Capítulo 8. Are u ready?

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El día transcurrió normalmente y cuando menos lo pensé ya era hora de ir por Kimberly.

Conduje hasta su Kinder. Diez minutos de tráfico y llegué. Me baje del auto y caminé hasta la puerta principal, entre y hice camino hasta su salón. Me paré en seco cuando vi a Mario junto con Kimberly afuera de su salón, y ella estaba en su lugar preferido: en los brazos de su papá.

La primera en verme fue Kimberly, bajo y corrió hasta mí, tomándome de mi mano para que caminara junto con ella. Me llevó hasta donde estaba Mario con sus manos escondidas en sus bolsillos, mostrando una tímida sonrisa. No le había visto ni sabido nada de él por dos días, claro que no debería sorprenderme, yo se lo había pedido. Pero entonces qué hacía aquí. ¿Algo estaba mal con ella?

-Creí que… -comencé a decir. Me detuve porque mi celular comenzó a sonar, esta vez un tono en particular, se trataba de mamá- Un segundo -le dije, alejándome unos pasos de ahí para atender la llamada- ¿Hola?

-_______, cariño, ¡Hola! –respondieron del otro lado de la línea.

-Mamá, vaya, me sorprende tu llamada.

-Es porque te tengo buenas noticias –la escuché emocionada y alegre.

-¿A sí? –le pregunté, regresando mi vista hacia Marioy Kim, aún me miraban, Mario con más atención.

-Sí. Iré este fin de semana a México, mi vuelo sale mañana por la mañana.

Me tomó un segundo más de lo debido captar lo que había dicho y mis cejas se levantaron sorprendida. Si mamá venia se daría cuenta que algo anda mal entre Mario y yo… preguntaría por qué y yo tendría que darle una respuesta o mentirle también…

-¿Mañana mismo? –inquirí para asegurarme que había escuchado bien.

-Eso mismo. Tengo que colgar, hija. Te llamó mañana cuando haya llegado. Besos –se despidió y colgó.

Luego caminé de regreso con Mario, que aún me esperaba afuera del salón. Kimberly había subido a unos juegos que estaban ahí mismo y ahora solo estaba él. Ahora, ¿debía que decirle algo? Pensé entonces actuar como lo que éramos, un par de adultos, y tratar esto de una manera madura sin terminar en otra catastrófica discusión o escena de drama publica.

-¿Todo bien? –me preguntó Mario.

-Em.. sí –murmuré, pasé por su lado y me agaché para tomar la mochila de Kim. Esto era algo incomodo, Mario era mi esposo y ahora lo trataba como un desconocido. Luego pensé en que tenía que decirle lo de esta noche- Oye, yo quería... pedirte un favor.

-Um… ¿qué clase de favor? –preguntó, levantando una ceja y estudiando mi rostro.

-Bueno... era mi mamá y dijo que vendrá este fin de semana. También está la cena de compromiso de Anto y Mauricio... bueno, no quisiera arruinarles la noche con nuestros problemas...

-¿Alexandra no sabe nada? -una chispa de sorpresa apareció en su rostro.

- No –le respondí- Y tampoco lo sabe Anto. En realidad no me esperaba que mamá viniera y tampoco lo de Anto... Sólo estoy buscando un buen momento para contarles...

- Y mientras tanto, ¿quieres que finjamos que todo va bien entre nosotros? -Exacto. Había dado en el punto.

- Solo será por este fin de semana -añadí rápidamente. Mario se quedó pensando un momento, observándome. Su entre cejo se frunció y pude imaginarme que no aceptaría. Claro, en qué estaba pensando, pedirle esto era demasiado absurdo. ¿Dónde quedo eso de actuar como una adulta?, me dije a mi misma.

"Beautiful Lies." - Mario Bautista & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora