Capítulo 2. Don't leave me.

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La puerta la cerró de golpe. Mario estaba molesto, casi tanto como confundido. Una parte de mi agradeció que él saliera por esa puerta, porque no creía poder mantener mi decisión por mucho tiempo. Las lágrimas me quemaban por salir,.pero no derramé ninguna. Estaba tan llena de frustración que en cambio, se formo un terrible nudo en mi garganta.

Lo que nos habíamos dicho resonaba como eco en mi cabeza, y no me ayudaba a pensar con claridad. Sé que estaba siendo tan injusta y una maldita perra… pero lo hacía para protegernos.

Veinte minutos después estaba en la recamara principal, la que compartía con Mario. Había de tener que empacar algo de ropa para mudarme, claro que, después de todo lo que le dije a Mario no esperaba que fuera él quien se fuera de casa. Y mientras tomaba mis blusas del closet compartido, me convencía a mi misma que estaba haciendo lo correcto. ¿Lo hacía? Por el amor de Dios, al menos eso quiero creer.

Luego entré a la habitación de Kimberly, ella también se iría conmigo. Eso era parte de lo acordado. Su habitación era de color rosa pastel con pequeños muebles blancos, las paredes lisas, donde colgaban portarretratos con fotografías de los tres... Kimberly, Mario y yo, estos últimos cinco años. Kim ha crecido, al menos dos centímetros más del año anterior y por lo menos medio metro más desde que tenía un año y comenzaba a dar sus primeros pasos. Fácilmente me llega a media cintura, su piel es pálida y sus mejillas rosadas y suaves como la seda, tiene los ojos de un brillante azul , su cabello es castaño claro, alborotado como su mamá. ¡Woah! Nosotros también cambiamos... No creo haber crecido de estatura, pero maduramos. Dejamos de ser los adolescentes inmaduros de 17 años, que apenas creían saber lo mínimo de la vida. A Mario le salió barba, a decir verdad muy poca, su rostro se afino a rasgos más maduros y masculinos, sus hombros se enancharon siendo todo un cuerpo de hombre con 22 años. Yo me había terminado de desarrollar, mi cuerpo se marco con curvas y aparecieron mis caderas, mi rostro redondo se afino con rasgos finos y delicados, no era más una niña y, hasta el momento mantuve un cuerpo sano, a pesar del embarazo y lo enorme que me puse gracias a Kim. Dios, ha pasado mucho ¿por qué acabar así?

En una de las fotografías Mario y Kim están durmiendo en nuestra vieja habitación de casa de mi madre. Kim, sobre el pecho de Mario con apenas tres meses. Recordé que era el único lugar donde ella podía dormir después de llorar por horas. Se sentía protegida con las manos de Mario alrededor de ella.

A la izquierda estaba otra fotografía colgando, esta vez era la foto del primer cumpleaños de Kimberly, estaba detrás de su pastel con merengue rosa, una velita adornaba el centro de éste y a los costados de Kim, estábamos Mario y yo, sonriendo de oreja a oreja. Y Doris, el peluche tan amado de mi hija, estaba sobre la mesa robando cámara en esta foto también. Mamá había tomado esa foto de nosotros tres.

Teníamos muchas colgadas en la habitación, Gus, Anto, Mau estaban en ellas también. Otra de mis favoritas era sin duda la de Kim sobre la cama comiendo chocolate, solo usaba un pañal y tenía dos colitas en su cabello, toda su cara estaba embarrada de chocolate, ella ama el chocolate, nosotros lo odiábamos. No es bueno darle chocolate a una pequeña de dos años. Si quieres dormir, no lo hagas.

Mi vida giraba completamente alrededor de Kimberly, todo lo que hacíamos siempre era por ella y para ella. Y si algo le pasara… simplemente… yo no podría resistirlo. Sé que Mario en mi lugar haría lo mismo. Y yo sólo trato de ser buena madre, traté de ser una buena esposa para Mario también, pero…

- Por favor, quédate -lo escuché susurrar. Di un saltito de sorpresa, distrayéndome de lo que veía. Apenas un susurro basto para que me cuerpo se estremeciera completamente. Giré mi cuerpo y él estaba parado en la puerta.

- Mario... -dije, más en tono de desaprobación.

- No dejaré que mi hija y tú se vallan a quien sabe qué lugar... prefiero tenerlas aquí. Este lugar de ustedes y para ustedes dos.

"Beautiful Lies." - Mario Bautista & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora