abrazo.
(...)
Mario versión.
Desperté y ________ no estaba a mi lado en la cama. Miré el reloj marcaba las 6 en punto. Alexandra tomaría un vuelo a esta hora y seguro ________ la llevó al aeropuerto. Pero, ¿por qué mierda no me despertó para acompañarla?
En la cocina, me preparé un café para esperar a _______ llegar a casa. En unas horas ambos habríamos de regresar a la realidad del trabajo, la escuela de Kim, y yo necesitaba hablar con ella. Antes de cualquier cosa quería saber que las entre nosotros estaban... ¿bien?
- ¿Papi? -el agudo sonido de la voz de Kimberly me hizo dar un respingo de sorpresa, creí por un momento que _____ se había llevado a Kim.
- Hola princesa, ¿todo bien? Es muy temprano aún para alistarte para el Kinder.
- Lo sé –respondió y me acerqué a ella. Envolví mis brazos en su cuerpo y la levante para cargarla. Kim se sujetó con sus bracitos alrededor de mi cuello- Sólo que ya no pude dormir después de que la abuela se fuera.
- Oh, está bien. Creo que yo igual... Estoy esperando a mamá. ¿Quieres acompañarme, o quizás puedas ver un poco de televisión mientras es hora de irnos?
- Quiero esperar contigo -respondió. Besé su frente y ella sonrió, luego vi esa sonrisa desvanecerse- Papi... tú y mamá... ¿Van a separarse para siempre? Y, ¿tú vas a irte para siempre? -preguntó, sonando tan abrumada, creo que por el hecho, también, de no entender del todo lo que esa pregunta significaba.
Tarde un poco más pensar en una respuesta para ella, porque en realidad no la tenía, muchos menos pude haberme respondido a mi mismo eso porque no lo sabía. ¿Eso ha estado pensado hacer ___?
- ¡No! -le dije, tan seguro como pude, tanto como para que pudiera yo mismo convencerme de eso. Pero, luego en mi mente venía la noche anterior, no hace poco de unas horas, ella demostrándome su amor, mucho que me necesitaba, lo mucho que yo la necesitaba, que cualquier intento por mantenernos alejados era como poner la mano en el horno, tan insoportable e imposible se llevar. La amo, la amo tanto, y ella me ama- No, princesita. No nos vamos a separar y mucho menos me voy a ir de nuevo. No pienses en eso, ¿de acuerdo, amor?
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo.
Kimberly apretó su agarre a mi cuello y trató de abrazarme tan fuerte como pudo, y yo hice lo mismo, apretándola contra mi pecho. Mi hija me necesitaba a su lado también. Una vez me juré a mi mismo que nunca la dejaría sola. No pude, no conocía y no creía posible que hubiera algo que me separará de ella. Estaba dispuesto a cumplirlo porque esta pequeñita lo era todo para mí. La razón de mi sonrisa, mis dolores de cabeza, mi felicidad, mi vida, mis motivos para respirar. Mi ángel.
Kimberly había decidido que era mejor dormir unos minutos más antes de despertar del todo para ir al Kinder.
Yo seguía en la cocina preparando el desayuno para tener tiempo de desayunar en familia, lo que es a veces un poco inusual, más un lunes. Y el reloj marcó las siete en punto cuando por fin la puerta principal se abrió.
Sentí a ________ caminar y pararse en la puerta de la cocina. Me volví hacia ella y nuestros ojos se encontraron. Sus ojos estaban grandes como platos, bien abiertos, como de sorpresa, también ligeramente enrojecidos, signo de que había llorado. Supuse entonces que estaba triste por despedir a su mamá. Eso pensaba hasta que me acerqué a ella con la intensión de besarla y acurrucarla en mis brazos, cuando ella dio un paso hacia atrás, extendiendo una mano en lo alto para que me alejara.
Entonces supe que algo andaba mal.
- ¿______? -dije confundido- ¿Tu mamá está bien? ¿Tomó su vuelo? _______, amor, ¿tú estás bien? -traté de ser lo más cauteloso posible. Su mirada pronto volvía a hacerse vidriosa por lágrimas contenidas. Y la imagen de su rostro volvía a ser el mismo de hace una semana cuando me dijo tan repentinamente que no me amaba más. Ahora con certeza sabía que fuera lo que ella fuera a decir esta vez iba a ser malo.-----------------------------------------------------
Hola se que me e desaparecido, pero Gracias por seguir aqui leyendo la novela y esperando pacientes la actualizacion por esa Razón Hoy les subire doble Capitulo y espero lo disfruten. No olviden votar y comentar para que siga el siguiente :)
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"Beautiful Lies." - Mario Bautista & Tu
Fanfiction''Tiene que haber alguna forma para hacer que me quieras como antes''.